Ella me recuerda a él.

Cap XLIV

Buenas noches. -Les deja este capítulo junto a una caja de pañuelos y curitas para los corazones rotos.-

En el afán de querer escapar de ese lugar, erróneamente tomó la salida más larga, bajó por las escaleras mientras se decía una y otra vez que en ese instante, por más que doliera, y vaya que le estaba doliendo, abandonaba la vida de Elena Katina sin siquiera desear saber los motivos que Lena tuvo para engañarla de esa vil manera, en verdad, aún se le hacía irreal aquella imagen que por un segundo deseó no haber contemplado, pero luego, en medio de sus tormentosos pensamientos sentenció que aquello era lo mejor, al menos ya no vivía en una mentira, porque si, al parecer, todo lo que vivió hasta el momento parecía una mentira que llegó a su fin al haber encontrado a los amantes en una muestra de amor, pasión o lo que fuera.

No, no todo podía haber sido una mentira.. pero, ¿en qué momento todo cambió? Era contradictorio, no quería saber cuales eran los motivos de Lena para buscar refugio en otros brazos, pero si quería saber en que momento todo cambió, ¿en qué momento dejó de ser suficiente? ¿En qué falló?

Sus lagrimales demasiados orgullosos se negaban a liberar alguna gota de agua salada, pero eso no aminoraba el dolor que sentía, como si algo dentro de su cuerpo se rasgara para desquebrajar todo su ser, convirtiéndola en añicos que no sabía si alguna vez lograría reconstruir. Ya no sería la misma, pero de alguna forma lograría mantenerse de pie, porque nadie moría por amor, ¿verdad?

Los ojos de la morena fueron cubiertos por un tono rojizo que no era producto de las lágrimas que sus lagrimales no creaban, era un rojo de ira al divisar a Pavel parado junto a su coche; llegó a considerarlo su amigo, incluso le pidió que viera por Lena y resulta que él sabía que se le reían en la cara y no fue capaz de advertirla, es más, les daba privacidad para que se comieran a besos. Toda la bronca y frustración que aún no liberaba surgía en el deseo de pasarlo con el coche por encima.. no, no valía la pena. Reflexionó mientras pasaba de él para abrir la puerta del coche, recién percatándose del ligero temblor de mano que no lograba que atinara en la cerradura.

P: "No puedes manejar en ese estado." Susurró detrás de ella, tomando la mano de Yulia para intentar hacerse con las llaves.

Y: "A ti no te importa." Murmuró con evidente molestia sin abandonar sus fallidos intentos de meter la llave en la cerradura del coche, y la verdad, la molesta mano de Pavel no colaboraba.

P: "No confundas las cosas, estoy tan.. atónito y molesto como tú.. o bueno, quizá no tanto.. pero lo estoy, no puedo creerlo." Expresa con sinceridad en tono suave mientras colabora con la morena para que pueda abrir la puerta.

Y: "Claro, por eso los dejaste solos para que puedan besarse a su antojo, no me jodas." Espetó abriendo la puerta del coche para luego abordarlo, aunque se movió rápidamente, la mano de Pavel impedía que cerrara la puerta, por lo que le dedicó una mirada envenenada, como anunciando que si no quitaba la mano, con mucho gusto le rompería los huesos al cerrar la puerta.

P: "Yulia, te juro que no sabía nada, en ese caso, no sé, les hubiera advertido que llegaste, o no sé.. pero en verdad, me duele lo que te hicieron." Murmura con angustia, pues cada palabra que salía de sus labios hacía honor a la verdad. "Te dije cientos de veces que no haría nada para perjudicarte y no creo haber faltado a mi palabra, lo sabes." Y aprovechando el momento de duda de la morena, se las apaño para subirse al coche, logrando que la morena que lo miraba aún pensativa, un tanto ida, se pasara al asiento del acompañante.

Y: "¿Por qué iba a creerte? Después de todo, Vladimir es tu mejor amigo." Murmura con voz queda, sintiendo que la cabeza le iba a explotar de un momento a otro.

P: "Porque sabes lo que siento por ti.. y lo último que desearía es hacerte daño." Deja una caricia en la mejilla de la morena luego de cerrar la puerta del coche y coge la llave que reposaba en mano de Yulia para meterla en el contacto.