CAPITULO 7 - CONFUSIÓN

2.8K 243 90
                                    


Adrien seguía mirando a su compañera con un deje de curiosidad, deleitándose de las expresiones que le regalaba al mostrarse vergonzosa ante sus sutiles indirectas mientras jugueteaba enredando los dedos en sus coletas en un tic nervioso.

Marinette notaba como le sudaban las manos, así como algo se removía en su estómago por la repentina galantería del joven modelo, quién lo apremió en darle una respuesta al escucharlo carraspear con disimulo.

- N-no... bien... ya se me pasará...
- ¿Segura?

Aquella situación la estaba llevando de cabeza, no sabiendo por donde huir a tan tentadoras insinuaciones. La azabache negó con la cabeza, concienciándose que aquello era fruto de su imaginación y que no podía estar pasando, desconcertando al rubio que no le quitaba el ojo de encima.

Sus ojos azul cielo se encontraron directamente con las esmeraldas del apuesto muchacho, sonrojándose de sobremanera al percatarse de su aún constante cercanía y mordiéndose del labio inferior al centrarse en la boca del joven que tan próximo se encontraba.

- ¿Marinette?

Adrien se dió cuenta de la mirada que su compañera depositaba en sus labios, relamiéndose al sentir la tentación de arrebatarle un beso en medio de aquel lugar, omitiendo las miradas curiosas de los de su alrededor.

- ¡Se-segurísima! No te preocupes.

El chico parpadeó con sorpresa, incorporándose a su lado y siguiendo su camino hacia la biblioteca. Aún sin dejar de estudiar a Marinette al mirarla por el rabillo del ojo, notando como se encogía sobre si misma al sentir los ojos del muchacho escrutando su persona.

- ¿Te parece bien si nos sentamos en aquella mesa?

Marinette lo siguió con la mirada, atisbando una solitaria mesa en un rincón de la gran sala cerca de unos elevados estantes repletos de libros de temática diversa. Al echar un último vistazo al ojiverde, asintió levemente con un movimiento de cabeza, luego tomando asiento en una de las sillas y dejando el peso de la mochila sobre el mueble.

Adrien la imitó con una sonrisa ladina, apoyando el mentón sobre una de sus manos y contemplando de soslayo a la joven de piel blanquecina que para entonces lucía un adorable rubor en sus pómulos.

Ella decidió no prestarle demasiada atención, preocupándose en sacar los libros de su bulto y dejarlos sobre la mesa con cuidado de no hacer mucho ruído.

- ¿Tienes alguna idea? - preguntó en un susurro-
- ¿Sobre el trabajo? - él confirmó en silencio- pues... la verdad... es que ni siquiera lo he pensado...
- Utiliza un tema con el que te sientas cómoda... a ver...

Adrien se aproximó más donde ella, tomando uno de sus libros a la vez que se lo enseñaba rebuscando entre las diferentes páginas, lamiéndose del dedo pulgar al pasar las hojas y haciendo que la azabache se quedara prácticamente embobada mirándolo. Notando como un dulce aroma se filtraba por sus fosas nasales, distinguiendo la fragancia que el chico portaba.

El muchacho le sugirió diferentes opciones que podría usar en su presentación, aconsejándola en decantarse en el diseño de moda ya que era en lo que mejor se defendía.

Marinette siguió embriagándose de tan exquisito aroma, escuchando como su melodiosa voz invadía sus oídos como si de música celestial se tratara, envolviéndola en una burbuja de ensimismamiento de la que no sabía escapar.

- ¿No crees?
- Si~... - apenas había escuchado lo último, asintiendo en un suspiro anhelante-
- Vaya, me sorprendes.

La ojiazul parpadeó confusa, evitando pensar en lo tan próximo que volvía a estar él y notando como su corazón rezumbaba con fuerza bajo su pecho.

[+18] Mi otra yo - Ladynoir/MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora