Al día siguiente, tumbada bocabajo sobre mi cama, seguí pensando en lo que ocurrió, creía que todo había sido un sueño, una maldita pesadilla, pero mi cabeza no paraba de darle vueltas a aquellas palabras que me dijo como si hubieran sido reales.
Dime que no deseas que recorra con mis labios tu delicada piel, que acaricie tus pechos mientras te hago llegar al éxtasis y dime... que no te gustaría conocer lo más puro del universo. ¿No tienes curiosidad por probarlo?
Aún sentía sus cálidos labios rozando mi cuello, y su mirada profunda atravesando mi cuerpo ¿Cómo diablos me podía excitar esa imagen? Quizá solo fue un sueño. Si fuera real habría algún objeto que utilicé para el pacto en el suelo. Con la desesperación me levanté con la vista buscando las pruebas de mi delito.
El libro estaba sobre el suelo abierto, el agua bendita a su izquierda y la manzana estaba, ¡madre mía!... la manzana estaba mordida sobre el escritorio. Por desgracia no fueron imaginaciones mías. Pero que imbécil eres Eva ¿cómo pude caer en las redes de un demonio? me llevé las manos a la cara y lloriqueé para después recoger todo y esconderlo en el armario, eso al menos me ayudaba a olvidarlo por el momento. Tragué los restos de saliva que quedaban en mi boca, tenía la garganta carrasposa del alcohol y la cabeza me daba vueltas, necesitaba urgentemente reponer energías. Luego miré la hora, eran las doce, muy tarde y tenía que ir a comprar al supermercado para hacer la comida, así que me vestí, fui a la cocina bebí agua y tras eso salí de mi piso.
Puerta 7
Me quedé petrificada en la puerta de Adán, de inmediato escuché un sonido metálico y volví a entrar dentro de mi casa.
—¡Oh no!, no quiero encontrármelo— .
Abrí un poco el filo de la puerta y eché un ojo al rellano, justo en ese momento Adán salía de su casa. Se paró frente a mi puerta, pasó su lengua por sus labios y suspiró. ¡Mierda!, pretendía llamar. Cerré la puerta y me eché de espaldas sobre ésta.
—Eva—.
Me puse nerviosa pero no abrí la boca.
—Te he visto por la merilla. Sé que estás en tu casa—.
Pues nada... me había pillado.
—¿Qué hacías espiándome?— él se rio.
—Venga sal, necesito hablar contigo—.
—No tenemos nada de qué hablar—.
—Por favor—.
—¡Vete! —
—No me voy a ir hasta que no me abras— dijo decidido.
Nublé los ojos, maldije a mi suerte y le abrí. Estaba tremendamente guapo, con una camiseta de cuadros, unos vaqueros entallados y su cabello rubio brillaba excesivamente.
—¿Qué quieres? —crucé los brazos.
—¿No me invitas a pasar?
—Entra— dije sin fuerza.
Miró a su alrededor acariciándose la sien.
—Lo siento Eva—.
—Vete, por favor. — repetí sin mirarle.
—No sé qué es lo que pasó anoche—.
Me miró por un momento y luego apartó la silla.
—Venga siéntate y lo hablamos—.
Le devolví la mirada y asentí con desgana.
—Te perdoné aquello que hiciste, lo de la foto ¿recuerdas? —
Adán se removió en su asiento inquieto y chasqueó los dientes.
—No te preocupes Adán lo olvidé—.dije inmediatamente.
—¿Entonces? —
— No soporto más esta situación. Ayer me enteré de que te apostaste un contrato a cambio de... ¿besarme?, ¿de qué te besara? —
—Perdóname— dijo sin explicaciones.
—Me siento ridícula. Siento que no soy tu amiga. Me duele de verdad, me duele que me hagas esto—.
—Eva...— exhaló aire de sus pulmones— la empresa de mi padre... bueno, lo que queda de ella pende de un hilo. Yo, yo tan solo pensé que no iba a ser para tanto. Te lo iba a decir pero...— lanzó un bufido— Simplemente no quise hacerte daño. ¿Cómo crees que son esas personas?, tú has visto a mi padre y sabes de lo que es capaz. ¿Crees que ellos son mejores?
Respiré hondo preparándome para contestarle.
—¿Y por qué no te alejas?—
—Para mi es demasiado tarde, estoy metido de mierda hasta la garganta— Sentí como se avergonzaba al decirlo en voz alta.
—El otro día en clase...—
—Te dije que todo iba a mejorar y si mejora ellos no van a tener el control sobre mí. Dejaré de hacer las cosas sucias de David—Desabrochó uno de sus botones de la camisa con nerviosismo. No era la única a la que le sobrepasaba la situación. — Yo no quería hacer la apuesta, pero...el padre de David controla el setenta por ciento de la empresa de mi padre. Lo que menos me apetece es encararme con David... si lo hago... mi padre...— cerró la boca sin terminar la frase—Te juro que me arrepentí de haberlo hecho—
—Da igual Adán— dije con un hilo de voz—.
Dejé caer mis brazos, y miré hacia sus ojos. Tenía cara de arrepentimiento. Se acercó y cogió mi mano.
—Eres mi único apoyo—.
—¿Y Laura?—Nos miramos durante un minuto, tenía sensaciones encontrarlas. —¿Es tu novia, verdad? — él asintió.
—Pues apóyate en ella porque yo no puedo más. Ella debería saber lo que se cuece en tu casa—.
—¡No! — Contestó— no puede saber nada.
—¡¿Pues qué quieres de mí?!
—Que seas mi amiga— resopló.
—Sabes que no puedo Adán... me gustas— solté sin remordimientos. Él se quedó pasivo observándome— Claro que tú ya lo sabías— dije. — por eso me utilizas ¿no?, como un perrito faldero—.
—No...—
—Solo te intereso cuando va mal tu vida. Solo te gusto cuando estas borracho— Sentencié.
Adán se alejó unos pasos atrás, recordando la noche en mi casa y apretó los puños.
—Por favor, necesito que te vayas—.
—Está bien. Te entiendo. Quiero que sepas que nunca ha sido mi intención hacerte daño—.
Cerré la puerta.
Golpeé mi cabeza contra esta, varias veces y chillé. Después me deje caer al suelo hundiendo mi cabeza entre mis piernas. Me sentía un juguete roto.
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La Manzana Prohibida [TERMINADA]
Storie d'amoreSi Lucifer te concede un deseo... ¿Qué le pedirías? Eva es una joven que se siente profundamente enamorada de su mejor amigo Adán, un compañero de clase y a su vez un atormentado vecino que pertenece a un grupo de chicos muy selecto . Y...