Capítulo 8

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Papyrus, dejó de caminar en waterfall, concretamente en uno de sus puentes, el más cercano a Hotland (por si acaso, me refiero al que Monster kid casi se cae cuando Undyne te perseguía en el juego)

– Ganz... Tomate esto– ordenó tomando una de las pastillas que le entregó Alphys y dándosela a Ganz.

Ganz agarró la pastilla mirándola unos segundos y terminó por tomarla, mejor hacerlo por las buenas que por las malas. La pastilla tenía un sabor extraño y de un momento a otro Ganz empezó a notar como parte de su magia desaparecía.

– ¿La has tragado? Abre la boca y muéstrame– Papyrus tomó la mandíbula de Ganz.

El esqueleto más bajo abrió la boca mostrando como estaba vacío, ni siquiera su ecto-lengua hacia presencia en el interior del cráneo de Ganz, por lo que Papyrus sonrió y lo soltó, empezando a caminar hasta llegar a medio puente, seguido por Ganz.

– Comprobemos sí ha funcionado– habló Papyrus, en un tono frío.

– ¿Comprobar-...– Ganz miró a Papyrus, viendo como de golpe este lo empujaba afuera del puente– ...-lo?– terminó su pregunta, cayendo a la profunda grieta que era unida por tan solo el puente del que había sido empujado.

Ganz trató de teletransportarse nuevamente al puente, pero su magia no funcionaba, quedándole tan solo el cubrirse el cráneo con los brazos y cerrar los ojos esperando el golpe contra el suelo, golpe el cual no tardó en suceder, pero de una forma más suave de la que esperaba.

Ganz abrió los ojos tratando de ver el lugar en el que se encontraba, pero la grieta era demasiado oscura para ver nada, aún así, sentía que algo había impedido que la caída fuese grave, puesto que no tenía nada roto y podía asegurar que su vida seguía al máximo.

– ¡¿Ganz, estas bien?!– Mel apareció, preguntando con leve preocupación.

– Estoy... bien– respondió atónito, aún sin creer que Papyrus lo había empujado.

– ¡Ganz enserio matemos a ese imbécil!– pidió Mel, él tampoco lograba ver gran cosa en la inmensa oscuridad que los envolvía.

– Vete, Mel– murmuró Ganz, llevándose una mano a la cabeza.

– ¿Cómo que que me vaya? ¿Quieres que te deje solo? ¿Me lo dices en serio?– Mel indignado miraba a Ganz.

– Largo, puedo apañarmelas– dijo nuevamente, provocando que Mel desapareciese.

Ganz palpó donde se encontraba en ese momento acostado, notando que parecían ser unos huesos ¿Pero que hacían ahí unos huesos? Sin darle importancia el esqueleto se levantó, caminando en busca de una forma para salir de ahí.

– ¿Papyrus?– habló Ganz, esperando que tal vez este lo escuchase– ¿Hermano?– no hubo respuesta– Joder...

Tras un rato caminando Ganz escuchó un ruido atrás suyo, girándose rápidamente y poniéndose en guardia por si necesitaba defenderse, pero no parecía haber nada.

De golpe la boca de Ganz fue tapada con una mano desde atrás y notó como alguien ponía una especie de frasquito delante suyo, cerca de lo que sería su nariz, queriendo que aspirara el aroma que salía de este. Ganz empezó a forcejear tratando de liberarse, notando como el sujeto que lo agarraba le impedía hábilmente el escaparse, hasta el punto de que Ganz terminó por respirar sin quererlo el aroma del frasquito, sintiéndo rápidamente una gran somnolencia a la cual no puso resistencia, durmiéndose de inmediato.

Papyrus, al ver que Ganz caía dormido tapó el frasquito y lo guardó, no dejaría que Ganz lo viese ayudarlo, y mucho menos que supiese que él había procurado que en la caída no sufriera daño alguno, pero tan solo lo hacía por que un Ganz herido o perdido sería una carga, o al menos de eso se trataba de convencer Papyrus.

Wasted [Fontcest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora