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La vida se apagó. Como una llama a la cual simplemente soplaron, murió. Por un error, por algo tan banal como una tormenta pasajera.

Frente a sus ojos Yurio le gritaba, le tomaba de los hombros y zamarreaba pero ya no oía. Ninguna de sus palabras, ningún sonido.

"Él está muerto". Claro que no, ¿qué decía? ¿Por qué lo decía? "Yuri está durmiendo" respondía él perdido, y lo repetía, y lo repetía; "Yuri está durmiendo". El menor exasperado miró al oficial y pronto sintió aquella mano tomándolo con fuerza de la muñeca y arrastrándolo consigo hasta la habitación.

— No está aquí.

— Sí está allí, bajo las colchas, Yurio. Ya vete.

— ¡No está aquí, viejo! —gritó golpeando la cama con fuerza un par de veces.

— Está...

— ¡Que no está! —le interrumpió otra vez en un grito y apretando las sábanas. Víctor le tomó del hombro casi llorando y Yurio le pegó para que le soltara, y poder ir a la cabecera— No está, ¿ves?

Dijo y quitó la colcha.

— ¡NO ESTÁ! —repitió con más fuerza y arrancó las sábanas del lugar.

Y comenzó a repetir en gritos furiosos, "no está, no está, no está" mientras iba desarmando por completo la cama, lanzando las almohadas y tirándoselas con violencia a Víctor que las recibía protegiéndose con los brazos lleno de debilidad. Una tras otra hasta dejarla vacía y blanca y malditamente fría.

Vacía, por completo vacía.

Él estaba...


Sintió el dolor de una punzada en su pierna. Podía ver la oscuridad de la calle comiéndoselo, él estaba en el suelo de cara al pavimento. Hacía frío, en serio hacía mucho frío.

Era todo lento todavía, sin reacción, sin entender. Miró su pierna y sangraba y él sollozó en alto porque no podía moverla sin que doliera cada nervio de su cuerpo. Pero más allá de su mirada, sintió la mano de su marido apretando con fuerza la suya.

Ojos en blanco, boca abierta que trataba de respirar pero se ahogaba y tosía como queriendo arrancársela; había sangre saliendo de ella. Había más sangre, más, muchísima más sangre saliendo por la presión a chorros de su cuello de una forma tan grotesca que repugnaba.

Víctor comenzó a gritar, comenzó a llorar a gritos tratando de hacer algo. Con lo que fuera que su adrenalina le diera. Y acomodó aquél cuerpo que convulsionaba sobre sí mismo, apretando de aquella arteria tan fuerte que podría quizás romperle un hueso del cuello, y lloraba, y rezaba y apretaba el cuerpo de Yuri fuerte contra el suyo.

"Por favor, ¡por favor, Dios, no!" lloraba desconsolado y con más fuerza presionaba aquél agujero, pero de entre sus dedos se escapaba la sangre manchando a ambos por completo. "No te lo lleves, ¡por favor!" Su garganta pareció desgarrarse por tan desconsolada, tan angustiada que su voz se forzó a salir, raspando cada cuerda.

Porque de pronto no existió futuro, ni pasado, ni tiempo suficiente.

¡AYUDAAAAAAAAAAA!—gritaba extendido y con todo lo que podía, ya quedándose ronco— ¡Ayuda, por favor!

Y la sirena de la policía ya no significaba esperanza. Ya no había forma de pedirle perdón, de recordarle que en serio lo amaba, que era su vida. No importaba cuántas veces repitiera su nombre, ya no había quién le contestara.

Enfermedades. Violaciones. Secuestros. Asaltos.

La muerte, para personas como él, era sólo un relato que les sucedía a los demás.

En algún momento la sangré dejó de salir. En algún momento Víctor se quedó callado, mirando al rostro ensangrentado y muerto de Yuri, llorando en silencio. Temblando, temblando. Y lo acariciaba lento, acariciaba su cabello negro, sus mejillas pálidas, mirando al vacío, tirándose en el suelo con él en sus brazos despacio luego de un rato.

En sus ojos ya no había brillo, ni en su rostro expresión. Las lágrimas sólo salían, y por la sangre que empapaba sus cuerpos quizás se congelarían.

Trajes que quedaron teñidos de rojo carmesí, anillos cuyo brillo quedó opacado por la sangre seca. Ni una luz, ni una voz, ni nadie.

Víctor deseó estar muerto. No...

Él ya estaba...

muerto.


••••

Y REGRESAMOS CON TO-DO para este gran año que será el 2018, beibes. 

*Tira confetis mientras baila defo* 

Lo sé, me calmo. Sé que acaban de leer algo horrible, okay. Les daré un minuto de silencio. 

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BUENO. Lo siento, primero que nada. Pero como vengo diciendo desde el 2015, ¿para qué me invitan si ya saben cómo soy? (??????

Espero que hayan tenido un buen fin de año, y si no, no se sientan desanimados porque siempre hay oportunidades. S i e m p r e. Buena, de repente era la reina positividad. 

Y nada (?  En verdad me alegra haber actualizado.

Como siempre, espero que hayan sentido el capítulo, lo cual es mi meta. Y recuerden que si les  gustó pueden darle a la buena estrella, dejar comentarios, todo lo que quieran que yo les responderé con mucho amour.

♥ ¡Hasta la próxima! ♥

HE • A VICTURI FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora