Alone [Yoonmin] ©

12 - "Sentimientos"

"Ojalá pudieras verte de la forma en que yo te veo, quererte como yo lo hago. Si lo hicieras, verías lo maravilloso que eres. Gracias por haber aparecido en mi vida".

Jimin sonrió. Su corazón aún latía a toda velocidad cuando leía aquellas notas. De hecho, esta vez pudo notar que también había otra, una más pequeña que estaba ubicada debajo de esa.

"Yo también quería ser tu admirador secreto ¿Creías que no me enteraría? ¿Que no haría nada para estar también en tu ventana? Por favor, sonríe mucho y sé feliz. Nadie lo merece más que tú. Sé que podrás mejorar pronto. Lamento no poder estar ahí como quisiera, pero lo haré muy pronto. Te quiero".

El joven frunció sus cejas. Eso era nuevo. Y este otro admirador era más astuto, pues había impreso la carta. Tampoco había utilizado palabras típicas de nadie. De todas formas, a pesar de no tener idea de quién la había hecho, la atesoró con el mismo cariño que a las notas de Yoongi.

Hablando del mayor, este comenzaba a trabajar ese mismo día. Jimin aprovechó su ausencia para preparar algo para él. Había estado pensando mucho en las palabras de la doctora Lee. Yoongi se estaba esforzando mucho por él, y debía mostrarse agradecido, tomar sus consejos, usarlos e intentar estar mejor por él.

Y también recordó las palabras de su amigo. Tenía que intentar estar mejor por su propio bien. Aún no sabía cómo hacerlo, pero tenía ganas de intentarlo.

Por otro lado, más allá de querer devolverle el gesto a Yoongi, quería demostrarle otras cosas. Jimin se creía un completo inexperto en el amor, pero estaba casi seguro de que le gustaba mucho el pelinegro. Siempre había sentido un gran afecto hacia él, pero jamás creyó que eso podría transformarse en algo más que en una amistad. Sin embargo, luego de haber conocido más de sus facetas —la protectora, la que lo quería salvar de cualquier mal en el mundo, la dulce y cariñosa, o la que expresa sus sentimientos sin miedo—, todo se volvió claro a sus ojos.

Min Yoongi le gustaba. Estaba casi seguro de ello.

Jimin terminó de escribir una carta que había estado planeando entregar desde hacía ya varios días. La metió dentro de un sobre, y escribió el nombre de Yoongi en ella. De todas formas, sería obvio el destinatario, ya que esta sería dejada en el cuarto del muchacho. Rió, nervioso, y se escabulló hacia el pasillo hasta la puerta de la habitación de su amigo. Jimin se agachó y apoyó el sobre en el suelo. Estaba a punto de empujarlo hacia adentro, cuando una sensación de temor lo invadió por dentro.

No estaba del todo seguro de sus sentimientos hacia Yoongi. Además, probablemente, el chico ni siquiera sabía de los mismos. No se había confesado, ni lo haría en la carta o en persona. Al menos dentro de un buen tiempo ¿Entonces por qué sentía que su amor no era correspondido? ¿Por qué, si aún no pasaba nada?

La respuesta estaba en su mente. Ahí, él se encargaba de pensar en lo que pasaría en un futuro ¿Por qué nunca le salía nada bien?

Se imaginaba a sí mismo confesando sus sentimientos, y a Yoongi diciéndole que sólo lo quería como a un amigo. Después, un sentimiento de incomodidad entre los dos se encargaría de distanciarlos hasta el punto en el cual ya dejarían de verse, de vivir juntos y de ser amigos.