Capítulo Trece

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Aquel día, durante la comida, no apareció Maslo. Cosa que no extrañaron los Messe porque no repararon en ello, pero sí los Biele. Maslo solía ser el primero de ellos en llegar a comer y también el primero en acabar, aunque eso tenía más que ver con su ansia por ingerir comida. Pero ese día no llegó.

Zabic pensó que era muy raro y así lo comunicó en la mesa a los otros dos nazis polacos. 

-¿Dónde demonios puede estar Maslo?- preguntó mirando a Komputer* -¿No ibais juntos tú y él?-

Komputer apenas comía, estaba muy flaco. Era el cerebro de la banda y puede que de todo el reformatorio. Le encantaba todo lo que tuviera que ver con la informática y se pasaba el día pensando en crear aplicaciones nuevas que le diesen el salto a la fama y riqueza mundiales, como el creador de Whatsapp o de Facebook. Aunque allí dentro, poco podía hacer, sólo les dejaban usar el pc breves ratos durante los fines de semana y eso si pertenecías al club de "Info".

Miró a Zabic evadiéndose de su pensamiento.

-Sí, pero nos separamos al llegar al pasillo de limpieza y mantenimiento- contestó -Hay muchas puertas por ahí-

Zabic dirigió su mirada a Tomás que comía muy tranquilamente sentado junto a su nueva banda y, creía él, ajeno a todo.

Jasir golpeó suavemente con el codo a Tomás para indicarle atención.

-Mira, hermano- señaló a los Biele con un gesto de las cejas -Te están mirando-

Tomás siguió comiendo como si nada le preocupase, de hecho, nada le preocupaba.

-Sin duda te buscan- concluyó Facada -Seguro que Zabic está intentando chupársela a Morder con este favor, para unirse a él y esas cosas. Será mejor que acabemos antes que ellos y vayamos rápido al patio para que no puedan cogerte a solas-

Komputer se levantó un momento y miró a lo largo y ancho de todo el comedor con detenimiento. Parecía estar buscando a alguien. Entornaba los ojos como para fijar más la atención, como si fuese un robot con detector de movimiento.

-¿Qué haces?- Zabic tiró de su codo hacia abajo para que se sentase -No te levantes, no hagas nada sospechoso, joder-

-¿No te has dado cuenta de que los Arier no han venido a comer tampoco?-

Zabic cambió el gesto a preocupación.

Una decena de funcionarios armados entró al comedor provocando ruido y haciendo callar a la gente. Se colocaron en círculo en el centro del sitio para no dar lugar a posibles escapadas de nadie. Una vez que acabaron de formarse la directoria Nuria hizo aparición. Andaba despacio, con las manos en la espalda, llenando todo el ambiente con su perfume y sus enormes ojos verdes. Se hizo el silencio total, cada recluso allí presente fijó su atención en ella. Se colocó en mitad del círculo.

-Hola a todos- saludó Nuria con gesto serio.

Nadie contestó.

-Sin rodeos. Hemos encontrado muerto a uno de vuestros compañeros, Rafal Pawlak, le llamáis todos Maslo- dejó una pausa para observar reacciones.

Las caras de los allí presentes eran verdaderos poemas. ¿Maslo el Manteca? ¿Con lo grande que es? ¿Quién podía haberse atrevido con semejante mole? ¿Habría muerto de un ataque al corazón? Se cuidaba muy poco. Otros se alegraban de su muerte pues Maslo no causaba mucha simpatía entre las razas que no fuesen blancas. La directora continuó.

Antisocial ® (3 Colección Trastornos Mentales) #sakura2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora