Capitulo 12

51 20 3
                                    

3 semanas encerrada,  aburrida, sin compañia, era prácticamente una cuarentena, cualquier cosa que era urgente, me la subían aquí como mi comida también y parecía que por fin mi cuerpo me hacia caso.

En las últimas 3 semanas, he estado llena hasta de ansiedad, primera vez que la siento y espero sea la última, corría de aquí allá y de allá para acá en busca de alivio y hoy por fin lo conseguí, eran las 9 a.m., así que deberían estar entrenando ahora, tomé una muy larga respiración y decidí salir.
Todos me miraban extrañados por mi cambio repentino, camine hasta llegar a la Sala de entrenamientos, me quedé observando desde la puerta como todos entrenaban, hasta que sentí mi corazón acelerarse, excelente Ian estaba aquí, me acerque un poco justo cuando la capitana proponía un descanso.

-Majestad- hizo una leve reverencia- un placer verla de nuevo... ¿Se encuentra mejor?

-Si.

-Me alegro mucho- ella estaba de muy buen humor.

-¿Algo nuevo?

-Nada relevante majestad- ¿A esta que mosco le pico? Esta demasiado feliz.

-¡Bien todos! ¡Devuelta! - volvieron a los entrenamientos, yo disimuladamente veía a Ian entrenar pero me parece que no soy la única, mis bellas soldadas con capitana incluida de vez en cuando lo hacían, la irritación empezó a florecer en mi vientre como una quemazón. Excelente.

-¡Suficiente!- grité y todos se detuvieron, a paso lento me acerque a ellos, pues estaba sentada en las gradas del gimnasio- capitana- esta se giró hacia mi- quiero ver el combate cuerpo a cuerpo- esta asintió y eligió dos al azar, una chica invisible y un hombre lobo, estos empezaron a pelear, la chica atacaba de manera limpia y ágil mientras el chico actuaba con miedo, la chica obviamente no era tan fuerte como él pero lanzaba golpes certeros a zonas débiles logrado dominarlo,  la obvia ganadora fue la chica.

-¡Tú! - señale al hombre lobo.

-¡Si, majestad! - hizo una reverencia hacia mi, yo me acerque a paso lento por medio del círculo que habían formado y acaricié su mejilla con delicadeza.

-Tu nombre cariño-el temblaba ante mi tacto.

-A-alun- le temblaba la voz y yo sonreí sin una pizca de gracia.

-Alun... ¿A que le temes? - mi pregunta pareció sorprenderlo, abrió los ojos y parpadeo varias veces analizando mi pregunta.

-A nada- solté una carcajada seca y fría.

-No mientas- seguí acariciando su mejilla.

-No miento majestad- lo abofetee.

-Si eso fuese cierto, estoy segura no habrías perdido ese combate, responde y responde bien- espeté en su oído pero de manera clara para que todos oyera. Él giró su mirada hacia mi y la mantuvo en el suelo, lo golpee una vez más y  partí su rodilla haciendo que quedará arrodillado,  en su rodilla buena afirme mi pie-¡Escuchen! ¡No pueden tener miedo de atacar! ¡Nunca!- lo patee haciendo que cayera al piso- dudar los hace débiles, atacan a matar, siempre y cuando sepan sus debilidades, sin importar género, raza o especie ¿Esta claro?

-¡Si majestad! - gritaron al unísono y así siguieron los combates por el resto del día, ya a la hora de la cena accedí a que se retiraran pero cuando estaba a punto de hacerlo noté que mi capitana e Ian charlaban muy amistosamente, esta tocaba su brazo mientras este sonreía y ¡oh! La irritación aparece. Me quedé quieta esperando a que la capitana se alejara y luego de unos 15 minutos lo hizo por la otra puerta, Ian, aún sonriendo, empezó a teclear algo en su teléfono y yo me iba a ir de no ser por la estúpida risa de niño bobo que soltó. 

Mystical FreezeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora