Capítulo 22: Guerra

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—¡¡Ni se te ocurra entrar!! — Ira se precipitó a defender la entrada empuñando un sable que alzó amenazante directo al cuello de Lilith.

—¿Estáis seguros de que queréis clavármelo? —

Salieron de entre las sombras seres oscuros, todos idénticos entre sí acompañados de Lujuria.

—Lujuria...— dijo Orgullo en el momento en que comprendió la actitud que había tenido su hermano, había caído de nuevo en su pecado siendo presa de Lilith. Se sintió decepcionado con él mismo por no haberse percatado de su pobre hermano.

El amante de La Temida se detuvo y en un intento de compasión por el que fue su mejor amigo le alargó la mano.

—Uníos a nosotros. Ya no hay vuelta atrás—.

Orgullo se estremeció y aferrándose a su izquierda, sacó de su funda su afilada espada.

—¡No os quiero ni ver! —

—Eso es lo que queréis. ¿Alguno de vosotros tiene aprecio a la vida? — echó una vista rápida a cada uno de sus hermanos. Y viendo que todos defendían la postura de Orgullo dijo:

—Apresarlos—.

Un soldado como una sombra alta, escuálida y fría se deslizó frente a Orgullo. Otra se alzó ante Ira, Pereza pudo escaparse de entre el hacinamiento de sus hermanos y se dirigió solitario al castillo por una entrada secreta del otro lado del muro. Allí los soldados de Lucifer aguardaban el ataque, los escudos de metal relucían como diamante entre la sombría maraña de árboles negros que rodeaban la entrada. El viento azotaba las ramas de los putrefactos árboles que crujían haciendo del sonido el himno de la muerte.

—¡¡Lucharemos por nuestro Rey!! — gritó Ira.

Orgullo avistó que un caballero oscuro se abalanzó sobre él para apresarlo y el filo de la espada de Ira se hundió sobre el pecho de su enemigo. Se clavó como una aguja haciendo que la sangre del ser le manchara. El caballero le atizó en la cara un golpe, la fina hierba se aplastó del peso del cuerpo de Ira, aquel soldado lo dejó inconsciente. Siendo el golpe el comienzo de la disputa, Gula a tres metros salió disparado tras él.

—¡¡Juro que os pudriréis!! — maldijo y se lanzó velozmente con cuchillo en mano. Cualquiera diría que era grueso, porque se acercó ágil y ligero hacia el soldado, asestándole una cuchillada en el brazo.

—¡Ahg! — contraatacó el ser con el puño de la espada en la boca rompiéndole la dentadura.

—¡Al ataque!— Orgullo no se resistió y junto con sus otros hermanos empezaron a atacar . Las espadas chocaban, chirriando y el sonido de aquello hizo que quisiera tapase los oídos. Pero él era determinante y siguió asaltando cortando cabezas a su paso. Una de ellas rodó por la maleza chocándose contra un árbol y cayendo cerca de los pies de Lilith. Se miraron y Orgullo escupió al suelo, luego al girarse vio cómo tres soldados habían raptado a Avaricia y a Envidia. Se recompuso y se arrojó hacia ella, alzó la espada al corazón, desafiante. Lujuria lo divisó y a lomos de su caballo le apuntó con la hoja por encima de la cabeza. Le temblaban las manos puede que a causa del aprecio que tenía por él o puede que fuera por el peso del arma.

—Soltar el sable— exigió.

—Matadme Lujuria, porque prefiero morir antes que perder mi honor—.

—Hacedlo— le pidió Lilith.

El rostro de Lujuria cambió del dibujo de una tez dura y decidida a una tez abatida, sus cejas cayeron, no pudiendo ocultar que no quería hacerlo. Orgullo cerró los ojos para rezar. Las manos largas y frías de Lujuria le acariciaron la mejilla, agarró su cabeza haciéndola reposar en su pecho y la hoja de la espada se adueñó del cuello de Orgullo.

La Manzana Prohibida [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora