Al principio nuestros besos eran muy intensos fruto de las ganas que nos entraban al vernos, más tarde se convirtieron en algo habitual que hacíamos, pero no es que estuviera mal que lo fuera. Es que era tan frecuente besarnos que lo hacíamos a todas horas y si alguno no lo daba era hasta raro; por la mañana no podíamos evitar saludarnos con un besito, al medio día nos despedíamos con otro, por las tardes nuestro saludo era uno un poco más caliente y en las noches nos despedíamos algo cariñosos.
Así pasaron los días, por mi parte creyendo que éramos novios aun sin haberlo hablado, acostumbrándome al calor de su cuerpo, de sus labios, de su mirada... y por su parte, él tenía asumido que eso era efímero.
Cuando me enteré que todo lo que habíamos vivido esos días, es decir, las ganas que le entraba por estar conmigo, por conocerme, ese aprecio repentino que decía que nos había cogido, iba a acontecer un final no pude mas que odiarle.
Odiarle por haberme creado ilusiones con lo nuestro, por haberme hecho pensar que tal vez podría funcionar, que quizás podíamos ser una pareja normal y que estábamos destinados para estar juntos.
Pero eso no fue así y no lo asimilé hasta el día que dejó de darme esos besos cada día. Nunca imaginé que eso que hacíamos tan a menudo lo podía echar de menos y el día que me di cuenta que ya no iba a ocurrir me eché a llorar.
Todo fue de la noche a la mañana, en el mismo día a su adiós hicimos el amor sobre una alfombra frente a la chimenea de una cabaña de madera que alquiló especialmente para nosotros. Recuerdo la ilusión que me hizo pasar el fin de semana con él en lo alto de la montaña.
¿Quién podría decir que estaba preparándolo todo para marcharse para siempre?
Llegué con la sonrisa de oreja a oreja a la estación de trenes, dónde me esperaba con mi sorpresa. Todavía no sabía que era lo que me tenía preparado, y con maleta en mano me acerqué a él, que esperaba junto al tren mi llegada.
Solté la maleta al suelo y le abracé tan fuerte que casi se ahogó al hablarme. Luego nos dimos nuestro rutinario beso y entremos. Después de dos horas de viaje lleguemos a esa maravillosa cabaña de madera rodeada de pinos y abetos. Y chillé de la emoción, grité tanto que hasta se me saltaron las lágrimas.
Dentro de esa casita tan bonita era espectacular, pues por fuera parecía bastante pequeña, pero cuando entrabas estaba todo tan bien distribuido que te hacía sentir que era enorme, además de muy moderna. La concina americana tenía lo necesario para dos personas; una vitro de dos fogones, una pequeña nevera y alguna que otra estantería, pero pensé que no la utilizaríamos que estaríamos lo suficientemente distraídos en otras cosas para acordarnos de comer. Después me enseñó el cuarto de baño y vaya cuarto de baño. Con un jacuzzi y un techo de cristal para ver las estrellas. Esa misma noche la estrenemos... y ¡qué bien estreno! juntos y revueltos. Luego el comedor, con un sofá en forma de L y una televisión retro y por último <<nuestra habitación>> él fue quien dijo "nuestra".
¿Por qué tanta atención Lucifer?
Puede que lo mejor hubiera sido mantener las distancias después de nuestro trato, que me hubiese dado algún corte, que fuera distante, quizás hubiera preferido haberme sentido utilizada antes de que me hiciera creer que todo iba bien.
Ese día poco hicimos, el viaje fue tedioso y estábamos cansados, picoteemos un poco de comida después del buen baño que nos dimos y nos fuimos a dormir. Nuestra primera noche durmiendo juntos de verdad. No como aquella vez que llegó herido a mi habitación, ni siquiera fue igual que el día que dormimos en la suya. Esta vez lo esperábamos sin complicaciones sin esperar algo a cambio y lúcidos para saber que eso significaba algo más. Al menos para mí significó mucho. Poco después rodeada de sus brazos nos quedemos dormidos y creo que nunca he dormido tan bien como esa noche.
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La Manzana Prohibida [TERMINADA]
RomantizmSi Lucifer te concede un deseo... ¿Qué le pedirías? Eva es una joven que se siente profundamente enamorada de su mejor amigo Adán, un compañero de clase y a su vez un atormentado vecino que pertenece a un grupo de chicos muy selecto . Y...