Alba se paseó por el gran lugar, sin saber exactamente a dónde ir.
Ella no había desparecido ni mucho menos había despertado. Deseaba hacerlo, para advertirle a Daniel y Marie que el director no los ayudaría. Pero por más que pensara ella en abrir los ojos o irse de ahí, no lo lograba.
Esta vez, cansada, se dejó caer hacia atrás, pensando que toparía con el suelo sin sentir dolor. La sorpresa fue mayor cuando cruzó el suelo y continuó cayendo, sin intenciones de detenerse, al parecer.
Sintió pánico cuando vio cómo todo frente a ella se desvanecía.
Era cómo un agujero, pero de color blanco. Ella intentó agarrarse a algo para evitar que siguiera su camino, pero era inútil, no había nada de lo cual pudiera apoyarse.
Entonces empezó a escuchar voces.
Todas tan diferentes y de tantos tonos, que la aturdían. Se olvidó de intentar agarrarse y se tapó los oídos, pero el sonido seguía ahí.
Observó las paredes, todas ellas cubiertas de imágenes de tantas personas que ella desconocía y todas ellas hablando sin que Alba entendiera algo.
Estar en ese lugar, era cómo un libro abierto, como un diario. La vida de todas las personas estaba ahí.
"No importa quién soy, si no lo que sé"
Recordó las palabras de Nathaniel. Entonces ¿A eso se refería?
Entre tantas caras, distinguió dos de ellos que de inmediato supo de quienes se trataban, a pesar de que jamás conoció sus rostros o su existencia, básicamente. Eran Siena y Edric.
Desde el primer momento que estuvo con Angelina, la rubia jamás mencionó las palabras "padre, papá, mamá o madre" y ciertamente jamás la trató como a una hija.
Aunque fue gracias a Sara que los descubrió.
La escena frente a ella, era de la pareja en una cita con el doctor, la mujer contaba con siete meses de embarazo.
- ¿Cómo están las bebés? - preguntó Edric mientras tomaba la mano de su mujer.
El hombre dejó los papeles de lado y se quitó los lentes con expresión seria.
- Lamento decirles, que una de ellas si se encuentra bien... La otra, no tanto.
Siena apretujó la mano de Edric.
- ¿Que quiere decir? - pregutnó con miedo.
- Estoy diciendo que, una de esas niñas no está recibiendo los nutrientes que debería.
- Entonces...
- Es probable que no viva mucho - dijo - Quizás un par de meses después de nacer.
Las imágenes frente a ella cambiaron, esta vez era un científico y la directora Angelina. El hombre le comunicaba a la directora lo que acaba de escuchar, que una niña no sobreviviría. La rubia ideó un plan desde ese momento.
Lo siguiente que vio fue el día de su nacimiento.
Prestó total atención a ese momento, pues fue el decisivo en su vida.
Observó como un doctor la separaba de su madre, aún llorando. Alba notó algo diferente en él, no era su rostro ni mucho menos el nombre que portaba en su gafete, sino su ropa. Tenía una bata blanca, sí, pero debajo de ella, había un uniforme gris que ella reconoció bien.
Era un científico del laboratorio de Angelina.
Ella vio con horror cómo tomaba su pequeño cuerpecito en sus brazos y le inyectaba algo en la pierna, cómo el bebé lentamente, dejaba de llorar y luego, de respirar.
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En Busca del Quinto Elemento Pt.2
General Fiction*Continuación de la historia "La Chica de los Cuatro Elementos" *No leer esta historia si no has leído la primera. Dos años después de que cayera el laboratorio, los problemas comienzan acechar a Alba. Los Cuatro Elementos están abandonando a...