-Y-yo... hay problemas. Necesito tu ayuda -respondió Alba.
-¿Problemas? ¿Que clase de problemas? -notó que la gemela estaba fuera -¡Ah, claro! Pasa. Toma asiento.
Alba pasó y se sentó en el mueble cercano.
No se había dado cuenta hasta este momento, que William traía una toalla que rodeaba su cintura, por lo visto, acababa de bañarse y se secaba el pelo con otra. Trató de no mirar el pecho del joven. No era que William tuviese mal cuerpo, al contrario, pero aún así, era la primera vez que veía a un chico sin camisa. La muchacha de pelo rizado se dio cuenta de que él no traía camisa.
-¡Oye! -tomó la almohada y lo golpeó en el pecho -¿Qué te pasa?
-¿Qué te pasa a ti? Me golpeaste -tomó la almohada.
-Por favor, ponte algo de ropa. Hay una visita y te está viendo semi-desnudo.
-Está bien, está bien, ya voy -dicho ésto, se fue a su habitación a vestirse.
-Es cómo la cuatra vez que se baña y aún no se le quita esa resaca -susurró molesta la joven.
¿Resaca? ¿Acaso William había bebido?
-Disculpa... ¿Eres amiga de William? -preguntó Alba.
-¡Ah! No, soy su novia -respondió -Aunque más bien parezco su madre. Ayer tuve que sacarlo de ese apestoso lugar -arrugó la nariz -Aún traigo el humo presente.
-¿El Bar? ¿En serio?
Espera... ¿Novia?... ¡¿Novia?!
-Sí, pero él no recuerda eso, así que no lo menciones, por favor. Y por cierto, soy Marie -le tendió la mano a la gemela.
-Me llamo Alba, es un gusto.
Ella notó que los ojos de Marie eran verdes, de un verde brillante y le recordaron a cierta persona. Su cabello pelirrojo y rizado, muy rizado le hacía pensar en las llamas del fuego.
Su estatura era igual a la suya. A pesar de que no parecía una mala persona, la gemela no daba crédito a lo que ella había dicho.
Era la novia de William. La novia.
¿Que pasó en este año y medio que no lo había visto? ¿Es que ya había olvidado a su hermana? Tenía muchas preguntas y neceistaba una respuesta enseguida. Para su suerte, William acababa de regresar del cuarto, con una camisa tipo polo azul oscuro y un pantalón de mezcilla, sin zapatos.
-Gracias -le dijo Marie de manera sarcástica.
-De nada -William le sonrió de vuelta -Ahora, Alba ¿Qué tipo de problemas tienes? -le habló dirigiéndose a la gemela y tomando asiento en el mueble frente a ella -¿Dinero? ¿Debes algo?
Alba negó con la cabeza varias veces.
-No, no es nada de eso, es algo más grande.
-¿Más grande? -William se acercó a ella, como si fuera a decirle algún secreto -¿Drogas? -susurró.
-¿Qué? ¡No! -con eso, el joven tomó su posición original en el mueble, suspirando de alivio.
-Menos mal, no creí que fueras a hacer eso.
-Por supuesto que no.
Tomó su bolsa y sacó el antiguo cuaderno, vio la pulsera, pero decidió dársela cuando Marie no estuviera, ya que no quería incomodarla.
-Toma -le dio el cuaderno -Leélo -para este punto, Alba movía la pierna con nervios -Las cosas no se están poniendo a mi favor.
William tomó el objeto con extrañeza, ya que no sabía de que podía tratar, así que lo vio por ambos lados y fue cuando notó el nombre de Edric en la parte inferior. Muchos recuerdos cruzaron por su mente, muchos en los que no había pensado en los últimos dieciocho meses.
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En Busca del Quinto Elemento Pt.2
General Fiction*Continuación de la historia "La Chica de los Cuatro Elementos" *No leer esta historia si no has leído la primera. Dos años después de que cayera el laboratorio, los problemas comienzan acechar a Alba. Los Cuatro Elementos están abandonando a...