Cap XXXIX

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V: "Tranquila preciosa, es mejor así." Susurra con una sonrisa que para Nastya era la más estúpida que vio en su vida.

La morena amiga de Lena al notar que la mano de Vladimir tiene la osadía de posarse sobre la de la pelirroja decidió que era hora de bajarlo de su tonta nube, seguramente pensaba que algo entre ella y Yulia iba mal, estaba segura de ello por la felicidad que el moreno irradiaba, y ella disfrutaría al romper su tonta fantasía.. la sorpresa llegó cuando Lena se puso de pie y tiró de la mano del moreno para alejarse un poco de ella y Pavel.. de todos ya que se estaba refugiando en una esquina de la sala de espera, mirando con disimulo a los lados, como asegurándose de que nadie estuviera cerca de ellos.

L: "Vladimir." Comienza en medio de un suspiro soltando la mano del mencionado, luego coge una buena cantidad de oxígeno para proseguir. "Solo estás aquí por el bebé, no hagas que me arrepienta de intentar hacer las cosas bien, hoy Yulia no está, y te aseguro que no me dará pena alguna pedirle al obstetra que te eche de la consulta si no te comportas, no soy tan paciente como ella." Expresa con una nota de molestia en su tono de voz, intentaba llevar la fiesta en paz con él por el bebé, pero no le iba a permitir que se pasara de la raya, tampoco darle detalles de su relación con Yulia, en lo que claramente él no pintaba nada.

V: "Siempre estás atacándome cuando yo si tengo interés por nuestro hijo." Masculla enfrentando la mirada de Lena, ya sin sentir esa alegría que lo invadió ante la ausencia de Yulia, pensando al instante que su relación había terminado o algo iba mal entre ellas para que la mosca ojiazul no la acompañe, ahora ya no estaba tan seguro.

L: "Céntrate en eso, y no hagas estúpidos comentarios sobre Yulia o nuestra relación que no es asunto tuyo, ocupa tu lugar Vladimir." Espeta mirándolo con dureza, no que le gustara hablarle de esa forma, pero al parecer, era la única forma en que la entendía, y en ausencia de Yulia podía enfrentarlo, algo que su morena siempre evitaba para que no se amargara o empeorar la situación.

V: "Quiero que hablemos, solo nosotros dos, de como seguirá todo esto." Masculla apretando las manos que para el momento eran un par de tensos puños a los costados de su cuerpo; odiando la forma en que Lena defendía a Yulia y su estúpida relación.

L: "No mientras sigas comportándote de esta forma, no quiero, ni puedo someterme a ningún tipo de estrés, deberías saberlo." Apela a lo que creía el recurso con mayor peso que contaba, el que lograría hacer razonar a Vladimir, aunque sabía que solo estaba retrasando las cosas.

V: "Necesitamos hablar Lena, del bebé y de como haremos luego, llevas esquivándome hace más de un mes, no quiero tener que llegar a un tribunal para pelear por la custodia de mi hijo.. tú bien sabes que ganaría." Espeta enfrentando su verdegris mirada a sabiendas de que no estaba en condiciones de actuar de esa forma, al igual que Lena ignoraba el encuentro que tuvo con Yulia en el restaurante, por lo que la morena expresó en sus mensajes, además que la pelirroja no se quedaría callada en caso de saberlo.

L: "No serías capaz." Murmura titubeante llevándose de forma instintiva la mano derecha al vientre.

V: "Espero no tener que hacerlo, por eso mismo quiero que hablemos.. y creo que es una buena ocasión." Sugiere ante la ausencia de Yulia.

L: "Depende de como te comportes." Murmura no muy convencida o sin ganas de tener esa conversación con él, a diferencia de minutos atrás, ahora se encontraba inquieta por la especie de advertencia que Vladimir lanzó y para ser sincera, luego de lo que le había hecho a Yulia, lo creía capaz de pelear por la custodia del bebé, aunque Yulia le había comentado lo que Pavel le dijo en la cita anterior.

El moreno iba a replicar, pero la voz del obstetra pronunciando el nombre completo de Lena provocó que ella se alejara de él rápidamente, liberando un suspiro de impaciencia por la interrupción sigue los pasos de la pelirroja esbozando una leve sonrisa al entrar a la consulta ya que se enteraría de más detalles del estado del bebé; el obstetra tenía cara de no entender nada ante la presencia de la morena que no era Yulia, la chica que acompañó a la paciente en las demás citas, Nastya se presentó como amiga de Lena agregando que ella estaba allí velando por los intereses de Yulia remarcando que la mencionada era la pareja de Lena, Vladimir rodó los ojos con fastidio mientras que Lena tuvo que morderse el labio inferior para no reír por la ocurrencia de su amiga, el galeno encogió los hombros sin negarse a su presencia pero aclarando que si no se comportaban, ambos saldrían de la consulta, la cual con consentimiento del obstetra fue grabada por Lena, aunque solo el audio y obvio fue diferente a las demás para Lena, sintiendo la ausencia de su morena y las acotaciones que solía hacer cuando el obstetra indagaba sobre los síntomas que presentaba la pelirroja, haciéndole saber el especialista que sus despertares nocturnos eran a causa de los movimientos del bebé que se mostraba más activo por la noche, Lena había pensado que sus despertares eran por sentirse extraña en la habitación de casa de sus padres y por sentir la ausencia de Yulia, pero no lo comentó, solo escuchó con atención todo lo que el médico decía, sorprendiéndose al igual que Nastya y Vladimir cuando el médico comentó que para el momento, el bebé podía tener cambios de ánimo, reír, llorar e incluso enfadarse, por lo que le sugirió que intente conectar con él o ella, que también podía percibir los cambios de estado de ella y que era muy posible que se lo hiciera saber con movimientos, también le recomendó que hable con el bebé, sobretodo por las noches logrando que una sonrisa atraviese los labios de la pelirroja al recordar todas las veces que Yulia le hablaba, su sonrisa se ensanchó cuando el galeno comentó que en las siguientes semanas el movimiento del bebé sería sensible al tacto, ya estaba deseando que aquello ocurriera, y claro, que Yulia estuviera a su lado para poder sentirlo. El bebé para el momento debía medir aproximadamente 20 centímetros y pesar unos 400 gramos, eso dijo el médico que seguidamente explicó que Lena podía sentirse un tanto cansada, que eso se debía al peso extra que seguiría incrementando con el correr de las semanas, además, los despertares nocturnos no colaboraban y le sugirió que haga siesta para recuperar energías, también le sugirió que camine, algo que como actividad física podía hacer hasta el fin del embarazo y que la ayudaría a mejorar la respiración que ahora se veía alterada por la presión sobre el diafragma que el bebé genera, por lo que era normal que se sintiera sofocada por momentos, al igual que las aceleraciones del corazón que ahora bombeaba con más fuerza.

Ella me recuerda a él.Where stories live. Discover now