Sakura Haruno, una mujer capaz de todo, decidida y con una hermana por la cual pondría las manos en el fuego.
Karin su hermana mayor se casara con un empresario muy importante, Sasuke Uchiha.
Un amor prohibido y apasionado nacerá entre la tormenta...
-Sarada ha crecido mucho-Sasuke se escuchaba orgulloso de aquello.-Eh Sakura también estas orgullosa ¿verdad?-se sentó en cuclillas frente a la lápida de la mujer que amaba con el corazón.
-Papa...-una voz dulce y aguda interrumpió la cálida conversación de Sasuke.
-¡Hey como haz llegado aquí!-Sasuke se sorprendió al ver a la pequeña niña que caminaba con dificultad, sobre todo al escucharla decirle "papá"
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-¡Papa!-dijo mientras caía en brazos de Sasuke.
-Hey cuidado-una sonrisa se vio en el rostro de Sasuke.
La tomo entre sus brazos y la cargo.
-Mmama-intento pronunciar Sarada.
Sasuke se estremeció al escuchar aquellas palabras. Contuvo su llanto y esbozo una sonrisa para la pequeña que ahora era su prioridad. La amaría y la cuidaría como le había prometido a Sakura.
-Eres inteligente igual que tu madre-dijo mientras se agachaba y ponía una rosa en la lapida.
-¡Eh Sasuke!-Ino apareció junto con Itachi quien llevaba una cesta de comida.
-Era realmente sospechoso que Sarada llegara sola hasta aquí-
-Lo siento te veias tan deprimido, pensé que traer a Sarada te haría bien.-
-Gracias-
-¡Como está la niña más hermosa del planeta eh!-dijo Itachi mientras arrebataba Sarada de los brazos de Sasuke y le hacía cosquillas.
-¿Estarán bien?-pregunto Ino preocupada por los dos.
-No te preocupes, estaremos bien. Ella es muy inteligente, se que cuando sea mayor comprenderá todo. Por el momento quiero hacerla feliz, quiero que Sakura se sienta bien en donde quiera que este-Sasuke alzo su mirada al cielo con una sonrisa- porque Sarada es todo para mi.
Le esperaban días duros y llenos de aventuras junto a su hija. Se encargaría de ser la persona que algún día Sarada estaría orgullosa de llamar "PADRE".
¿Karin? Sintiéndose culpable por la muerte de Sakura se hundió en la depresión y finalmente tuvo que ser internada en un hospital psiquiátrico, su conciencia la torturaba cada vez que cerraba los ojos. Aquella enfermedad había sido una farsa. Sasuke la visitaba cada vez que podia, no le guardaba rencor, después de todo era su hermana.
-¿Quieres jugar conmigo?-dijo Karin en cuanto vio a Sarada escondida detrás de Sasuke.
-Está bien Sarada no te hará daño-dijo Sasuke mirándola cálidamente.
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-Si la vieja loca te hace algo, me encargare de ella-la voz de Ino se escucho a lo lejos.
-¡Ino!-la vos dulce de Sarada derretía a cualquiera que la oía.
-Puedes dejar de hacer eso-Sasuke se sintió incómodo.
-¡Juega conmigo!-Karin tomo de la mano de Ino y la llevo por el extenso jardín.
-Vamos Ino, no te hará daño un poco de diversión-Sasuke parecía divertirse con la situación.
-Papa-Sarada extendió los brazos, quería que Sasuke la cargara.
-Vaya, si tu madre me viera diría que te estoy malcriando-
-¿mmama?-Sarada miro fijamente el rostro de Sasuke.
-Si, mamá-respondió mientras le daba un beso en la frente.
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Karin e Ino corrían de un lado a otro, haciendo que Sarada se riera de aquel espectáculo.
Ese día hacia calor pero una brisa reconfortante le daba un toque fresco. La historia de amor que Sasuke y Sakura construyeron se había derrumbado pero dio paso a una nueva, donde no habría tristeza ni dolor. Una historia que a Sarada le encantaba escuchar todas la noches, mientras tomaban leche y comían galletas.
