CAPITULO 5 - SUFICIENTE

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Chat volvió a buscar a Marinette desesperado, aplastando un beso contra sus labios, que desprendía el creciente deseo que se estaba despertando en lo profundo de su ser.

La azabache le correspondió sin dudarlo, animándose a contornear la figura del apuesto héroe al pasear sus manos por sus fornidos brazos.

El rubio siguió restregando su erección contra la intimidad de la chica, urgiendo la necesidad de atención en la zona, mientras que ella luchaba por el repentino ardor que se había hecho presente en su bajo vientre. Sintiendo como se humedecía por la insistencia en los roces de su compañero.

Chat se negaba a escuchar el replicar de su conciencia. Sabía que si su compañera de clases se enteraba de que Adrien era el causante de sus jadeos, probablemente no se lo perdonaría.

Siempre se había mostrado tímida y algo temerosa ante su presencia, dando a entender que alo mejor no era de su agrado.

Debería parar. Aún estoy a tiempo de dar marcha atrás.

El joven se detuvo en seco, inamovible sobre Marinette.

- Chat...

La azabache se mordió del labio inferior, arqueando su cuerpo para insistir en los roces contra la entrepierna del ojiverde, que trataba refrenarse las ganas. Él se obligó a interrumpir el momento, desviando la vista hacia la pared, y sorprendiéndose al descubrir varios recortes de su alter ego decorar la estancia.

- Princess...
- ¿Qué ocurre, Chat? - inquirió la muchacha pesadamente, siguiendo la mirada del chico- ¿Qué pasa?
- Esas fotos...
- Oh... si... son de Adrien... -se excusó ruborizándose- es un chico de mi clase...

El joven volvió a posar sus dos esmeraldas sobre el rostro de su compañera, con la duda reflejada en sus rasgos.

- ¿Y por qué tienes todas esas fotos?

La ojiazul bufó nerviosa, encogiéndose sobre si misma y evitando el contacto visual a toda costa.

- ¿No es obvio? - Chat no dijo nada, esperando la respuesta por su parte- ... me gusta...
- ¡¿Qué?!¿Desde cuándo? - elevó el tono, abriendo los ojos de par en par-
- Desde siempre... aunque no puedo ni siquiera hablarle... - cerró los párpados con cansancio, volviendo a abrirlos para encontrarse con un Chat curioso- ... me pongo nerviosa cuando estoy con él... no puedo remediarlo...
- Vaya... supongo que tiene sentido...

Sus labios se curvaron formando una impecable sonrisa, sintiendo alivio ante la confesión de su compañera.

- ¿Por qué sonríes? Es muy triste.
- Oh, perdona. - se apresuró a excusarse, adoptando un semblante más serio-  no era mi intención herir tus sentimientos, my purrrincess.
- Lo que tú digas...

Marinette lo miró con nostalgia, aún con las mejillas sofocadas y apresada contra el colchón, notando aún el calor que desprendía el cuerpo de Chat sobre ella.

El joven de cabellos dorados estudió la expresión de Marinette, apreciando los pequeños detalles de su rostro, como las pecas que decoraban su nariz y la belleza de sus ojos azul cielo.

¿Cómo había podido estar tan ciego?

Sus pensamientos se centraron en la chica que tenía enfrente, haciendo memoria de tantas veces que ella había intentado hablarle y fracasaba debido a su tartamudeo.

Recordar esos momentos hicieron que el rubio sonriera sinceramente, apenándose por no poder corresponder de la misma forma a lo que ella sentía. Porque él amaba a Ladybug.

Pero también tenía sentimientos hacia Marinette. Tal vez no fueran tan fuertes como los que hacían referencia a su dulce Catarina, pero aún y así, no podía huir de ello.

[+18] Mi otra yo - Ladynoir/MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora