Alone [Yoonmin] ©

29 - "Futuro"

Era de noche. El viento frío chocaba contra las mejillas de Yoongi, provocando que este tuviera que subir su bufanda un poco más. Miró a su alrededor y sonrió. No faltaba mucho para el invierno, ni para las nevadas más fuertes. El sólo pensar en ello hacía que se sintiera feliz.

—¡Niños! ¡Vengan aquí! —exclamó una mujer que pasaba cerca— ¡Estamos cerca de la calle! ¡Puede haber un accidente!

Yoongi, al haberla oído, se corrió un paso hacia la izquierda, haciendo que los dos pequeños que venían jugando entre ellos, se detuvieran al verlo como un obstáculo. La señora llegó y respiró, agitada.

—Gracias.

—No hay de qué.

Mientras los veía irse, el muchacho sonrió. Esos dos pequeños le habían recordado a él y a Jimin cuando eran mucho más jóvenes. Siempre juntos, jugando todo el día, queriéndose mucho desde un principio, sin tener idea de que, en un futuro, estarían viviendo esa realidad, en la cual ya llevaban casi dos meses y medio de relación.

Después de haber tardado una eternidad —al menos, así lo sintió—, llegó a su apartamento. Abrió la puerta y cerró sus ojos, esperando sentir, como todos los días a la misma hora, los brazos de Jimin enredándose detrás de su cuello, y sus dulces labios sobre los de él. Sin embargo, no pasó. Abrió uno de sus ojos, viéndose solo en la sala. Frunció sus cejas.

—¿Jiminnie?

—Aquí, hyung.

Yoongi siguió el sonido de la voz del menor hasta la cocina, y lo vio sentado a la mesa con su computadora. Lo abrazó desde atrás y besó su mejilla con cariño.

—¿Qué haces?

—Estuve toda la tarde armando un currículum nuevo.

—¿En serio? ¡Genial! ¿Lo terminaste?

—Sí, pero...

Jimin minimizó la ventana que estaba usando, dejando ver el documento que había hecho. Bajó la cabeza y suspiró.

—¿Qué?

—Está muy vacío.

—Bueno, no va a estar lleno. Aún no has trabajado en ninguna parte —calló, pensativo— ¿Qué hay de los niños a quienes les ibas a dar clases?

—Jamás vino ninguno. Todos los que me aseguraron que vendrían, me dejaron esperando, ¿Recuerdas?

—Eso no quiere decir que no fueras un maestro.

—No lo soy.

—Ey, que no hayas estudiado para eso, no quiere decir que no lo seas. Ibas a dar clases. Eso te convierte en uno.

—No, lo descarto.

—¿Cuidado de niños? Digo, cuando tus padres trabajaban, tú cuidabas a Ji Hyun.

—Es dos años menor que yo.

—¿Y? Lo esperabas fuera de la escuela para acompañarlo hasta tu casa, estabas con él cuando enfermaba, lo llevabas al médico si así lo necesitaba, le cocinabas, incluso te hacías cargo de todo en tu casa para que él no tuviera que tener esa carga... creo que, hablando de esto como un trabajo, fuiste más que un niñero.

—¿Un sirviente? —rió, sarcástico.

—No dije eso.

—No, pero yo sí. Son cosas que estoy viendo recién ahora. Y duele, ¿Sabes? De todos modos, no importa. Estoy aquí, estamos viviendo juntos desde hace mucho tiempo, y no tengo por qué remover cosas del pasado.