Parecía como si su existencia hubiera desaparecido.
Ninguna señal de él en las redes, nadie que lo viera por las calles. Ni una sola alma que supiera qué era de su vida. ¿Dónde estaba Víctor Nikiforov? Las noticias, los chismes eran fuertes, desgarradores. Todos hablaban de él y de su marido como si fueran entretenimiento barato; una novela dramática.
El asesinato que había acabado con todo.
Y a pesar de que tenía una vida en juego, todos seguían hablando de ello con gracia, como si fuera una tontería.
Era verdad que Víctor no quería saber nada ni de la vida misma. Era cierto que mandó a volar a Yurio la última vez que le había visitado, entre gritos y golpazos, el muchachito salió desconcertado mirando finalmente a la puerta cerrada.
¿Ese era Víctor?
Ahora que lo pensaba..., prefería sin dudas a Víctor cuando era molesto. Molesto pero feliz con esa sonrisa de corazón tan fastidiosa.
Yuri miró la escena desde la pared en la cual se apoyaba. Yuri lo observó en silencio y brazos que se cruzaban sobre su pecho. Y entonces, Víctor se detuvo de su desesperante recorrido y alzó la cabeza para poder mirarle a los ojos.
¿Qué diablos le pasaba? No lo sabía, sinceramente. Pero sentía una necesidad impetuosa de querer estar alejado de todos.
Excepto de Yuri. Sólo quería estar con Yuri, hablar con Yuri, y nadie más.
Cuatro duros meses. Comenzaba el verano.
Yuri amaba el verano. Sí..., Víctor sabía perfectamente eso. Sabía lo mucho que disfrutaba de andar con ropa liviana y tomar refrescos, de acostarse bajo el aire acondicionado y así acariciando el pelaje de Makkachin.
Víctor amaba ver a Yuri disfrutar tanto de algo.
Ese día, las ventanas que iban al balcón estaban completamente abiertas. Un suave viento movía las cortinas blancas, y la luz reflejada en el suelo cambiaba de forma por ellas. Era la siesta, ese horario donde no existe sonido alguno, y ellos estaban sentados en reposeras allí con los ojos cerrados, casi dormidos bajo los rayos del sol.
Bostezos y palabras. Preguntas mundanas y temas de conversación banales, pero esos eran los que más disfrutaba.
El mayor miraba por el rabillo del ojo a su marido.
A su hermoso, tierno marido. Él que se mantenía con la boca entre abierta; una expresión de completa paz reflejada en su rostro, y de vez en cuando decía cosas en voz baja, como susurros adormecidos.
Víctor no le oía demasiado, en realidad. Víctor pensaba en lo precioso que lucía.
Sin pensarlo, llegó al punto en que se encontró mirándolo sin sutilidad alguna, con una sonrisa boba y perdida. Enamorado, esa era la palabra a pesar de tanto tiempo. Y Yuri al sentirse observado, giró la cabeza para poder mirarle intrigado, dedicándole una sonrisita que parecía más que nada una interrogante en su cara.
— ¿Linda vista? —preguntó divertido, y Víctor rió bajito.
— Encantadora.
Otra risa por parte del japonés, mas en los siguientes segundos ellos no dijeron nada en lo absoluto. Simplemente se sonreían y... parecían unos idiotas. Sus ojos se paseaban sin vergüenza en el rostro del contrario, delineando cada facción, cada curva. La forma en que las sombras y luces jugaban con ellos.
Víctor comenzó a alzar y bajar las cejas con picardía, y Yuri soltó una risa que venía reprimiendo. Haciéndose bolita sobre el asiento, pero sin quitar los ojos del mayor que hacía cualquier payasada tan sólo para hacerle reír. Sacando la lengua, mordiéndose los labios, rodando los ojos delirando al grito de una mujer que, al parecer, retaba a su hijo lo suficientemente alto como para que ellos le oyeran.
Él se mantenía mirándolo contento, y cuando se detuvo, cuando sus miradas se unieron sin tonterías de por medio, fue como si algo... tomara sus corazones y los atara juntos.
Sentían la unión, esa conexión tan inevitable.
No podían huir de ella. No había forma...
Víctor extendió su brazo lentamente, estirando los dedos en el aire queriendo alcanzarlo. Poder tomar su mano. Yuri hizo lo mismo luego de un momento, pero no fue lo suficiente.
Sus asientos estaban en cada lado del balcón.
Sólo la punta de sus yemas alcanzaban a rozarse castamente y con mucho esfuerzo.
La distancia era pequeña, sin embargo, era la suficiente para que no se tocaran.
••••
¡He regresado! Básicamente tardé una semana, me disculpo, pero es que éste último año me tiene mal (?
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, verán que las cosas van avanzando nuevamente de a poco y con calma. Sin embargo no hay que dejarse cegar con estas situaciones, eh.
Recuerden dejar la buena estrella si les gustó porque ayuda mucho, y que pueden dejar tranquis sus opiniones y teorías jajajaj ♥
¡Nos leemos la próxima!
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HE • A VICTURI FANFIC
Fanfic• Una muerte, un asesino. La pregunta es: ¿quién mató a quién? • ❝Lo bueno no dura; eso escuchó Víctor alguna vez. Y ahora se encuentra tratando de rescatar una relación que comenzó a desmoronarse desde luego del accidente. - Ya no hay fo...