-Adara- fue lo último que escuche de Leah, aquel quejido lamentoso, me lancé al lago y tome mi forma de sirena, mis piernas se convirtieron en una enorme cola de pescado cuyas escamas eran tornasol, por lo que dependiendo de la luz se veían en diferentes tonos, mi collar de chessire se iluminó formando una aureola de color blanca alrededor de mi, mis ojos ardían, lo que quería decir que estaban iluminados, nade sin pensar en nada ni en nadie, eso necesitaba, desaparecer solo una par de horas sin pensar en nada, nade hasta lo más profundo, por estas aguas no suelen haber sirenas por ser un lugar secreto así que no me tropecé con nadie y de cierto modo me sentía mejor así, mi compañía eran los peces, tiburones, algas y criaturas marinas, algunas más intimidante a que otras, sobre todo cuando llegas a lo profundo donde son enormes y con una extensa dentadura.
En el fondo de aquel lago, me senté sobre una roca y grité, grité de irritación, de frustración, de desesperación y las emociones que mi cansado cerebro tenía en mente, cuando termine de gritar, nade otro poco, me distraje con los corales y algunos pececitos, hasta que decidí que era hora de salir, nade rápido hasta la superficie y salí brincando del agua, tome mi forma humana y nade hasta la playa, estaba desnuda por qué mi ropa cuando esto pasa se va algún rincón del agua o de la tierra aún no se, con magia aparecí mi ropa de nuevo, trepe un árbol y me quede ahí por algún tiempo. Era de noche, la luna era creciente y aún así podía iluminar las plateadas hojas de los árboles, creando una aura totalmente pacífica dejándome vacía y dormida.-Bella durmiente- una voz aterciopelada y ronca se escucha en mi oído, era una voz de mujer- Adara...- sé que no es mi madre así que solo puede ser...
Abrí mis ojos de repente y ví su lo una sonrisa, aquella que significaba una cosa, la guerra continúa.-Solange...- dije entre dientes.
-Sobrinita- dice cínicamente- me preguntó una cosa...¿Dónde demonios esconden a Alena? Nunca está con ustedes, tú hiciste con tu noviecito, tu mamá huyó con que creo es tu amante y Alena no quedo en el castillo así que... ¿Dónde está?
-Lejos...muy lejos- dije.
-O...la que está desaparecida es Adara- no me lo preguntó- Tu eres Alena ¿No es así?- se acercó y tocó mi corazón, por mi pecho se podía sentir el frío así que frunció el ceño.
-Alena- escuche la voz de Leah y cerré los ojos mientras Solange alzaba una ceja.
-¿Quién demonios eres?- susurro.
-Baja, tenemos que hablar- dijo Leah, silencio fue su respuesta - Alena...¿Quién...?
-Hola, hermana- Solange se tiró de espaldas de la rama y con una voltereta callo de pie, yo simplemente bajé.
Dramática.
-¿Qué haces aquí?- dijo Leah a la defensiva.
-¿Quién es?- dijo tomándome del brazo- ¿Y dónde está la otra?
-¿Otra?- pregunto Leah y Solange pareció haber armado el puzzle.
-Murió, entonces es cierto...-dijo ella más para si que para el resto-bar la información es correcta, tu...- me señaló- tienes las dos maldiciones.
-No la tocaras, jamás- Leah se puso entre Solange y yo, escondiendome detrás de ella.
-¿Quién lo evitará?¿Tu?- dijo con burla- más la protegería aquel árbol de allá, estás débil, tu poder ha Sido arrebatado de tus manos- abrió las palmas de sus manos- hacia las mías.
-¿Qué?- mi madre parecía sorprendida.
-¿Creíste que aquella patética mujer loba era lo único que tenía?- Solange río- que ridícula.
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Mystical Freeze
FantasyAlena nació condenada a no sentir ningún sentimiento que hiciera su vida feliz, como amor o alegría. Su corazón nació congelado y no se puede descongelar ya que de ser así moriría a causa de su sangre maldita... pero, debido a un error catastrófico...