Capitulo 11

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A la mañana siguiente no me levante de la cama, no tenía la fuerza ni las ganas, sin embargo nada dura para siempre, a eso de las 3 de la tarde alguien osó tocar a mi puerta de manera insistente, lo que me obligó a abandonar mi vagancia y recibir al invitado no deseado.

-Hola- me dijo Leah sonriendo y entrando a mi habitación.

-Pasa- dije sarcástica y cerré la puerta, camino hasta el sofá y se sentó ahí cruzando las piernas, con una perfecta postura, bufé ante su presencia.

- ¿Donde estuviste ayer, Adara?- hice una mueca, se para donde se dirige, sé a que vino y me temo que no me guste.

-Caminé- dije encogiendome de hombros.

-¿Sola?- preguntó acusadoramente.

-¿A qué quieres llegar Leah?- dije irritada.

-Estoy asustada, Alena, no puedo alejarte de lo único que te hace mal creyendo que es tu bien, algo en lo que yo te metí- suspire, yo esperaba esta conversación, él no era seguro para mi ahora pero por otro lado si lo dejó ir ¿Qué me asegura que no vaya con Solange?

Excusas.

Gritaba mi subconsciente, me las inventaba a cada rato y siempre que pensaba en el tema pero simplemente no quiero dejarlo ir.

-Leah, lo sé pero ahora mismo el seguirá de nuestro lado hasta que este segura que todo esto este bajo control otra vez- dije tratando de convercerla a ella y a mi de que lo que decía era cierto, ella río amargamente.

-Nunca podrías alejarlo, no por voluntad propia- dijo muy seriamente-, así es el hechizo.

-Leah...

-No voy a pederte Adara- dijo de inmediato, sus ojos estaban cristalizados, iba a llorar, oh no, cuando imagine esta conversación no espere que llorara.

-Por amor a... - empezó a llorar y yo a irritarme, cerré los ojos para no gritarle o algo por el estilo pero es que ¡estrellas! ella no le dejaba de tomar la mano jalando me hacia ella, además de llenar mi mano de lágrimas y mocos, esto se me hacia casi imposible-Leah...Leah... -la llame intentando soltar me de su agarre pero ella no reaccionaba, así que me senté y la deje llorar, si le gritaba posiblemente lloraría más y no quería eso.

-Después de lo de... Lo de tu padre y con ella no te...puedo perder por Solange, no puedo- Leah era una mujer fuerte pero muy sufrida y usualmente su naturaleza compasiva no la ayudaba, a veces tenía ataques, los recuerdos que la invadían eran muy poderosos, mi padre y luego mi hermana, los recuerdos de aquella guerra de poder entre ambas y como eso de manera indirecta me había afectado totalmente, al punto de destruir mi corazón. Le alce el mentón para que me mirara.

-Sigo aquí, confía en mi- le sobe la cabeza- sé lo que estoy haciendo.

O eso espero.

Ella asintió pero me abrazo para llorar otro poco, miré la hora nuestro vuelo era a las 6 y eran las pasadas las 4, Leah dejo de llorar después de unos 5 minutos y se quedó conmigo hasta que estuve lista, bajamos juntas con nuestras maletas en la mano Ian estaba abajo, nos saludo de manera muy sonriente, Leah le devolvió el saludo con un asentamiento de cabeza y yo solo le dio una asentamiento de cabeza, no podía permitirme entrar en confianza con él, como tampoco que él se fuera, mi solución era evitarlo y así lo hice el resto del viaje y hasta que llegamos a la base, no hablamos, no lo miré y era extraño, mi cuerpo y cerebro me reclamaban, me gritaban que nesecitaba su atención, siquiera una mirada entre nosotros, no había probado a Ian y ya era casi como una adicción.

La peor parte paso en el avión, Leah acepto que me sentará lejos de él pero estar encerrada en una caja de metal en el aire con turbulencias y un cuerpo descontrolado no era sencillo, me retorcia, movía, saltaba, me en cerré en el baños por más de 3 horas, no lograba el control total de mi.
Apenas llegamos corrí a mi habitación con el poco control que me quedaba, mi estómago se retorcia, mi cabeza dolía y mi corazón estaba desbocado ¿Qué demonios sucede conmigo?

Mystical FreezeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora