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Él estaba sentado junto a Víctor. En la habitación donde los recuerdos eran un tesoro y ellos los guardianes, procurando mantenerlos a salvo, porque si se destruían, si se perdían entonces podrían llamarlo el final.

El final de todo eso que los mantenía unidos.

Víctor había estado en cama desde que lo devolvieron del hospital. Había decidido que sería lo mejor para todos; acostarse, dormir.

Pretender no existir.

En sus párpados cerrados veía como en pantalla las memorias. Recordaba las palabras que alguna vez Yuri había pronunciado, recordaba su inseguridad, su ansiedad. Incluso, en su mente asomó la vez en que el menor, limpiando la ventana un día cualquiera dijo:

"No sé si te ha pasado, pero... a veces miro al vacío, sin moverme, sin pestañear. Siento calma. Tengo éste sentimiento de que no existo.

Si no existo, no hay qué me altere, ¿verdad?"

Una persona que no lo conociera bien hubiera pensado lo peor. Pero Víctor conocía el trasfondo, el mensaje oculto entre sus palabras. Y Yuri, en ese momento cuando lo dijo tan tranquilo, no pensó en la muerte como opción en lo absoluto. Pensó en qué era lo necesario para lograr la paz, para estar bien con uno mismo.

Víctor, sin embargo, hasta hacía unas horas había pensado en la muerte como opción.

Eso era lo que los diferenciaba.

— Estuve tan equivocado —escuchó un murmuro de pronto.

Abrió los ojos con dificultad, y lo vio sentado a su lado en la cama, tomando su mano y acariciándola con el pulgar. Lo primero en lo que pudo pensar fue en lo precioso que se veía.

El cómo la luz del sol daba en su rostro, brillando en sus ojos.

Cabello negro, desordenado como sus pensamientos. ¿Cómo fue capaz de ser tan egoísta? ¿Cómo fue que pensó en dejarlo solo? Tonto, tonto, imbécil Víctor. Si no hubiera despertado no hubiera tenido que lidiar con el sentimiento de culpa tan grande, tan cruel golpeándole porque últimamente eso era todo lo que la vida hacía con él; golpearlo una y otra vez.

— Yuri.

— Pensé que estábamos bien, pensé que...

Había estado llorando. Su expresión estaba demacrada, su voz temblaba. Quizás había llorado durante todo ese tiempo hasta el amanecer, lo podía esperar de él.

No..., esto no era lo que Víctor quería, tampoco lo que hubiera imaginado. Aun así no podía oírlo bien, parecía como si su voz estuviera difusa, lejana. Como un sueño. Sólo podía adivinar lo que decía, las mil y un palabras describiendo lo tan preocupado que estuvo. Yuri siempre fue el tipo de hombre que se preocupa hasta el punto de desesperarse ante simples hipótesis.

Víctor siempre soñó con ser capaz de volar sus preocupaciones lejos. Jamás lo logró.

— Sé que ya no es lo mismo —sollozó interrumpiendo sus propias palabras, y sonrió siendo sarcástico consigo mismo porque sus ojos lloraban—. ¿Cómo podría serlo? Si lo único que hacemos desde ese día es pretender que vivimos la vida, ¡pero estamos tan muertos! ¡O deseando estarlo! Porque somos cobardes como para aceptar que-

— Lo siento, no sé qué estaba pensando...

— ¡Nada! —exclamó agarrando con fuerza su mano, apretándola más de la cuenta.

Al percatarse, lo soltó un poquito, tragando saliva y bajando la mirada hacia él por primera vez desde que comenzaron a hablar. Quiso decir algo pero las palabras se desvanecieron en su boca, porque parecía inútil.

Negando lento, su mano lo soltó y viajó hasta su mejilla para poder dejarla allí; Víctor entrecerró los ojos recibiendo el cariño, acariciándose a sí mismo contra su palma.

Pobre... Necesitado de tanto amor que dolió el sólo verle así.

— ¿Qué puedo hacer, Víctor? —preguntó Yuri en un susurro— Por Dios, ¿qué puedo hacer para quitarte tanto dolor de encima?

El mayor se abrazó a su mano.

— Quiéreme.

— Yo te quiero.

— Demuéstralo —agregó el ruso con simpleza y una sonrisa breve. Honesta.

¿Qué más podría pedir? ¿Qué más podría hacer Yuri si todo lo que él necesitaba era eso?

— Por favor..., bésame —dijo luego de un momento.

Justo cuando pensó que nunca tendría que rogar por ello, la vida otra vez le demostraba lo contrario.

— Así no es cómo se demuestra exacta-

— ¡SÓLO BÉSAME! ¡Mierda! ¿¡Tanto te cuesta, tanto te duele hacerlo!? —gritó, sentándose de golpe en el lugar para poder zamarrear, con bronca, su ropa al punto de sacudir entero el cuerpo del menor quien cerró los ojos.

Yuri... Su Yuri. Su precioso, tan amado Yuri haciéndose pequeño ante sus gritos.

Víctor lo soltó para aferrarse de las sábanas, y lloró con fuerza porque no podía creer lo tremendamente miserable que se había vuelto. Sólo deseaba volver un año atrás. Quería ser ese Víctor que alguna vez existió, quería sonreír, quería patinar y ser feliz. Porque antes no tenía razones para no serlo.

Y sabía que ya estaba perdido. Yuri también, mas por eso seguía allí; cuando juró estar en las buenas y en las malas, realmente lo hizo.

En las buenas y en las malas...

Acercándose lento a su devastado marido, lo abrazó con su vida, y con todo el amor que tenía en su corazón. Porque no, jamás había dejado de amarlo, uno simplemente no deja de amar. Y besó su coronilla, su frente y mejillas con calma, tratando de tranquilizarlo entre caricias y promesas que él anhelaba hacer reales.

Tomando su mentón, subió su cabeza encontrándose con tan rota mirada, y se acercó a rozar sus narices a ojitos cerrados porque sabía lo mucho que Víctor amaba esos tiernos detalles.

Había pasado tanto tiempo que, cuando Yuri besó sus labios, se sintió como volver a respirar.

... hasta que la muerte nos separe.





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¿¡QUÉ HACES BESANDO A LA LISIADAAAAAA!?

Ya paro. Lo sé, tiro toda seriedad a la basura. *Se mira al espejo* ¿Por qué eres así, Alex?

Lo sé, este capítulo fue bastante fuerte en ciertos sentidos. Espero con todo el cora que les haya gustado. 

Y vengo a avisarles que no estaré actualizando hasta dentro de dos semanas, alguien aquí llegó a tal vejez como para verse en el viaje de egresados, madre mía. Eees por eso que el capítulo de hoy fue mucho más largo de lo que en general suelen ser. 

¡Vamos creciendo, yey! Recuerden darle a la buena estrella si les gustó, así como dejar sus opiniones respecto al capítulo, sentimientos encontrados (?, teorías, ¡lo que sea! Y que me ayudaría un montón si lo comparten con sus amigos. 

Espero que tengan una muy buena semana, cuídense y nos leemos la próxima.

¡Saludos! ♥   

HE • A VICTURI FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora