Entró el viejo consejero por las lustres puertas del salón del Rey, había sido llamado y para inri le preocupaba el bienestar de éste. Hacía semanas que no salía de su morada, no asistía a las reuniones, ni celebraciones ni siquiera a los convites que tanto gustaba de su presencia.
Pereza llegó quejumbroso por la dichosa silla de montar y decidió en ese instante sobre la piedra de la habitación más concurrida de satanás, que era la última vez que la utilizaba, tenía que cambiarla ya o el dolor en sus caderas lo iba a terminar de destrozar. Tomó como costumbre dar tres palmadas en seco a su larga capa antes de mostrarse ante su Rey y así lo hizo; dio una, luego la siguiente y la tercera no pudo pues le interrumpió la llegada de un cocinero a la sala.
Su ceño se frunció, Lucifer postrado sobre su robusto asiento saboreaba una comida nada familiar en ese mundo; era frondosa y muy llamativa, le recordó al mismísimo cielo pues parecían nubes en mitad de una cama dulce. Unas rodajas de un fruto familiar le dejaron anonadado, eran manzanas. Ese fruto prohibido por Dios.
—Disculpad el retraso mi señor—.
—Cada vez estás más viejo Pereza— bufó al aire— casi te pierdes este delicioso postre.
— ¿Postre? —
—Ven aquí pruébalo—.
Pereza se acercó dudoso hacia la larga mesa que los vasallos habían preparado con mucho esmero. El mantel negro avivaba esa comida haciéndola más apetitosa aún que los muslos de cordero que tanto amaba Gula. Pereza se inclinó y pidiendo permiso a su Rey cogió un trozo de ese manjar.
—Es... delicioso— continuó masticando sorprendido por los nuevos sabores.
— ¿Sabes qué es esto? —indicó satanás un trozo clavado de manzana en su tenedor.
—Lo reconozco. ¿De dónde lo habéis conseguido? —
— De la Tierra—.
Pereza resopló
—Mi Señor...—
—No hables— Lucifer le interrumpió. — Me llevé conmigo algunas cosas de su mundo cuando me marché. — Pereza asintió convencido—.
— ¿Eso es de ellos? —
— ¿Magnífico manjar verdad? —
— ¿Qué es? — Preguntó señalando a la espuma firme que decoraba el pastel— ¿nubes?
—No— se rio— se llama "nata".
—Nata— repitió extrañado.
—Y esto es bizcocho—.
— ¡Vaya! Diría que es comida pues os la lleváis a la boca pero es muy...muy curiosa—.
—La elaboran ellos con sus propias manos. ¿No crees que es increíble? —
—Mi señor... —
—Ven no seas melindroso—.
Pereza se acercó sentándose a la derecha de su majestad y observó cómo entró de nuevo el cocinero dejándole otro extraño plato en la mesa.
— ¿De qué se trata? —
— ¡Oh! Lo han traído un poco tarde... ¿Lo hueles? —
Pereza acercó su nariz a esa masa redonda e inspiró el aroma haciéndole consigo la boca agua.
—Se llama pizza—.
—Pizza... —
—Disfruta Pereza, os va a gustar—.
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La Manzana Prohibida [TERMINADA]
RomansaSi Lucifer te concede un deseo... ¿Qué le pedirías? Eva es una joven que se siente profundamente enamorada de su mejor amigo Adán, un compañero de clase y a su vez un atormentado vecino que pertenece a un grupo de chicos muy selecto . Y...