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Hubo algo en esa mañana. Es ese sentimiento que tienes incluso cuando despiertas y sabes que sí, que ese día las cosas serían al menos un poco mejor.
El día lucía bien, en el almuerzo no se sintió tan solo. Porque Yuri ya había dejado de irse tan seguido, sino que se quedaba con él incluso cuando habían visitas, aunque prefería quedarse callado.
Víctor se sentía contento porque…, allí estaba Yuri; sentado al otro lado de la sala y leyendo con calma uno de sus libros. Y cuando alzaba la vista, se veían. Ambos quedaban estáticos mas corrían la vista enseguida. Pero no era con indiferencia, no…, Víctor sentía miedo por parte de ambos. Sentía el remordimiento. Porque habían sido unos idiotas, pero debían avanzar, ya era el momento, había pasado un mes desde los hechos.

Con el corazón que latía fuerte, tragó saliva.

Y se acercó.

Se acercó a Yuri caminando despacio, inspirando hondo, sintiendo como si fuera la primera vez. Como si fueran desconocidos, y se fueran a hablar. La expectativa, el saber cómo reaccionaría. Su pulso le estaba matando pero sus ganas le podían por sobre todo.
Estaría bien, estarían bien.
Y cuando llegó, y se sentó a su lado en el sofá, allí donde la luz del enorme ventanal daba perfectamente, donde los anteojos de Yuri reflejaban su mirada correspondida, Víctor quiso hablar pero de su boca no podían salir palabras.
Con los labios separados, volvió a apretarlos y miró hacia un costado apretando las piernas.

Quería decir tanto.
¿Cómo has estado?

Quizás un:

Te extraño...

Pero no tenía el valor. Era tan cobarde.

Y su calor… Hacía tanto no lo sentía.  Por un momento había olvidado qué se sentía tener el cuerpo de Yuri tan cerca, cómo era oír su respirar.
¿Cómo podría olvidar algo así?
¿Cómo podría olvidar a Yuri?

— Hola… —musitó luego de un rato mirando a la rodilla del menor.
Éste sonrió sutilmente.

— Hola.

Su voz. Su voz no era como la de los demás, la voz de Yuri era suave, era tranquila, le daba paz. Cómo olvidarlo.
— ¿Qué lees? —preguntó sólo por preguntar algo, y aunque no era una pregunta realmente importante, para él sí lo era. Yuri le estaba mirando. Yuri le estaba hablando.

Él simplemente se encogió de hombros apretando el libro entre sus manos, mirando con pena sus hojas, y lo cerró, alzándolo ligeramente para mostrárselo.

Víctor sonrió sorprendido, sintiendo cómo el calor invadía su pecho.

Yuri leía su libro favorito.

••••
Antes que nada, quiero de hablar de algo que nos afecta a todos.
¿Qué diablos le está pasando al fandom? Se está prendiendo fuego. Hay autoras de fics siendo agredidas por aquí y por las distintas redes. Y ellas lo están dejando, se están retirando, están dejando de publicar, de escribir sus fics porque el motivo es obvio.

Es una vergüenza.
En serio estoy sin palabras.
Y sé que hay una huelga, y que hay distintas opiniones sobre ello.

No diré mucho, seguro ya saben porque en otros fics se ha hablado del tema, así que no daré vueltas.
Pero sigan. El odio no nos pueden detener a hacer lo que amamos. Es injusto.
Ninguna lo merece.

••••

Cambiando de tema, espero que les haya gustado el capítulo de hoy.
Recuerden dejar su estrellita que ayuda mucho ♥ y sus opiniones cuales leo con mucho amor.

Y..., bueno, espero que estén bien.
Nos leemos la próxima.

HE • A VICTURI FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora