9 - "Comparaciones"

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Luego de haber preparado las cosas necesarias, Jimin y Yoongi salieron para visitar a su amigo. Pudieron haber ido en autobús, pero el día estaba demasiado bello como para llegar más rápido sin disfrutarlo. Si iban a pie, tardarían de treinta a cuarenta minutos hasta la casa de Hoseok, lo cual no era un problema para ninguno de los dos.

El sol brillaba intensamente. Jimin tenía sus ojos entrecerrados por su cegadora luz. Hacía mucho calor. La temperatura se encargó de teñir las mejillas del menor de color rojo. Yoongi rió por lo bajo, se quitó la gorra que tenía puesta y la colocó sobre la cabeza del menor.



—¿Qué haces?

—Hay mucho sol. Te puede hacer mal.

—¿Y qué hay de ti?

—Yo estoy bien. Me puse protector solar antes de salir.

—¿Y eso qué?

—Sólo... no te preocupes, ¿Sí?

—Está bien.



Los minutos pasaban mientras el paseo se llevaba a cabo, y ambos se encontraban riendo a carcajadas de cualquier tontería. Yoongi había extrañado aquello. Antes de la gran confesión de los problemas que tenía, Jimin solía actuar de esa forma frente a todos. Era divertido, reía hasta de los chistes más tontos y contaba historias asombrosas. Aún así, aunque todo eso fuera una máscara, Yoongi sabía que él era así en el fondo. Sabía que esas actitudes eran falsas, pero que también eran parte de él.



—¡Ey, Park! ¡No puede ser! ¡Ha pasado tanto tiempo!



Jimin giró su cabeza hacia su izquierda para ver al dueño de esa voz. Miró con atención al joven que se acercaba corriendo hacia ellos —ya que le costaba trabajo reconocerlo—. Era Jeon Jungkook. Había ido a la misma escuela que él, cuando solía vivir en Busan. Ambos habían sido vecinos, y solían pasar mucho tiempo juntos, aunque no por demasiado tiempo. Cuando Min Yoongi se mudó allí, se adueñó de todos los momentos libres de Jimin.

Jungkook ya no era el pequeño de doce años que él recordaba de cuando lo había visto por última vez. Era alto, incluso mucho más que él. Los músculos en sus piernas y brazos se veían bien definidos, y su piel estaba perfectamente bronceada, aunque no demasiado. Su voz se oía mucho más masculina, pero seguía siendo dulce.



—¿Jungkook? —preguntó Yoongi— ¿Está vivo?

—¿Qué dices, hyung? —susurró Jimin, regañándolo— ¡Jungkookie!

—¡No puedo creer que sean ustedes, chicos!

—¡Casi no te reconozco, enano! ¡Estás muy cambiado!

—No estoy seguro de que puedas seguir llamándome así, Yoongi hyung —rió suavemente.

—Mocoso... ¿Qué andas haciendo por aquí?

—Vine de vacaciones a la casa de unos parientes. Estaba aburrido ahí, así que salí a caminar un rato ¿Qué hay de ustedes? Desde que mi familia se mudó y dejamos de ser vecinos, no supe nada más.

—Vinimos a vivir aquí. Ambos estudiamos y trabajamos.

—¡Genial! Yo también estudio. Empecé la universidad en marzo. Me dieron una beca para estudiar administración de empresas. Resulta que mis notas eran muy buenas, así que pude lograrlo.

—¡Eso es genial! ¿Es la carrera que te gusta?

—Sí, así es. Además, puede que me sirva para seguir con la compañía de mi padre, o para emprender una nueva. De hecho, mi papá me consiguió un puesto. Estoy ahí desde hace un mes.

Alone [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora