Con un vaso en la mano, tomando seguidas veces, observaba la gente divertida y entretenida, mientras yo tenía mi rostro menos expresivo. El aburrimiento me venció.
- ¿Bailamos? - pregunto Sawyer Thompson. Deje el vaso en la mesa y lo mire.
- Vete de aquí - dije volviendo la mirada hacia la pista de baile.
¿En dónde estaba Dylan? Yo también me preguntaba lo mismo.
- No veo a Dylan en ningún lado.
Me encogí de hombros.
- No quiero bailar, de todas formas - conteste seca.
Se alejó de mi lentamente sin razón y sentí una mano en mi hombro.
- ¿Y conmigo no quieres? - pregunto Dylan dándome la vuelta.
Justo en ese momento ponen una canción lenta.
Maldije en voz baja. Bailaba tan mal..
- Tu podrás - dijo leyendo mi mente.
Puede que haya sido demasiado idiota como para aceptar su invitación, pero, ¿qué me pasaba? Estaba cómo en un estado de enfado hacia el, sentía algo que no estaba bien.
Me llevo a la pista y puso sus manos en mi cintura y yo puse las mías en los costados de su cuerpo, arriba de su cadera.
Me miraba a los ojos, intimidandome. Sonreí.
Muy forzadamente, y eso dolía con solo pensarlo.
Sentí como mi vista comenzaba a nublarse, estaba por llorar sin razón pero con ella al mismo tiempo, mis emociones eran extrañas.
Coloque mi cabeza en su pecho y mi mano en su brazo, para deslizarla hasta abajo. Llegue a su mano y entrelace mis dedos con los suyos.
Apreté nuestras manos y luego levanté mi cabeza para mirarlo.
Formo un "Te amo" con los labios, haciendo que una lágrima salga. Pero antes de que Dylan lo note lo bese. Le bese los labios con el miedo de algo, con la sensación de que eso no se repetirá nunca más.
Y temía que sea verdad.
***
- Ire al baño - me grito Dylan en el oído. Yo solo asentí sonriendo y se alejó empujando a todos.
Me salí de la gente y me puse a un costado de la pista. Pedí ponche y al darme el vaso le di un gran sorbido.
- ¡Muévanse! - se oyó una voz ebria a través del público enloquecido con la música movida.
Vi Kansel pasar entre la multitud con Robert llevándola entre sus brazos.
- ¿Qué sucedió? - pregunte.
- Le pusieron alcohol al ponche - dijo Robert arrastrando a Kansel.
En ese momento estaba por tragar más ponche, pero lo escupi. Tire el vaso a la mesa y mire a mi hermana.
- Yo la llevare a casa - dije al mismo tiempo que la rodeaba y me pasaba uno de sus brazos por mis hombros.
Tardanos diez minutos en salir con Robert del gimnasio, así que no se cuánto tardaríamos para salir del instituto.
- ¿Qué hora es? - pregunto Robert.
- Serán las doce en cinco minutos - dije mirando mi reloj.
- Ve a buscar a Dylan, ya nos vamos - dijo la pareja de mi hermana.
- ¿La llevaras tu solo? - le pregunte dudosa. Nos detuvimos en medio del camino hasta el pasillo principal.
- Si - dijo asintiendo -. Te espero en el estacionamiento.
- Esta bien - Solté a Kansel y comencé a caminar del lado contrario para buscar a Dylan.
- Adiós, Lottie - grito Kansel, pero antes de que ría más, me agarro del brazo y puso su boca en mi oreja -, no vuelvas desangrada - agrego escupiendo su aliento a alcohol.
Arrugue la frente por el olor y también por lo que dijo. Robert bufo y la arrastro.
En eso comencé con mi búsqueda. Dylan había ido a los baños, así que fui directo a los baños del gimnasio, atravesando la gente bailando. Pero no valió la pena, porque allí no estaba.
Volví a a atravesar la pista de baile caminando hacia el otro extremo del gimnasio. Era otra puerta que daba a un pasillo que te llevaba hacia otras aulas y escaleras y escaleras... hasta también un laberinto terrible para llegar a la entrada principal de la escuela.
Estaba alejandome de la música fuerte mientras caminaba en los vacíos pasillos. Me pareció increíble que Dylan no este en ningún lado, pero seguí buscando de todas maneras.
Llegue a un punto en el que escuche risas, muy muy bajas. Tan bajas que seguro fueron parte de mi imaginación gracias al sueño que se estaba presentando.
Me abrace a mi misma, hacia frío dentro. Estaba distrayéndome cuando vuelvo a oír sonidos, pero esta vez de golpes contra algún casillero.
Los besuqueos retumbaban mis tímpanos y también los pasillos.
Intente ubicarme en que parte del instituto estaba, mientras doblaba la esquina hacia otro pasillo.
Y los sonidos se aclararon. Claro, los que hacían aquellos ruidos estaban a tan sólo veinte metros de mi, dejándome sin palabras y aún así, sin respiración.
Dylan acorralaba a la rubia que vi en Nueva York, a la rubia que vi en la librería, a la rubia mal teñida que suponía ser solitaria solo para dar pena y tener a mi novio a sus pies. Besándola.
De pronto decidí reaccionar. Los dos se habían percatado de mi llegada, pero las sombras no les permitía distinguir quien era.
- ¿Quien eres? - pregunto Dylan tomando la mano de la rubia.
Maldito infeliz.
Comencé a reír y cada vez que me acercaba, marcando los tacones con fuerza en el suelo, aplaudía como si fuera una audición para el papel de algún personaje de una película.
- Esto es... maravilloso - dije ya a dos metros de...
Mi ex novio.
- Charlotte... - dijo soltando la mano de la joven.
- "No es lo que parece" - dije interrumpiendolo con un tono agudo.
>> Parece, y mucho más.
Puse mis brazos delante de mi, entrelazando mis manos. Entrecerré los ojos e incline mi cabeza.
- ¿Algo qué decir respecto a esto? - pregunte al aire.
Sentí las ganas de tirarme al suelo y llorar, llorar hasta aquel día en el que llegue a sentirme mejor.
- Nunca quise que esto pasara - agrego Dylan asustado.
- ¿Nunca quisiste? - pregunte para luego reír levemente - ¿Qué es esto? ¿Hace cuanto que se ven?
El silencio del pasillo vacío me dio escalofríos, poniendo mis pelos de punta.
Dylan no contesto, ni siquiera su parejita.
De ser el mejor novio del mundo pasó a ser un hombre desconocido para mi.
- Como no me contestas... supongo que no te dignaras a hacerlo. También supongo que, sino lo haces, eliges a ella. Si eliges a ella, yo me voy.
Hice una cadena de palabras mientras comenzaba a caminar hacia Dylan otra vez, pero esta vez más lento, mucho más lento.
- Y si yo me voy, te olvido - susurre para el final.
- No quiero que te vayas - dijo Dylan.
Pero yo ya estaba corriendo con los tacones en la mano para escapar de allí.
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Corona De Lágrimas (Editando)
Fiksi RemajaCharlotte Markhall era una adolescente marginada y sin amigos. Su vida había caído de cara al suelo cuando su mejor amiga falleció. A ella no le importaba si la gente del instituto no la notaba, si la golpeaban en los pasillos sin querer, hasta que...