CAPITULO 4 - NO ESTÁ BIEN

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Chat se inclinó para recoger el camisón  que colgaba de la silla del escritorio, que quedaba a las espaldas de Marinette. Ella se quedó quieta, siguiéndolo con la mirada y sin perder detalle mientras él le tendía la prenda como a ofrenda.

La azabache insistía en aferrarse a la toalla que la envolvía, liberando una mano para sostener la ropa que el rubio le había ofrecido con un leve sonrojo en las mejillas.

- Será mejor que te vistas primero...
-¿Qu-qué?

El chico la miró algo cohibido, haciendo que ella se percatara de la situación y tartamudeara por los nervios, invitando a Chat a dejarle un poco de intimidad mientras ella se vestía.

El rubio obedeció, dándose la vuelta mientras Marinette dejaba caer la toalla al suelo y se colocaba el camisón sin más demora.

- Ya puedes mirar...

Chat se giró nuevamente, viendo como Marinette terminaba de acomodarse la melena aún mojada por encima de los hombros, y después se cruzaba de brazos para dedicarle una mirada inquisitiva.

- ¿Y bien?¿Qué querías?
- Estoy echo un lío... y no sabía con quien hablar...
- Y... déjame adivinar... yo soy tu psicóloga personal.

Él sonrió nostálgico, dirigiéndose hacia la cama donde convidó a la joven a sentarse a su lado. Marinette se lo miró recelosa y aceptó en acompañarle, mientras él se ponía cómodo al cruzar sus piernas sobre el lecho, como si de un indio se tratara.

- Tu dirás.
- No entiendo a my lady...
- ¿A qué te refieres?
- Pues que... me está volviendo loco... - ella guardó silencio, dándole pié a seguir- ... ayer casi nos enrollamos, y hoy, por darle un beso... casi me deja sin descendencia...
- ¿Qué?
- Pues eso...
- No... esto... ¿Qué es lo que pasó ayer?
- Tras estar un rato hablando con ella, Ladybug se marchó... - Marinette asintió, dejando que Chat prosiguiera- ... entonces, cuando yo ya iba a marcharme... ella volvió a aparecer... y me besó...
- ¡¿Que hize qué?!

Su voz subió el tono de sobremanera, apoyando las manos sobre la cama e inclinándose hacia él. Chat abrió los ojos de par en par, reculando con asombro.

Marinette se aclaró la garganta, intentando controlar su temperamento y aguardando por más información. El ojiverde bufó abatido, retomando su relato.

- En fin... el hecho es que casi nos enrollamos... pero... no un poco... sino... que casi llegamos a la segunda base. No sé si me explico...

La cara de la joven parecía un poema. No sabía si iba a estallar por la rabia, o por la confusión de todo aquello.

¿Cuándo había besado a Chat?¿Me está tomando el pelo o qué demonios está ocurriendo?

Las preguntas se acumulaban en su mente, a diferencia de las respuestas, que brillaban por su ausencia.

- Chat... yo no te he besado nunca...
- Ya lo sé. ¿A qué viene eso ahora?

Él la miró confuso, a lo que ella se dió cuenta de su error, sobregesticulando mientras intentaba excusarse y evitando tartamudear.

- Qu-quería decir que... alo mejor te lo imaginaste... lo de Ladybug...
- No me lo imaginé. - sentenció molesto- nos besamos y fué real.
- Va-vale... perdona... te creo...

Marinette se frotó la sien, meditando en si era posible que algo como aquello hubiera ocurrido y el porqué no lo recordaba.

Al sumergirse en sus pensamientos, Chat la estudió disimuladamente, escudriñando la silueta de la azabache con cautela.

Su aspecto se veía diferente al que estaba acostumbrado a ver durante el día a día, pareciéndole más sensual al ver como su pelo lucía sin sus dos coletas, y sus pechos se marcaban bajo el camisón.

[+18] Mi otra yo - Ladynoir/MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora