Capitulo 4

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-¿Ya no duele? - me pregunta mi madre alejando su mano de mi cuerpo, después de ese encuentro con ese chico aguja tuve que llamar a mi madre para que me "re congelará" el corazón, cosa que era poco frecuente pero necesaria para mi subsistencia ya que si se descongelaba, yo moría por el peso de toda la sangre sobrenatural en mi sistema.
Yo asentí en respuesta a su pregunta.

-Ahora que no está muriendo Mi lady, ¿Qué sucedió? - me pregunta la capitana Laurin.

-Me atacaron capitana... Mientras salía-le dije irónicamente - pensé que era obvio.

-¿Le dijeron algo? - preguntó ignorando mi comentario.

-Eran de parte de Solange, alguna especie de plan de secuestro, eran 3 hombres, una sirena, un hombre lobo y otro que no supe identificar.

-¿Qué? - Leah y Laurin se miraron extrañada entre si.

-¿Qué? - les dije confundida.

-Nunca has fallado en la identificación de especies Adara -dijo mi madre.

-Exactamente majestad, jamás en mi tiempo aquí la escuché decir que no sabía que raza era un ser- la capitana se rascó la cabeza mirándome demasiado extraño, como si fuera un marciano o algo así.

-Siempre hay una primera vez para todo- ambas se miraron otra vez y se encogieron de hombros.

-Vienen tras de ti, Leah, de eso estoy completamente segura-dije con seriedad.

-¿Qué haremos?- pregunta mi querida capitana.

-Te quedaras aquí hasta que yo piense que es seguro- le dije a Leah ignorando completamente a la capitana.

-Eso es ridículo- dijo Leah simplemente.

-¿Tienes otra solución?- dije de manera sarcástica y su silencio me dijo que no- Espero, capitana, que este lugar sea seguro para ella- dije mirándola a los ojos- por que si ella muere, sus soldados lo harán también o peor aún, desearan estarlo- ella asintió, dejé la habitación para dirigirme al gran centro de computadoras de la Organización.

-Gael - el cerebro de toda la Organización era ese pequeño elfo, su capacidad para la computación era inimaginable.

-Majestad - se inclinó- un gusto tenerla en mi oficina, dígame ¿En que puedo ayudarla?

-Supongo sabrás del ataque de esta mañana.

-Si, majestad lo sien...

-Ahorratelo- dije interrumpiendolo - uno de ellos era una sirena llamada Marcus ¿Podrías encontralo?

-Dado a lo limitado de la información, será difícil, ¿Alguna característica especial o ADN? - me mordí el labio intentando recordar algo memorable.

-Tenía un tatuaje... En el cuello de una especie de ancla o algo así.

-Veré que puede hacer majestad- sin dilación, él empezó a trabajar, yo me senté en una silla en el rincón, mirando mis manos e inevitablemente pensando en cómo había temblado al ver al chico aguja ¿Qué había sido esa sensación?  ¿Por qué sucedió? ¿Qué significa?, fue electrizante, atrayente, casi podría llegar a ser adictivo, de las limitadas sensaciones que he sentido en toda mi vida jamás he sentido algo parecido, era como si alguien me hubiese golpeado, luego dado un choque eléctrico justo en las venas y toda la electricidad recorriese mi cuerpo a millones de kilómetros por hora, millones de galaxias al interior de mi cerebro, una paradoja infinita se abría ante mis ojos, no había alguna explicación razonable y eso me inquietaba.

-Majestad -tenía a Gael frente a mi, chasqueando sus dedos en mi cara- ¿se encuentra bien?

-S-si- Gael y yo nos sorprendimos, yo tartamudeé, dudé para responder ¿Qué rayos me sucedía?- ¿Encontraste algo útil?

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