Cap XII

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Bueeno, solo quería agradecer que lean el fic, los votos y comentarios que saben siempre son leídos. Lo sé, últimamente quedan con sabor a poco, pero así vamos, poco a poco ya que ambas batallan con lo que sienten y bueno, hacen lo que quieren. No puedo gobernar sobre un par de personajes que tienen vida propia, así que.. paciencia. Por otro lado, y muy alejado al tema, para los que leyeron Meant to be, estoy a punto de comenzar a escribir un one shot AU que publicaré apenas lo tenga. Bueno, eso es todo, espero que les guste el capítulo.

En la semana Lena se reunió con Daniel para definir el menú de la boda según los gustos de su adorada suegra, aunque para ser sincera era en algo con lo que concordaba, quizá porque cualquier platillo que ellos ofrecieran estaría delicioso y la comida vegetariana para nada le desagradaba al igual que a su familia, aunque en gran parte dudaba tener estómago para comer ese día, bueno noche, en fin, habían optado por un menú vegetariano y el sábado irían a la quinta de la familia de Vlad para que tanto Daniel como Yulia conocieran la cocina y sus instalaciones que claro poco tenían que ver con una cocina de un restaurante, aunque era amplia no contaba con todas las comodidades y los utensilios que ellos necesitarían, además, ¿cocinar para más de 600 personas? que locura; aún así Daniel se mostraba tranquilo sobre ese aspecto, bastante confiado a decir verdad y para fortuna de la pelirroja y por más que Daniel deseara hablar sobre Yulia y su relación con ella, no lo hizo, al parecer la morena no había mencionado nada de su último encuentro casual, al menos el castaño no mencionó nada y Lena lo agradecía; más que nunca estaba segura de que la morena era una cobarde, ambas lo eran y seguían justificándose en el afán de seguir con sus vidas, después de todo no era el fin del mundo, ¿verdad?

Y ahora ambas sabían que después de la boda ya no se verían, pero hasta entonces tendrían que soportarse mutuamente; la pelirroja quiso saltar a la yugular de su suegra cuando sugirió que se hiciera la degustación de los platillos, era lo normal, si, pero ¿no podían saltar ese paso? Lo propuso alegando confiar en el trabajo de su amigo y la morena, pero su querida suegra no cedió, por lo que no solo tendría que convivir prácticamente un día con ella, sino que también se haría la degustación y claro, ella estaría cerca el día de su boda, para la cual cada vez faltaba menos, ¿estaba ansiosa? Solo quería que pase, dejar de padecer las torturas de su suegra, dejar de ver a Yulia, ¿realmente lo quería? Si, con todas sus fuerzas, la odiaba por no tener el valor de tan siquiera intentarlo, ¿a qué tanto le temía?, ¿al compromiso? No lo sabía y las preguntas siempre invadían sus pensamientos; era doloroso saber que sus sentimientos eran correspondidos y de todos modos no podía estar con ella, ni siquiera intentarlo, saber que la vería y su idiota corazón latiría con vitalidad y alegría solo deseando tenerla más cerca. ¡La boda se cancela! Estaba segura de que lo habría gritado a los cuatro vientos si Yulia tuviera el valor de asumir verdaderamente que la quería de igual forma que ella, quizá presumía de un valor que no sabía si tenía, pero sentía que así hubiera sido, que mandaría todo al demonio si ella le diera tan siquiera una señal, pero no iba a arrastrarse por los suelos y suplicar, claro que no, también tenía su orgullo que ahora estaba herido por la cobardía de la ojiazul.

"Será la boda digna de una princesa." Más de una vez escuchó decir a Nastya, claro que solo la hacía para molestarla.. y de allí había nacido otro entretenimiento o un escape de la realidad cuando su suegra hablaba de la boda, o sea siempre que la tenía cerca; ya no planeaba los posibles escenarios del homicidio de Marisha que sabía nunca llevaría a cabo, su nivel de locura había incrementado, ahora y después de leer muchos cuentos de princesas fantaseaba con el día de su boda.. si, donde el príncipe, vale, la princesa de azul mirada llegaba para impedirla; los escenarios eran muchos, desde la llegada de la morena en su corcel blanco, el típico ¡Yo me opongo! que solo se ve en las novelas o películas románticas, una interrupción con serenata, la lectura de un poema, una declaración, un rapto que no sería tal porque ella no se opondría, al menos no en su imaginario. Hasta el momento no sabía cuan masoquista era, solita se torturaba sabiendo que eso jamás pasaría, Yulia Volkova era una cobarde con todas las letras, nunca reuniría el valor para tan siquiera terminar de aceptar sus sentimientos, por lo que solo perdía tiempo y se lastimaba al soñar con algo que no ocurriría, aún así, no podía evitarlo, y esperaba que todo eso terminara cuando finalmente diera el Si en unas pocas semanas; ahora contemplaba con poco agrado como luego de esperar por más de veinte minutos, Daniel, Nastya, Yulia y la para nada agradable Klara abordaban el coche de Yulia, ¿qué carajos? Nadie invitó a la castaña, no pintaba nada en los preparativos de su boda, ¿acaso era cocinera también? Claro que no, solo era la zorra de turno de Yulia, ¿por qué demonios la llevaba? No, si realmente querían que se convirtiera en una asesina, con que gusto le arrancaría los ojos, cada castaño cabello, quemaría las yemas de sus dedos y labios, si, disfrutaría a medida que la desmembrara de forma lenta y dolorosa, un nuevo descubrimiento para Elena Katina, tenía una vena sádica que hasta ese momento ignoraba por completo, ¿celosa? No, estaba fúrica; quizá no tuviera derecho a estarlo, pero lo estaba ¿cómo se atrevía a llevarla?, ¿por qué lo hacía? Un sinfín de preguntas sin respuestas se agolpan en sus pensamientos mientras continúa mirando por el espejo retrovisor como ellos terminan de abordar el coche, y por supuesto, Klara sube del lado del copiloto mientras Yulia ocupa el asiento del piloto; aquellas horas serían peor de lo que pensó, y ni siquiera contaba con Nastya a su lado para al menos intentar distender un poco.. bueno, no culpaba a su amiga que aguantaba todos los días a su suegra y sus múltiples escándalos cuando algo no salía tal cual ella quería; perfeccionista, quisquillosa, intolerante, insoportable, caprichosa.. vale, debía calmarse ella también, estaba por demás estresada y Nastya en medio de eso, claro que no querría pasar las próximas cuatro horas de viaje con Vladimir cuando solo lo aguantaba porque era su futuro marido o el peor error de su vida como no se cansaba de recalcar; un pesado suspiro escapa de los labios de la pelirroja cuando siente que el coche se pone en movimiento, el peso de su espalda cede sobre el respaldo del asiento y gira el rostro hacia la ventanilla pretendiendo observar el camino mientras continúa absorta en sus pensamientos.

Ella me recuerda a él.Where stories live. Discover now