HE • A VICTURI FANFIC

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A Yuri le gustaba mucho su color de ojos.

Bueno, a quién no. Los ojos de Víctor no sólo son celestes y ya, tienen otras tonalidades a su vez que llegan a alcanzar incluso el verde cuando lo miras atento.

Pero eso no importaba. De hecho, no importaba que a los demás les gustaran sus ojos, así como no valía ni un centavo recibir sus halagos. Mas eran los elogios de Yuri aquellos que le hacían sonreír, sonrojarse como un niño enamorado cuando se acostaban frente a frente y él se lo recordaba.

Solía acariciar su rostro en silencio y, hundidos en esa paz, Yuri lo contemplaba y con esos ojitos miraba todo de él con sumo detalle; Su piel tan blanca, esa barba plateada que deseaba crecer, cada vello de sus cejas, cada poro de su rostro. Y cualquiera diría que el único con inseguridades era Yuri. Pero Víctor también era humano, así que su corazón latía rápido cuando él besaba la punta de su nariz con dulzura, cuando movía su cabello hacia un costado y besaba su frente también.

Y le decía que quizás era algo tonto, pero que quería grabarse su rostro para siempre. Le decía que lo amaba.

Víctor también lo amaba. Y ahora era él quien se arrepentía con todo su corazón, porque jamás le dio tanta importancia, porque "tenían el tiempo del mundo".

Jamás volvería a tener la oportunidad de ver su rostro de cerca una vez más.

Yurio fue el último en visitarlo.

Dejó que hablara un poco con los demás antes de ir él. Todo el equipo ruso estaba destrozado desde ese día; Georgi se sentía culpable por haberlos invitado, pero claro que no tenía nada que ver. A veces las cosas... están destinadas. Quizás, si Yuri no fallecía de esa manera, lo hubiera hecho de otra forma.

Yakov les había explicado la situación, les había dicho que Víctor estaba en un estado muy complicado, muy vulnerable. Que pronto debería entrar a tratarse en un psiquiátrico. Y era increíble pensar las vueltas de vida; Víctor había sufrido un montón incluso de pequeño cuando su padre lo abandonó, y toda esa larga historia que alguna vez vivió pero que ahora no era el punto.

O tal vez sí; la psiquiatra con la que Yakov habló le dijo que quizás esto sólo terminó de desencadenar su esquizofrenia. Sin embargo, no había nada que lo asegurara. La esquizofrenia es muy extraña, no se sabe exactamente cómo origina.

Ya cuando fue su turno y se despidió de todos, entró en aquél cuarto. No había sonido alguno, ni siquiera el respirar del mayor se oía. Yurio entendió que en verdad estaba sufriendo; Víctor nunca había estado tan callado, tan quieto. Tan muerto en vida.

Decidió inspirar profundo, y hacer apropósito un poco de ruido al sentarse para atraer su atención, lo cual logró, pero enseguida deseó no haberse encontrado con esa mirada.

Víctor estaba totalmente roto.

Parecía un anciano cualquiera, no el pentacampeón un poco soberbio y muy molesto con su actitud de adolescente enloquecido por las hormonas que alguna vez conoció. No..., él no era ese hombre. Ese tipo sentado frente a él no era Víctor ni de chiste. ¿Cómo podría creerlo? Que luzca como Víctor, no garantiza que lo sea.

Yurio quería hablarle, quería contarle y preguntarle cosas con su actitud de siempre. Pero no se sentía capaz de pronunciar ni una palabra, no sin sentir un nudo en su garganta al verlo así. Víctor alguna vez fue su más grande ídolo, su inspiración. ¿A quién quería engañar? Ahora mismo lo seguía siendo, y no soportaba mantener la mirada sobre él. Y odiaba todo de la situación, odiaba saber que, de esto, no había remedio. Así que negó con su cabeza lento, y se levantó inspirando hondo otra vez, saliendo por la puerta cual cerró automáticamente.

Apenas soltó ese suspiro, lloró repleto de indignación.

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Bueno, ya llegamos a lo que es probable que sea el penúltimo capítulo. QUIZÁS. I DUNNO. 

Sólo espero que, como siempre, lo hayan sentido. Y que si les ha gustado le den a la buena estrella, me regalen sus comentarios y opiniones que tanto me alegran, y lo compartan que me ayudaría un montóooon.

Como siempre, gracias también a los nuevos lectores. Perdón por el sufrimiento (? pero me enorgullece saber que les ha sido buena la historia.

¡Nos leemos la próxima!  ♥