Ella me recuerda a él.

Cap XXVII

Yulia lejos de acobardarse ante la iracunda mirada que Vladimir les lanza, eleva un poco las manos sobre los costados del cuerpo de su novia para luego envolverla entre sus brazos en un abrazo protector mientras las manos de Lena descienden de las mejillas de la morena a sus hombros sin que ninguna desprenda la mirada de Vladimir, estando atentas a cualquier movimiento que el chico pudiera hacer, la morena solo esperaba que él diera un paso hacia ellas para escudar a la pecosa detrás de su cuerpo, la diferencia de complexión física que tenía con él era evidente.. por un instante sus pensamientos volaron diez años atrás, ese día hacían diez años exactamente de aquel primer beso que se dió con la pelirroja, de aquella golpiza brutal que Vladimir le propinó con sus amigos, diez años de que su vida cambiará rotundamente al saber de su condición; su respiración se hacía cada vez más pesada sintiendo la tensión del momento que se entremezclaba con todo lo que vivió aquella vez; el miedo a que la historia se repitiera pareció traspasarla por un segundo en el que su cuerpo entero vibró sin que Lena lo pasara por alto, los dedos de la pecosa se deslizan al igual que las palmas de sus manos por los hombros de la morena intentando que se relaje aunque ella misma era un manojo de nervios en ese momento; el hecho de estar junto a la puerta de la casa de sus padres les daba una rápida salida en caso de que las cosas se salieran de control, pero cierto era que la pelirroja no quería preocupar a sus padres, tampoco montar un escándalo allí mismo, pero parecía algo inevitable mientras los tres se escrutaban con la mirada; los músculos faciales de Vladimir estaban completamente tensos, el único movimiento que realizaba era con los dedos que no dejaban de despedazar aquel ramo de rosas, respiraba pesadamente mientras intentaba desanudar el nudo que se formó en su garganta al ver a su Elena besándose con Yulia, aquella imagen que alguna vez formó parte de sus fantasías que no tardaron en desaparecer cuando la desconfianza lo rondó, la ira roía por su sangre, no había dudas de que le habían visto la cara, ¿por cuánto tiempo? No quería saberlo realmente, toda aquella mierda con respecto a Iván, aunque fuera cierto y aún no sabía de que forma Lena accedió a esa información, no fue más que una excusa, ni siquiera hacía un mes de que lo dejara plantado en el altar que ya estaba besuqueándose con ella y en la puerta de su casa, ¿todos lo sabían? La ira lo desbordaba aunque no salieran palabras de sus labios a causa de ese nudo que parecía cortarle la respiración.

Y: "Entremos." Susurra muy bajito la morena luego de muchos segundos de incómodo silencio, después de todo, ella no tenia que dar explicaciones de nada a nadie, para Lena era diferente, pero sabía que no sería en ese momento y la verdad, la mirada cargada de ira por parte de Vladimir le daba muy mala espina, no sabía de que era capaz la versión adulta de él, pero no esperaba nada bueno y Lena no debía someterse a ese estrés, aunque solo aplazaran las cosas ya que en algún momento ella debía enfrentarlo.

V: "Lárgate." Masculla entre dientes con dificultad mirando de forma envenenada a Yulia para luego deslizar la mirada a Lena. "Tú y yo tenemos que hablar." Expresa odiando el tener que controlarse por estar junto a la puerta de la casa de los padres de Lena, no deseaba hacer un escándalo y que la visión de sus suegros respecto a él cambiara, porque si de algo estaba seguro, era de que Lena volvería a su lado, siempre lo hacía.. eso no significaba que no estuviera fúrico por la traición de su amada.

L: "No es cierto." Murmura apenas negando con la cabeza mientras una de sus manos desciende en búsqueda de la de Yulia, teniendo que acariciar su brazo para que la morena deshaga el abrazo y poder tomar su mano.

V: "Claro que si, me debes una explicación.. al menos eso, ¿no?" Interroga intentando esconder su molestia, lo que resultaba inútil ya que emanaba ira por los poros.

L: "¿A razón de qué?" Indaga sintiendo el apretón de mano de Yulia que parecía pedirle un poco de calma, que midiera sus palabras, que no hiciera caso a Vladimir e ingresaran a la casa, pero la pelirroja esperaba poder despacharlo de una vez y que él no hiciera aparición en casa de sus padres.