9. ¿Otra Markhall?

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   Me levanté de la silla rápidamente levantando la mochila conmigo. Comenzaron a repetirse miles de preguntas en mi cabeza como: ¿Yo? ¿Una hermana? ¿Tiene mi edad? ¿Será más grande? ¿Quién será la madre?

Y luego, vino otro tipo de pregunta a mi cabeza: ¿Mi padre, engañando a mi madre? Lo mataré, si es que llego a encontrarlo, ya que no lo he visto hace más de cinco años.

―Charlotte ―dijo Menders, antes de que me colocara la mochila en el hombro. Había caminado velozmente hasta la salida. Me detuve mirándome en el vidrio de la puerta, no quería quedarme, definitivamente ―. Por favor, no se vaya.

Hubo un silencio total mientras que mi cabeza procesaba una respuesta al respecto, pero era realmente imposible pensar, en cualquier cosa, con el simple hecho de haberme enterado por el director de que tenía una hermana.

― ¿Y cómo es que usted sabe todo esto?

Apenas pude articular esas palabras. Sentía el sabor del susto en mi boca, como si lo hubiera masticado en un trozo de pie de limón.

― Llamaron del hospital ―dijo Menders. Levanté las cejas, pretendiendo que le director entendiera lo que quería decir con ese simple gesto, pero parecía que no, así que lo dije.

― ¿Y usted está seguro de la información que le han dado? Porque que yo sepa, la persona menos indicada para contarme este tipos de cosas es usted ―dije algo enfadada. ―. Además, ¿cómo es posible que no me haya enterado antes? ¿Qué sucedió para que mi "hermana" acabara en el hospital, y para que luego se comuniquen con el instituto y no con mi padre?

Con mis dedos hice las comillas sobre la palabra hermana. Estaba realmente cabreada por lo que acaba de enterarme y lo peor de todos es que había salido de la boca del director de mi escuela.

― La enfermera se comunicó con el instituto para que tu vayas especialmente al hospital a ver a tu hermana ―dijo señalando el teléfono a un lado de la computadora -. Tuvo un accidente automovilístico cuando venía en camino desde Nueva York, aquí, en Scarsdale.

Apreté los labios por la frustración que la situación me estaba causando en ese momento. No me gustaba la manera en la que sonaba las palabras tu hermana. Me crucé de brazos y miré al director.

― ¿Y qué hay con eso? ―pregunté ― ¿Quiere que me vaya a ver a una persona hospitalizada, alguien que no conozco?

― Ella le dio tu nombre y la enfermera buscó por ti. En tu casa no había nadie, parecía, según la enfermera, así que buscaron el único instituto privado del pueblo por ti.

Esto no está sucediendo. Esto tenía que ser un April Fool's adelantado o un Día de los inocentes atrasado, pero no era verdad. Menders habló al ver mi expresión de miedo y enojo a la vez.

―Se llama Kansel ―calló por tres segundos ―. Kansel Markhall.

***

Parada de autobús. Que divertido. ¿Algo más emocionante que conocer a tu hermana perdida tan repentinamente? Qué adrenalina.

Menders me dijo que me retirara y que me vaya al hospital, que él me daba el permiso. Como no tenía a nadie quien me lleve, tenía que irme caminando hasta la parada del autobús que estaba a cinco cuadras del instituto.

Sentía que mi cabeza iba a explotar, tantos pensamientos que se repetían en mi cabeza, tantas cosas que me imaginaba al llegar. ¿Qué cosas se suponía que le iba a decir? La idea de tener una hermanastra no me cabía en la cabeza, no cabía. Mi única hermana era Georgia.

Y yo que pensaba que esta historia iba a ser amorosa del todo con Dylan dentro de ella. Al estilo... ¿Crepúsculo? Pero sin lo sobrenatural claro; a menos que sea un vampiro. ¡Basta! Estás volviéndote loca.

Una camioneta se detuvo en frente de la parada, haciendo que levante la mirada y dejara de pensar en estupideces. Tenía el dorso de mi mano debajo de mi pera, con una mirada perdida al extremo seguro, como una idiota, y eso no me molestó,

Una Dodge negra del 2011. Tenía la sensación de saber quién era. Y acerté. Diez puntos para mí: era Dylan.

― ¿Charlotte? ―dijo, bajando la ventanilla polarizada. Cuando me di cuenta quién era, no pude evitar sonreír, y pareció que fue contagiosa mi sonrisa, ya que él también sonrió de oreja a oreja.

―Hola, Dylan ―dije algo atontada, poniéndome de pie. Me acerqué a la camioneta y miré al chico de mis sueños, sin desarmar la sonrisa que tenía en mi boca.

―Ey, entra ― me ofreció él, como todo un caballero, desactivando la traba de las puertas. Miré hacia los costados insegura de lo que iba a hacer, pero de todas formas abrí la puerta.

Al sentarme sobre el suave cuero de la camioneta de Dylan, de alguna forma, hizo que me relajara, con tantas cosas en la cabeza. Aspiré el aroma que me embriagaba cada vez que me acercaba a él, y ahora que esa esencia estaba inundada en el vehículo como si fuera el mismísimo olor del oxígeno que respiraba, me sentía totalmente drogada.

― ¿Sucedió algo? ―preguntó inclinándose a un lado y movilizando el vehículo ― ¿Por qué estabas esperando el autobús?

Hice la que no había escuchado, pero en realidad estaba pensando en qué iba a decirle.

― ¿Charlotte? ―volvió a preguntar.

―Necesito que me lleves al hospital, por favor ―dije antes de que se me escapara algo de lo que no debía decir ―, y no preguntes por qué.

Nota de autora: buenas noches, buenos dias, o buenas tardes.

No tengo nada que decir. sólo espero que para lo próximo que tenga preparado sea mas interesante o al menos emocionante.

Como siempre, recomienden a amigos suyos o a cualquier persona que le guste esta clase de historia si es fan o no de wattpad, o si es fan o no de las novelas adolescentes y románticas.

Felices Pascuas (con anticipación)

salutexx

Corona De Lágrimas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora