Capítulo 14

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Rayos, rayos, rayos...
Admito que esta no es de mis mejores ideas, debí dejar que pensara que perdió el maldito aparato.

A ver, explicó mi situación, después de horas y horas de pensamientos paradójicos sobre los gemelos o si debería apartar a Ian,  decidí devolverle el condenado aparato a nuestro rey vampírico, lo que no esperaba y el estúpido problema aquí es que el es sonámbulo, si y uno muy terco, no paraba de abrazar al abanico y de caminar de aquí para allá.

El sonambulismo es un problema de alma intranquila, tu alma esta despierta pero tu cuerpo esta en reposo, sencillo pero un misterio para los humanos que aún no entienden lo importante que es un alma para cualquier ser.sentí un retorcijon en mi estómago pero seguí con mi misión, mi plan no era brillante, solo era colocarlo en su cama mientras dormía pero con él en ese estado era bastante complicado, lo esquivé varias veces pero justo cuando iba a colocar el celular en su mesa de noche me atrapó y me llevó a su cama, acostándose encima de mi negandome el oxígeno que aunque no  nesecitaba quería.

Admito que no pensé que así entraría en su cama.

-Mierda, mierda, mierda- mascullé entre dientes mientras trataba de escurrirmé entre sus brazos, decidí usar mi parte de hada para ponerme en su forma natural diminuta y así volar como un mosquito lejos de ahí.
Cuando conseguí salir bote todo el aire que tenía y grite cuando me encontré con Laurin enfrente mío, con una vela, una bata enorme y una mascarilla de aguacate ¿Qué le ocurre a esta mujer?

-¿Majestad? -cerré los ojos y suspire.

-Si... Capitana- dije con irritación, ha sido una muy larga noche.

-¿Qué hace despierta y en este sector? - se cruzó de brazos.

-¿Qué hace usted despierta por aquí y vestida así ? - se puso nerviosa, bajo los brazos tan deprisa que apagó la vela.

-Eh... ¿Sabe que es de idiotas responden a una pregunta con otra? - podría jurar que revolio los ojos por todo el pasillo buscando una salida.

-¿Así como usted? - solté una risita y vi con frunció el ceño.

-Majestad continúe con su camino y yo con el mío - ella siguió caminando, vi como seguía de reojo.

¿Será que...?No, Alena eso es ridículo.

Me giré y vi como giro a la derecha en dirección al cuarto de Ian, caminé sigilosamente detrás de ella pero con muchas ganas de ahorcarla, al llegar frente a la puerta se saco la bata mostrando una más pequeña semi-trasparente y con la misma bata se saco la mascarilla, entró al cuarto lentamente y alcé una ceja, oh no.
Me fui a mi habitación hecha furia, ya ahí empece a renegar.

-Perra, maldita, él es... - me detuvo abruptamente, él no es mío, jamás lo sería, ¿Qué demonios me pasa? Y entonces descubrí una nueva sensación celos.
No era mío, no debía sentirlo pero ¡Estrellas! Cuanto deseo que se mantenga alejado de todas, ese egoísmo se encoge en mi estómago, retorciendolo además de alojarse en mi cabeza y reproducir imagenes de ellos dos besándose, no puedo, no puedo imaginar eso más.

-Esto no se quedará así, no, ya veremos- me acosté aunque no dormí imaginando mil maneras de matar a la capitana y así espere a que amaneciera, me levante, me cambié y  camine rapidamente al cuarto de la capitana y no la encontré ni ahí ni en el baño.

Debí revisar el maldito celular.

Camine a la Sala de entrenamientos, ¡Bingo! Aquí están tortolos, hoy será un día entretenido. Ambos hablaban y sonreían mientras el resto calentaban.

-¡Capitana! ¡Rey de pacotilla!¿Qué hacen? - me puse en medio de ellos cortando su charla amistosa.

-Hablamos- dijo Ian con sarcasmo.

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