Capítulo 9.

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Alba miró el reloj, daban las 9:30 p.m.

—Creo que es hora de irnos —dijo, ocultando sus nervios.

Habían decidido empezar el tramo final por la noche, de esa forma la noche ocultaría su presencia y podrían infiltrarse con confianza.

—Es verdad, si nos tardamos más, no llegaremos a tiempo.

—Bien —Marie se acercó a William —Tengan mucho cuidado cuando hayan entrado —les dijo a los tres.

—Contigo de nuestro lado, entraremos fácilmente.

La abrazó y le susurró algo al oído, ni Daniel ni Alba lograron saber que le había dicho. Las palabran eran sólo para ella.

—Lo dejo en tus manos ¿De acuerdo?

—Lo haré —le respondió.

—Bien, nos vamos —William se volteó y caminó hacia la puerta.

Los tres salieron de la casa, tenían un largo camino por delante.

—¡William! —le gritó Marie, desde la entrada de la casa. Ellos no se daban cuenta, pero las manos le temblaban al igual que las piernas y el corazón le latía a mil por hora. Estaba nerviosa.

—¿Si? —le respondió, volteandose a verla.

—Prométeme, que regresarás —le dijo, temía oos u respuesta, pues lo que estaban a punto de hacer no era como jugar a ser espías —Lo harás ¿Verdad?

El joven la miró a ella.

La quería, no lo iba a negar. Pero la persona que más amaba, ya no estaba con él. Por más que quisiera, ella no era quién debía estar a su lado. Aún así, haría lo posible por que esos momentos, fueran los mejores para ella. Él intentaría amarla así como ella.

—Lo prometo, aún tengo cosas que hacer, no soy una persona irresponsble —le sonrió.

Los tres caminaron por varias horas y de vez en cuando se detenían para descansar y comer algo. Revisaban el mapa varias veces para saber que iban por el camino correcto.

Para la mañana se encontraban a menos de cien metros de distancia para llegar al laboratorio. Cuando lo tuvieron frente a ellos, pudieron confirmar una cosa.

Ese lugar, tenía demasiada seguridad. Había agentes, por todas partes. Éstos vestían diferente, sus uniformes no eran grises, sino azul marino y a cada lado del pantalón llevaban armas.

"Tienen alterados entrenados" habían sido las palabras del profesor, pero hasta enfrentarlos podrían estar seguros.

Espero no tener que enfrentarlos, pensó William con arrepentimiento.

—¿Esperamos la señal de Marie? —preguntó Daniel.

Los tres se encontraban detrás de unos arbustos, recostados sobre sus estómagos, observando el panorma frente ellos. El laboratorio de lejos, se lograba ver enorme, con muchos Agentes a su alrededor y todos ellos cargaban armas. Dispararían sin dudarlo. Grandes lámparas rodeaban el lugar e incluso se podía ver que había dos puestos de vigilancia bastantes altos. Estaban en esquinas contrarias.

—Si, pero tenemos que ponernos los auriculares, así que sáquenlos.

Cada quién tomó su auricular, lo encendieron y colocaron en su oído. Al parecer Marie los había arreglado para lograr que el alcance de la señal tuviera un mayor rango de alcance.

¿Están ahí? ¿Me escuchan?

Era la voz de Marie, Alba se sorpendió al escucharla en su oído, pues había olvidado que se había colocado en auricular.

En Busca del Quinto Elemento Pt.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora