Capítulo 25

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Un mes, Ganz estuvo un mes encerrado en su antiguo cuarto, Papyrus tampoco se atrevía a sacarlo o decirle nada, tan solo se aseguraba de que no se iba y le llevaba comida para que no muriese de inanición.

Así siguió pasando el tiempo, poco a poco Ganz se vió obligado a seguir estando al lado de Papyrus, aunque procuraba no hablarle en ningún momento. Por otra parte, Papyrus en ese tiempo había logrado cruzar esa puerta en la parte trasera de su casa que ocultaba las píldoras de determinación, y las había obtenido, pero no las había tocado, no entregado a Alphys, se las había guardado sin que nadie supiese ¿Por qué? ¿Para tomarlas él? No, tampoco las había tomado.

El sentimiento de culpa que tenía Papyrus cada vez era más grande, pero no más que su orgullo, y no más que la vergüenza que sentía de si mismo.

— Ganz...— llamó Papyrus entrando al cuarto.

El mencionado tan solo lo miró en silencio, manteniéndose a una distancia prudencial.

— Voy a salir, Tsk, no te muevas de la casa— salió del cuarto dejando la puerta abierta, saliendo de la casa para finalizar.

Ganz se relajó un poco, decidiendo salir del cuarto para bajar al salón, no haría nada especial, pero era mejor que quedar encerrando en la habitación.

Una vez en el salón se sentó en el sofá, observando la habitación con detalle, notando algo que le llamó la atención.

Durante largos minutos Ganz trató de ignorarlo pensando en otras cosas, pero terminó por levantarse y tomar entre sus manos aquel objeto que se encontraba mal escondido tras el televisor. Al verlo con detenimiento pudo saber que era al instante, las píldoras de determinación.

¿De dónde las había sacado? ¿Cómo consiguió entrar? Ganz no tenía tiempo para pensar con claridad, tan solo debía pensar que hacer, ¿Dejarlas en su sitio como si no las hubiese visto? ¿Esconderlas? O tal vez...

Ganz se volcó su abrigo abrochandolo, poniéndose la capucha y guardando el bote en sus manos en los bolsillos de este
Sería arriesgado, pero no dejaría que las píldoras estuviesen a merced de nadie.
Ganz salió de la casa sigilosamente, asegurándose de que nadie veía, seguido, caminó alejándose de la casa con cuidado, nervioso.

— Idiota— Mel apareció a su lado— Papyrus no te dió ninguna pastilla... Teletransportate, nadie sabe que saliste, vámonos, volvamos a las ruinas y escondamos las píldoras— sugirió.

Ganz no tardó en hacerle caso, apareciendo no muy lejos de la puerta de las ruinas.

Si, había prometido a Papyrus que se quedaría a su lado pero... No se le daban bien as promesas.

A la vez que todo eso pasaba, un Papyrus sentado en el tejado había observado salir a Ganz de la casa, no lo detuvo, no dijo nada, tan solo miró como este caminaba unos metros y luego desaparecía de golpe.

Sin esperar nada más, el esqueleto bajó del tejado y volvió a entrar en la casa, comprobando si Ganz se había llevado las píldoras que había "escondido".

La casa ahora volvía a estar vacía, volvía a habitar tan solo él en su soledad, pues intuía que Ganz no volvería, y tal vez así sería mejor.

Una vez dentro de las ruinas, habiendo sido abierto por Toriel, Ganz se encontraba dentro, sentado en la mesa de la cabra mientras comía un trozo de pie y escuchaba las preguntas y preocupaciones de Tori, veía la alegría de Frisk de que estuviese ahí y sentía el alivio de Undyne, la cual se veía mucho mejor.

— Estoy bien, enserio... No pasó nada— suspiró Ganz, calmando un poco los ánimos.

— Me alegra que hayas podido volver sano y salvo— habló Toriel.

— Si, punk, eres todo un maldito por preocuparnos así— afirmó Undyne, dándole un golpe suave en el brazo.

Frisk se limitó a abrazarlo, estaba claro que no lo soltaría en un largo rato.

— Kiddo...— Ganz miró al humanx— ¿Tú estás bien?

Frisk tan solo asintió, ya era costumbre que no hablase mucho.

Tras largo tiempo respondiendo preguntas y omitiendo algunas cosas, Ganz logró quedar solo, acostado en la cama en un cuarto de las ruinas en casa de Toriel, observando el tarro con píldoras que sujetaba en sus manos.

— ¿Qué hago?

— No lo sé— Mel estaba flotando al rededor— guárdalas, no las tires, no te deshagas de ellas

— ¿Por qué?

— Quieras o no, gracias a esas píldoras tienes esa defensa que te ha salvado el culo más de una vez, yo que tu guardaría las que quedan, tan solo... Por respeto— explicó.

— Cuando quieres puedes ser serio, por lo que veo— suspiró Ganz.

— Gracias, soy genial, lo sé, deberías haberme un altar

— Tsk, cuando tengas cuerpo propio, dormiré un rato— guardó las píldoras en un cajón, acomodandose en la cama.

— Si veo que es necesario te despertaré~ duerme bien y sueña con lo genial que soy

Esas fueron las últimas palabras que Ganz escucho, seguido de eso cayó dormido profundamente.

Para mala suerte del esqueleto, el deseo de Mel no se cumplió, y el sueño que tuvo más bien fue una pesadilla, recordando imágenes del pasado, torturandose una y otra vez mientras veía los pecados que había cometido.

Los segundos pasaron, y estos se volvieron minutos, para pasar a ser horas hasta que pasaron dos, terminando Mel por despertar a Ganz al ver que estaba por atacar con su Gaster blaster a la nada.

— ¿Dormiste bien?~

En esas horas, Papyrus había hecho lo que él consideraba "nada", habiendo reportado que en un despiste Ganz había huido nuevamente, y tras aceptar el castigo impuesto por su rey, yendo a paso lento a la puerta de las ruinas.

Ya llevaba largo tiempo observando esta, en silencio, sin pensar nada especial mientras de alguna forma, se encontraba en un duelo interno.

Ya había aprendido la lección, esa gran puerta morada no se abriría a golpes ni desde fuera, tan solo desde dentro, igual, jamás lograría que alguien abrirse la puerta, pero ¿Para qué entrar? Las ganas de atrapar a Undyne, por algún motivo habían desaparecido, igual que las de capturar a su hermano, ya no sentía el deber de atrapar a los traidores, entonces ¿Para que querría entrar? Tal vez para limpiar su honor, recuperar a Ganz y no volver a dejar que se escape, pues tal vez había sido un impulso de idiotez que lo había dejado ir y ahora era el idiota de la guardia real que dejó escapar a su único prisionero personal.

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Yeahhh lo hice, tras un siglo, actualicé UwU no se preocupen, este no es el final de la historia xD

Disfruten!!

Bye bye, Katzen~♥

Wasted [Fontcest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora