☆Cap 18

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Desaté el delantal de mi respectivo uniforme, y lo colge en mi casillero. Cambíe mi ropa y camine con mi bolso hasta la puerta de salida.

El frío de la noche choco en todo mi cuerpo, causando un enorme escalofrío entre mi espalda, me estremecí y seguí caminando en las oscuras calles.

Desde lo lejos pude ver la farmacia. Camine hasta ella y seguía abierto.

Abrí la puerta haciendo que unas campanitas sonaran.

Saque un número y espere mi turno, aunque sea tarde, aún hay personas en esta.

Por suerte esta abierta hasta las 12 de la noche.

Le pasé la receta a la farmaseutica la cual fue en busca de el medicamento.

Me lo pasó y le pague.

Salí de la farmacia y caminé hasta mi casa.

Abrí la puerta, mi casa estaba oscura, como siempre.

Encendí las luces, colgué mi bolso y mi chaqueta.

Camine hasta las escalera y subí, camine hasta el pasillo y escuche toz de parte de mi madre.

Suspire y abrí la puerta.

Ella, como siempre, me recibe con una sonrisa.

-Hola linda- me dice con una sonrisa no tan autentica, pero si yo fuera ella, estaría demacrada.

-Hola ma- sonreí al ver la bolsa que tenía en mis manos- mira, compre los medicamentos que necesitas.

Ella cambío su expresión rapidamente y se puso sería- Sabes que odio que trabajes tanto y lo gastas en medicamentos costosos.

-Mamá, por eso trabajo, trabajo para tus medicamentos y para tus citas para el doctor, además si alcanza para pagar la luz y el agua de la casa.- pero lo que mi madre no sabe es de que le pido prestamos al banco para las cuentas de agua y luz.

-Hija, si solo trabajarás para la casa, tendrías para la universidad- agachó su cabeza por una lagrima que resvaló por sus mejillas.

-Mamá, trabajaré por ti el tiempo que sea necesario, trabajare por ti hasta que ya no pueda más, ¿okey?

-Hija, me siento mal por no darte lo que mereces, mereces estudiar, mereces sacar tu titulo de medicina. Mereces divertirte, esta es la edad de salir con tus amigos y divertirte y yo no puedo darte eso. Me siento un fracaso.

-¡No! ¿como te atreves a decir eso?- dije con lagrimas en mis mejillas- yo te amo y si es necesario dejar la universidad por años lo haré, y lo haré solo por ti. No me vuelvas a hablar de eso, y no eres un fracaso, eres la mejor madre del mundo, ¿okey?

-Esta bien- me acerque y quite sus lagrimas de su rostro y la abrace.

-Bueno, si sirve para que estes más tranquila, saldré este fin de semana.

Mi madre chillo de emoción- que bueno, no te preocupes por mi, estaré bien, me tomare mis medicamentos y listo.

-¿Segura que estarás bien?

-Claro que si hija- me dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

-Esta bien, okey, iré a cenar.

-Ve- bese su frente y salí de la habitación.

Caminé por el oscuro pasillo y baje las escaleras.

Preparé mi cena y me dediqué a comer. Estaba sentada viendo televisión en el sofá. De a poco mis ojos de fuerón cerrando hasta que caí en los brazos de morfeo.

Abrí mis ojos y escuche a las aves cantar.

Me estiré y me digne a ver la hora.

¡Son las 10!

-¡Mierda!- corri hasta mi bolso y no me dio tiempo de bañarme, solo de correr hasta mi trabajo.

Llegue hasta este y mi jefe me esperaba de brazos cruzados en la puerta, dandole más poder del que tiene, a pesar de que sea familiar de Aarón, me resulta muy poderoso, tiene muchos de estos restaurants por toda la ciudad, muy exitosas por cierto.

Carraspeo su garganta y mi hizo una seña para que hablara.

-Lo siento, de verdad, me quede dormida, eso no me ha ocurrido nunca y...

-Esta bien, ve a trabajar.

-Gracias, Gracias, Gracias!- lo abrace y se tenzo al instante, me solte y corri hasta mi casillero.

Me puse mi uniforme y suspire.

¡Otro día en este infierno!

Te quiero en mi cama Sevilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora