QUINTO CHICO
Soy el eslabón más débil de la cadena, lo sé, tan perfectamente como sé que Andrés era el más fuerte de nosotros. Y ahora está muerto.Siempre creí que si alguien buscase venganza en nombre de la chica, en caso de que descubrieran que teníamos algo que ver en eso, esa persona empezaría conmigo. Pero no fue así y es aterrador, porque el hecho de que sea él quien se fue primero es una advertencia. Si pude con su líder, ustedes serán pan comido me parece que dice.
Y es la voz de la maldita chica, joder, es ella. Andrés aborrecía muchas cosas y entre ellas estaba el suicidio, la cobardía de quien lo comete. ¿Por qué, entonces, lo haría? Solo estaba esa explicación, por más irracional que pareciese. La chica muerta regresó por una venganza. No, la chica no, lo que había en ella.
Lo vi, estoy seguro de que, si cierro los ojos y me concentro, lo volveré a ver. Y si tengo una cualidad es la buena memoria. Sé que ella no estaba sola cuando murió. Y sea lo que sea que ocultaba en su interior, también le hicimos daño y por eso cobró la forma del cadáver y decidió vengarse. Pero, ¿por qué hasta ahora? ¿Por qué esperar tantos días?
Al principio, a la mañana siguiente al crimen de hecho, sentí miedo. Todos, quizá. Cada vez que la puerta se abría o sonaba el timbre o alguien llamaba al teléfono fijo de la casa, me imaginaba que una persona decía que sabía lo que mis amigos y yo habíamos hecho la noche anterior. Y yo suplicaba clemencia, a como lo hizo la chica, pero lo ignoraban y me sacaban a rastras, y me empujaban a patadas al interior del auto de policía.
Todos los vecinos estarían afuera y lo verían, y se acercarían entre ellos para murmurar. Y mi hermano mayor cerraría la puerta con fuerza luego de decirme que ya no formaba parte de su familia. Bajaba la vista a mis manos y tenían sangre, entonces empezaba a llorar y eso era todo.
Pero jamás sucedió nada. Ni ese día ni al siguiente ni al siguiente ni al siguiente ni al siguiente. Y creí que sería otra historia olvidada para siempre.
Me equivoqué.
Cuando nos reunimos para comer en casa de Andrés al día siguiente, por un instante juraría que nadie recordaba lo que habíamos hecho. O como que jamás hubiese ocurrido. Se veían tranquilos, serenos, y pensé que tal vez lo había soñado.
Pero no, no lo soñé. Mi memoria jamás fallaba y estaba seguro de que unas horas antes nos reunimos en el límite del pueblo, que seguimos a una chica inocente por un simple capricho de Michael y que de un momento a otro el asunto se puso feo y alguien terminó herido. Michael quiso defenderse y en medio del caos nocturno y causado en parte por todo lo que había tomado y lo envalentonados que estábamos nosotros, ella terminó muerta.
Sí, la noche anterior habíamos cometido un crimen.
Al terminar, nos fuimos del comedor, conversando alegremente sobre unas vacaciones que estábamos organizando los cinco.
Queríamos salir del pueblo, de la rutina, quizá ser un grupo de mochileros que recorrían a pie el país. Eso sonaba prometedor y la verdad es que me gustó creer que lo haríamos. Nos imaginaba lejos, pero haciendo obras buenas en el camino, como una expiación. Un peregrinaje. Quizá de esa forma callaríamos la voz de la consciencia y seríamos felices.
Cuando creí que mis pensamientos me asfixiarían, doña Esther se puso en pie y nos dijo que nos traería algo, que conversáramos en su ausencia.
Pero nadie habló.
Doña Esther nos sirvió el postre en la sala y se despidió. Tenía que ir con el hermano menor de Andrés a comprar algunos alimentos, lo cual era demasiado extraño porque para ese tipo de labores tenían al padre. Lo que yo pensaba es que iría a comprar artículos para celebrar el cumpleaños de Andrés, pero preferí no hacer ningún comentario al respecto.
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ÉRAMOS CINCO
Gizem / GerilimUn suicidio inesperado que reúne a un grupo de amigos marcados por un trágico pasado y por un crimen. Entonces empieza una carrera contra reloj para salvarse de lo que viene por ellos, para salvarse de sus secretos y de la muerte. ¿Podrán terminar l...