Capítulo 18

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Ganz sentado en el suelo recientemente se despertaba, ¿En qué momento se había quedado dormido? Y aún peor, en el suelo.

– Uhg...– se quejó en un murmuro, levantándose y estirándose para oír como ante estas acciones algunos de sus huesos crujían.

– Ahg, eso es desagradable– se quejó Mel tapándose donde estarían los oídos.

– Lo sé, pero es más desagradable el notar como crujen– le dió un escalofrío a Ganz– siento como si fuera a salirse algún hueso

– Se me va a quedar esa imagen en la mente– suspiró Mel.

– Ya lárgate, cuando quieres te quejas mucho– se cruzó de brazos Ganz mientras le miraba.

– Pues cuando tú quieres eres un aguafiestas– contraatacó Ganz.

– ¿Es mi cuerpo o el tuyo?

– El tuyo

– Entonces callate

– No va a quedar así~– Mel desapareció.

– "no va a quedar así"– Ganz rodó los ojos y se dió media vuelta para sentarse en el sofá, ¿Qué hora era?

– ¿Terminaste?– preguntó Papyrus, mirando a Ganz mientras bebía una taza de café.

– ¿Ya es de mañana?– preguntó Ganz.

Papyrus asintió.

– ... Olvida lo que has visto y oído– habló el mas bajo, acercándose al sofá y sentándose en este– ¿No tienes guardia, o algo así?

– No, estoy de descanso unos días por causas de lesión– respondió frío, pues era culpa de Ganz que estuviera herido.

– Ajá...– Ganz suspiró.

– Ve a tú cuarto y cámbiate, saldremos en un rato

– ¿Cambiarme? ¿Salir?

– Si, vete, y ponte algo decente– gruñó– ahora– ordenó.

– Si, si... Lo que sea– Ganz se teletransportó a su cuarto aprovechando que aún no había tomado la píldora.

El esqueleto abrió el armario que en este se encontraba y simplemente sacó unos short y una camiseta como los que solía llevar siempre, para seguido cambiarse poniéndoselo al igual que el abrigo que siempre traía.

Al volver al salón, Ganz vio a Papyrus, quien al parecer no iba a llevar su armadura de siempre, tan solo unos pantalones y un jersey junto con su bufanda.

– ¿A dónde planeas ir?– preguntó Ganz.

Papyrus no respondió y simplemente salió de la casa indicando a Ganz que le siguiera.

Ganz siguió al esqueleto hasta la entrada de Snowdin, encontrando al lado del cartel a Alphys y Mettaton, quienes estaban al lado de este hablando.

– ¿Uh? Heya, Al ¿Que hacéis por aquí?– preguntó Ganz.

– O-oh, Ganz... Me-mettaton me pi-pidió que viniera, pero n-no me explicó para qué...– explicó la dinosaurio.

– Papy~– saludó Mettaton mientras los mas bajos hablaban.

– Tsk, vámonos, Doctora Alphys, vigila a Ganz, como se escape...– Papyrus la miró amenazante sin terminar la frase– y no os atreváis a pasar por casa

– S-s-si– respondió entre tartamudeos.

– Ganz querido, te ves tan pequeño como siempre– habló Mettaton dándole unas palmaditas en el cráneo y luego se despidió yéndose junto con Papyrus.

Wasted [Fontcest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora