Capitulo 2

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Al llegar a Londres, mi madre no dijo nada, sólo se escabulló a su cuarto, como huyendo de mi. Me irritaba tanto que fuera tan patética, pero no podía culparla, muy pocas veces de hecho, he pensado que esto es más para ella de lo que puede soportar y supongo que es triste que no pueda sentir hacía ella amor siendo lo único que tiene. Sentir en  un sólo sentido a veces era difícil de llevar, por que mí razonamiento aveces me indicaba que debía sentir pero mi corazón no lo captaba, así que iba a la opción más fácil que era irritarme, no es que me gustará pero no podía decirle a un corazón congelado "hey, descongélate y siente amor por tu madre" Tristemente para ella, así no funcionaba.

Cuestionarme no servía para nada así que simplemente decidí acostarme, debido a que el día siguiente teníamos que tomar un vuelo a Nueva York pues, como creadora del todo, mi madre resolvía toda clase de problemas sobrenaturales sin que "el concejo" lo notará, eran los más antiguos seres sobrenaturales, Vampiros, Hombres lobo, Brujos, Brujas, Angeles, Demonios, Momias, Hombres invisibles, etc.
Ellos se creían con la potestad de resolver los problemas de sus razas y mantenerlos, solamente por el hecho de ser esqueletos andantes y usar peluca pero en fin, mi madre no quería intimidarlos y hacer alguna especie de guerra de envidia, suena ridículo pero puede pasar, son más parecidos a los humanos de lo que creen, se creen totalmente superiores por comerse a los demás, no está demás repetirlo, son pateticos.

Horas después fuimos al aeropuerto para tomar un vuelo y cabe resaltar que odio los malditos aviones, inventos de mi tía y del maldito infierno, no me voy a morir si se cae, yo lo sé, pero es un fastidio compartir el asiento con alguien que no conozco y que de paso piense que soy una maldita almohada,  como si fuese poco las turbulencias no ayudan.

-Nunca jamás... Me subiré a una endemoniada cosa de esas- dije agarrando mi maleta.

-Adara...

-Antes prefiero correr, Madre- ella simplemente sonrió, como si yo bromeara, era total y completamente en serio si tuviera nervios estarían de punta.
Horas y horas de horas de vuelo, estresantes y fastidiosas tuvieron fin menos pronto de lo que pensé. Bajamos de ese estúpido aparato y buscamos nuestras maletas para luego caminar a la salida.

-Yo conduzco- dije alzando la mano, ella la bajo negando con la cabeza.

-Uh-uh - mi madre negó y no pude más que fruncir el ceño. Ella señaló hacía adelante con su cabeza, junto donde un flamante chico hacia su aparición por la puerta del aeropuerto, alto,  delgado pero no demasiado, fornido, la mezcla "perfecta" dirían muchas, ojos color esmeralda, lo más destacable, y un caminar... Ok, basta.
Cualquier chica describiría a Justin así,  incluso las ciegas, verlo entrar de manera arrogante como suele hacer, sólo hizo que me irritara un poco más, se quito las gafas de sol y dijo, hago énfasis en las comillas, de manera "sensual":
-Vaya, la princesa Elsa ha vuelto- se inclinó y besó mi mano sonriendo, yo me limpié la mano en alguna persona que pasaba por ahí, mi expresión le quitó la sonrisa de patán. 

-Justin, aún me acosas, para tí el amor propio es solo una frase-volteé a mirar a mi progenitora, que sonreía como si este asunto no fuese con ella- vámonos- le tiré mí maleta al pecho y caminé a la dichosa salida buscando el condenado auto.

-Por ahí - me señaló el auto, una camioneta, lo miré y el alzó las manos en señal de rendición, tirando con eso las maletas,  bajé mi mirada a las maletas y de inmediato las recogió mientras intentaba desbloquear el auto.

Dos horas aun más largas, si es que se puede, después en las afueras de la ciudad, caminamos por un tubo de alcantarilla abandonado, lugar dónde se encontraba una especie de cárcel para seres sobrenaturales,  dirigido por la Organización PHCS (Protección de Humanos Contra Seres sobrenaturales), cuya directora y fundadora era obviamente mi mamá.

Mystical FreezeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora