Capítulo Quince

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Tomás preguntó por Jasir y Galen a Facada. En el patio no estaban más que ellos dos. Ni rastro de ninguno de los otros miembros. Era extraño porque habían quedado para pensar alguna idea que les defendiera de posibles ataques de los grupos nazis. Además Jasir era quien siempre proporcionaba armas y elementos del exterior y Facada tenía pensado encargarle algunos recados. Pasearon por todo el exterior sin dar con ellos.

En el patio, además de los dos Messe, faltaba más gente. Los Biele y los Arier tampoco estaban. A Facada le daba todo muy mala espina.

-¿Y si se han unido para ir a por ti?- confabulaba Facada con sudores fríos de tan sólo pensarlo.

Tomás negó con la cabeza.

-Vendrá Morder- se le notaba muy seguro de su comentario. -Tiene que demostrar a todos que es más machito que yo, tiene que ganar los puntos que perdió, por eso creo que lo hará sin ayuda y delante de todos los testigos que le sean posibles. No me matará, lo vería todo el mundo-

Era increíble lo tranquilo que estaba.

-¿Miramos por ahí por si nos los encontramos?- preguntó el portugués.

-No tenemos nada más interesante que hacer- respondió Tomás con aburrimiento.

Facada movía la cabeza. Algo no andaba bien en la de ese crío. Actuaba como si no los conociera de nada.

-¿De verdad no te importan? ¿No te preocupa que les pueda haber pasado algo grave? ¿No coges cariño a nadie nunca?- estaba realmente indignado.

Tomás se quedó quieto, sin movimiento. Pensó las respuestas a esas tres preguntas que acababa de hacerle su compañero de celda. Era un no en las tres. Indagó bien dentro de su personallidad, de su "yo" interno por si veía un resquicio de lo contrario. Lamentablemente seguían siendo tres "no" rotundos.

Optó por hacer como que sí, no deseaba cerrarse las puertas de los Messe en las narices. Así que propuso ideas para comenzar a buscar.

-¿Dónde suele trapichear Jasir? ¿Tiene algún sitio específico para ello?-

Facada le miró de otra forma. Creyó que Tomás le mostraba un atisbo de esperanza de ser humano normal, con sentimientos.

-No, suele hacerlo según el día y la hora que sea- se intentaba explicar -Quiero decir que si es la hora de la comida no lo hará en el comedor-

-Bueno, eso lo pone algo difícil, no descarta muchos lugares porque es la hora del patio- Tomás se rascaba la cabeza -¿No hay algún sitio concreto al que suelan ir él o Galen?-

Facada se cogió la barbilla y miró hacia el cielo.

Ah, ya sé!- chascó los dedos -Todos los días se pasa por la enfermería a que le curen esa raja del dedo-



-¡Ah, ya sé!- chascó los dedos -Todos los días se pasa por la enfermería a que le curen esa raja del dedo-

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Los funcionarios tapaban el horrible aspecto de Jasir con una manta. La sangre del africano impregnaba casi cada rincón de la enfermería. Aún estaba caliente, lo habían matado muy recientemente.

Facada se tapaba la boca con las manos para no echar la bilis que le había provocado la visión de su amigo. Hizo bien en avisar de su hallazgo a los guardias. Al encontrarlo así estuvo a punto de desmayarse y se sentó en el suelo de espaldas a la puerta de entrada. Un sudor frío corría por su frente y las sienes le palpitaban con un intenso ritmo.

Tomás curioseaba la habitación. Miraba en busca de pruebas, cualquier cosa podría dar alguna pista de quien había sido el autor de esa brutalidad. También miraba a Jasir. Sentía un poco de asco, las tripas algo revueltas. ¿Sería esa la tristeza de la que tanto hablaba la gente? De todos modos no hizo mucho caso del cuerpo. Estuvo más atento a la aparición de la directora, seguro que acudiría al lugar. Sonrío al pensarlo.

Los policías les retuvieron durante largo rato haciéndoles todo tipo de preguntas a las que Tomás se negó en redondo a contestar. Esta acción le hacía parecer culpable y acabaría de nuevo en el despacho de Nuria, y lo sabía.

Facada lloraba sin compasión repitiendo lo buena persona que era su amigo Jasir y lo poco que se merecía acabar así. Que no tenía ningún enemigo y que Tomás y él habían estado en el patio todo el tiempo.

En lugar de aparecer la directora sonó una sirena por todos los megáfonos del reformatorio. Parecía que hubiese una guerra nuclear. Catorce interminables segundos duraba cada pitido y sonaron unas veinte veces. Estaba claro que querían alertar a cada recluso de ese centro y las señales sonoras indicaban que para nada bueno. Cuando terminó la horrorosa tortura acústica se oyó la voz de Nuria por los altavoces.

-¡Quiero a todos los reclusos en el patio ahora mismo! Repito ¡Quiero a todos los reclusos del puto reformatorio en el patio ahora mismo!-

-¡Quiero a todos los reclusos en el patio ahora mismo! Repito ¡Quiero a todos los reclusos del puto reformatorio en el patio ahora mismo!-

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En menos de cinco minutos estaba toda la gente en el exterior preguntándose que pasaba. Los guardias habían formado a la gente en filas indias de diez reclusos. Toda la seguridad del reformatorio estaba allí y hacían una barrera que impedía que nadie se moviese.

Nuria apareció por la puerta de las oficinas. Se le veía notoriamente enfadada. <Esta vez no va a hablar suavemente> pensó Tomás decepcionado. Paseaba de izquierda a derecha con los brazos abrazados y luego volvía haciendo el camino contrario. No hablaba. Miraba al suelo continuamente, como decidiendo lo que iba a decir. Paró en lo que creyó que era el centro justo y alzó la cabeza.

-Hoy hemos tenido dos asesinatos, esto se excede de la criminalidad habitual de este reformatorio- Empezó a andar otra vez, pero ahora mirando las caras -Sabéis que siempre que ocurren homicidios he de dar parte de los hechos a las autoridades- Volvió a parar y suspiró profundo -Pero esta vez no lo he hecho-

Hubo un murmullo gigantesco que se convirtió en cientos de voces hablando a la vez. La noticia cayó como una sorpresa y tenía a todo el mundo desconcertado. Los guardias no daban crédito a lo que oían, a Marino sin embargo le gustaba, se olía el final del discurso. Tomás también y sonrió para sus adentros. Nuria siguió.

-Esta vez voy a dejar que haya venganza, pueden irse-



(El de la foto es Marino)

Antisocial ® (3 Colección Trastornos Mentales) #sakura2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora