6. Bingo

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   Estaba de camino al instituto. Era un día soleado, o sea que, ya andaba con camisetas mangas cortas y shorts. Todos me miraban al pasar cerca de mí, sin pestañear. Observaban todo de mí, menos mi rostro.

Al llegar al instituto, todos me saludaban y yo les devolvía el saludo levantando mi antebrazo para sacudir mis dedos. Pero al hacer esa acción todos comenzaban a mirarme raro, susurrándole cosas a las personas que estaban a un lado. O, se cruzaban delante de mí y hablaban - supongo que de la chica que los había saludado sin saber quién era - con algún otro estudiante.

De pronto sentí una mano cubrir la mía para luego entrelazar nuestros dedos. Levanté la vista, pero al instante todo se tornó borroso.

Y desperté.

Había amanecido gritando y llorando al tiempo que Nicholas caía al cuarto de mi madre desesperado. No sabía por qué había despertado así, ni siquiera el sueño me había dado la pista.

― ¡Charlotte! ―dijo Nicholas apoyándose sobre la cama. Estaba con una mano en alto ―. Charlotte.

Como no me detenía, se acercó a abrazarme para que llore en su hombro, y mis gritos y sollozos se escucharon sordos sobre su camiseta. Disminuí mi susto y mi respiración entrecortada continuaba en movimiento, haciendo que mi pecho suba y baje irregularmente.

―Sh, Sh ―me calmó él, y después suspiró ―. No sé qué habrías hecho si estuvieses sola―me susurró. Mis sollozos no llegarían cesar en ningún momento ―. Estoy aquí, Charlotte, tranquila.

***

No quería ir al instituto. De ninguna manera.

Ese sueño había corrompido mis ganas de dormir a las dos de la mañana, pero ni siquiera sabía que significaba, ni tampoco nada cercano a lo que tenía pensado que iba a suceder ese mismísimo día. Quería seguir durmiendo, pero cuando pude pegar un ojo, mi despertador llamado Nicholas Shay me dijo que era hora de ir al instituto.

Gracias, queridísimo primo.

―Vamos, tienes que ir ―dijo Nicholas, arrodillado a un lado de la cama de mi madre. Apoyó sus brazos y puso su pera sobre ellos para mirarme más de cerca.

―No hay razones por las cuales debo ir ―contesté ―. ¿Y qué harás tú? ¿Volverás a la universidad?

―Hoy revisé la página para ver mis clasificaciones y aprobé en todas las materias ―me respondió, poniéndose de pie con una sonrisa pegada en sus labios ―. Estoy de vacaciones. Volveré después del verano.

―Guau, felicitaciones ―dije, recostándome sobre mis codos en el colchón ― ¿Y qué planeas?

Salí de la cama de mi madre y comencé a caminar hacia mi habitación con Nick pisándome los talones.

―Supongo que hoy estaré buscando algún departamento en donde poder quedarme. No lo pensé ni dos veces, no quiero vivir más con mi madre ―dijo poniéndome una mano al hombro haciéndome girar antes de que entrara a mi habitación ―. Irás al instituto, yo te llevo.

Rodeé los ojos y asentí.

―Está bien, en cinco salgo para desayunar - dije, cerrando la puerta.

Luego de vestirme, fui al baño para prepararme y ponerme rímel, como siempre. Y después recogí mi mochila para ir a la cocina.

―Deberías comenzar a usar ropa más... ―comenzó Nicholas, pero lo calle con la mirada. Sabía que usaba ropa negra como si fuera parte de mi piel, pero de alguna forma me gustaba ―. No dije nada. Ahí está tu café.

Corona De Lágrimas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora