Capítulo 17

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Al llegar a la casa, Papyrus soltó en el suelo a Ganz y se cruzó de brazos mirándole. Ganz por su parte se puso serio mirándole por igual.

– Debería– empezó a hablar Papyrus, a lo que Ganz le interrumpió terminando su frase.

– ¡Besarte!

– Matarte– gruñó el menor

– Lo mío es más divertido– se burló levantándose y tambaleándose levemente– Mejor vuelvo con Grillbz~ te ves muy negativo

– No vas a volver a ese asqueroso Bar, ya sabía que eras repugnante, pero no tanto como para dejarte manosear por cualquiera, pareces una put-...

– ¿Y cuando me manoseas tú no es repugnante?– preguntó Ganz cortándole la frase, mirándole a las cuencas.

El ambiente entre ambos quedó en absoluto silencio, mientras Papyrus procesaba una pregunta que no se esperaba.

– Oh bueno, al menos si lo haces tú está bien, porque así puedes hacerme criar y que haya más esqueletos por ahí– bromeó sarcástico.

Ganz en su interior esperaba que Papyrus dijese algo y lo negara, pero este tan solo se mantuvo serio mirándole, sin decir nada. Por parte del más alto, este no sabía que decir, tampoco es que viera a su hermano como una máquina solo para procrear.

Tras un tiempo de silencio, Ganz se quitó el jersey que tomó de Papyrus y lo tiró al suelo con indiferencia.

– Te lo devuelvo, debe apestar a alcohol, quemalo si quieres

Ganz se quitó las vendas que tenía en las costillas sin dudar, tenía algunas cicatrices, las cuales Papyrus reconocía perfectamente, la primera, del omóplato derecho a la clavícula derecha, herida que recibió antes de ocultarse en las ruinas; la segunda, en la parte trasera de sus costillas y columna —la cual pudo haberle dejado paralítico— ; y la tercera, cruzando su esternón y algo de sus costillas delanteras ¿Como conocía Papyrus todas esas heridas? Todas y cada una de ellas las había hecho él, la última de estas, recientemente y aún sin curar.

– Quédate también las vendas, no necesito algo como esto, voy a por mi abrigo– Habló Ganz, caminando hacia donde suponía que estaría la prenda de ropa mencionada, tambaleándose por el alcohol ingerido.

Papyrus recogió las vendas del suelo y el jersey y gruñó, yéndose a tirar las primeras y dejando lo segundo en su cuarto, ya lo lavaría más tarde.

Luego de eso, el más alto fue a buscar a su hermano, mirando como este observaba su abrigo, el cual Papyrus había puesto a drede a una altura que este no llegara.

Ganz miraba con las cuencas entrecerradas su abrigo, mientras oía a Mel morirse de risa y burlándose de su altura.

– ¡Tienes mi puta misma altura!– gritó Ganz a Mel, quien desapareció de golpe al oír el grito, no sin soltar un "al menos yo puedo flotar y me hago alto" primero.

Papyrus rió burlón acercándose y agarrando el abrigo sin problema.

– Dámelo– pidió Ganz, ya se iba despejando poco a poco su mente.

– Ruegame– Pidió Papyrus.

– Prefiero que me golpees– se acercó al mas alto.

– Podría hacerlo, por prostituta– sonrió de lado el menor.

– Al menos Grillbz sabe tocarme de forma placentera– Ganz saltó quitándole el abrigo y se fue hacia el salón.

– Vuelve aquí, tengo que ponerte la mierda de vendas antes de que tu herida se abra o algo– bufó Papyrus, yendo a por vendas nuevas y luego al salón.

– No necesito vendas, y tampoco tú preocupación– Comentó Ganz sentado en el suelo, comprobando el estado de su abrigo antes de ponerselo.

– No es preocupación, es porque no quiero que lo llenes todo de sangre– gruñó Papyrus, sentándose a su lado– O dejas que te la ponga o te hago una herida nueva– amenazó.

Ganz miró al menor suspirando y dejando el abrigo a un lado.

– Girate– ordenó el menor.

Ganz simplemente se sentó como indio dando la espalda a Papyrus.

– Tsk, ahora estate malditamente quieto– dijo Papyrus.

– ¿Prefieres que me duerma para que puedas hacerlo?– preguntó Ganz bufando.

– Buena idea, te golpearé hasta que te desmayes, ya callate

Ganz suspiró callandose y dejando a su hermano empezar.

Papyrus, empezó a lentamente a vendar a Ganz, sin siquiera tratar de disimular como según pasaba la venda por primera vez, acariciaba sus costillas con delicadeza, al igual que recorriendo la columna de Ganz con su mano, desde las cervicales del cuello hasta el pantalón, sacando un leve suspiro a Ganz, quien siguió en silencio mientras Papyrus continuaba vendandole, apoyando su mandíbula en el hombro del mayor, mientras envolvía sus costillas con las vendas.

– ¿Aún piensas que Grillby te toca mejor que yo?– preguntó Papyrus lamiendo delicadamente el cuello de Ganz.

– Si– jadeó.

Papyrus suspiró algo molesto en el cuello del mayor, quien sintió un leve cosquilleo al notarlo, tiñendose su rostro de un suave azulado.

Papyrus no tardó mucho más en terminar y apretó bien las vendas para que no se soltaran.

– Terminé– murmuró Papyrus aún pegado al cuello de ganz, chocando sus dientes en este a modo de beso.

– Entonces pue-puedo irme– respondió.

– No, hasta que admitas que soy mejor que el fuego ese

– No puedes ser más fogoso que él, ¿Tienes celos?– se burló Ganz, esperando que Papyrus se apartara enfadado.

– ¿Buscas enfadarme? Esta bien, entonces diré "si, estoy celoso" porque solo yo voy a poder tocarte, solo yo voy a follarme tu culo hasta que te sangre– respondió algo sádico con un tono frío.

– No eres más que un cubo de hielo

Papyrus acercó su mano derecho a la parte inferior de la columna de Ganz, entre las costillas y la pelvis, rodeándola con su mano y con su pulgar masageando la parte delantera (o interior) de esta, haciendo una leve presión.

– Nhg~ ... N-no toques– gimió.

– Admitelo y pararé– mordió su clavícula.

– Va-vah~-le, eres mejor

Papyrus sonrió victorioso y soltó la columna de Ganz, llevando la mano a su mandíbula inferior y haciéndole girar la cabeza para verle.

– Que no se te olvide– susurró acercando sus dientes a los de Ganz.

– Si...– respondió algo atontado.

Papyrus luego de eso se separó de Ganz y se fue a su cuarto sin decir nada, cerrado la puerta y echándose sobre la cama.

– Joder... Me está ganando– murmuró Papyrus apretando sus puños.

Ganz por su parte tomó su abrigo y se lo puso cerrando la cremallera, seguido de ponerse la capucha e irse a una esquina a sentarse abrazando sus piernas avergonzado.

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Disfruten el capítulo!! Gracias por leerme como siempre jejeje <3 y por comentar y votar!

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