Salí de esa sala agitada, corrí a buscar a Leah, ella se encargaba de asignar a las conexiones a veces pues fue su idea crearlas, ella era la única que me podía dar una respuesta.
Entré a su habitación azotando la puerta contra la pared, Leah se alarmó pero se calmó al ver que era yo.-Adara, me asustaste- dijo tocándose el pecho y sonriendo.
-¿Me asignaste una conexión? - aún no me lo creía es que era simplemente ridículo, yo no podía sentir nada por él y si empezase a hacerlo eso derretiría mi corazón y moriría antes de siquiera pensarlo, su sonrisa se borró y miro el piso con nerviosismo afirmandome lo que temía.
-¿Por qué? ¿Intentas matarme?
-¡No, no, no! ¿Cómo crees Adara?- gritó con efusividad- sólo...
-Sólo...
-Antes de saber de la maldición en su totalidad, pensé que la única forma de descongelarte era hacerte amar y... A la única persona que estarías obligada a amar sería a tu conexión, por lo que lo hice para que apareciera muchísimo tiempo después como mi último recurso si ninguno de mis hechizos funcionaba, lamentablemente tiempo después descubrí que la otra parte de la maldición se fue hacia ti y que si tú corazón se descongelaba, morirías.
-Bueno él esta aquí- mi madre quedó total y completamente asombrada tanto que casi se cae de su silla.
-¿Q-que? - tenía los ojos abiertos como platos- quiero verlo.
La llevé hacia la llamada, por mí, sala de torturas, allí estaba él con la cabeza gacha y la respiración agitada, giré los ojos, vaya reina del drama que me tocó, mi madre me miró reprobatoriamente, yo fruncí el ceño y ella con sus ojos me lo señaló, al parecer así no se trata a tu conexión, Leah se acercó lentamente, el continuaba igual.
-¿Trajiste a alguien para que la diversión sea doble ?
-No, Leah jamás te arrancaría un pelo, así que tranquilo majestad- dije afirmando mi cuerpo al marco de la puerta, sus ojos se abrieron ante la mención de su nombre.
-Hola- dijo Leah como si le hablara un tierno cachorro, él alzó su vista para analizar a mi madre y se detuvo, como todos, en sus bellos e hipnotizantes ojos morados- ¿Cuál es tu nombre?
-Ian - dijo embobado.
-¿Sólo Ian? - dijo mi madre como si habla con un niño
-Ian Thomas Rassacobich Milan III- dijo con el mismo tomo idiota, esto me está irritando.
-Basta- mi madre volteó a mirarme y el sacudió su cabeza saliendo de su trance- esto es ridículo, Leah, es un peligro total.
-Pero Alena, sabes cómo funciona - mire al techo exasperada ¿ahora debía morir por amor? ¡Ja! muy buen chiste, Ian carraspeo ganando nuestras miradas.
-Alguien me explica que sucede.
-Bueno Ian, Alena es...- la interrumpí con un fuerte y forzado "Mmjumm", ella me miró y yo negué con la cabeza, no le daríamos al enemigo mi talón de Aquiles por más conexiones que tenga aquí.
-Majestad, usted... - inmediatamente vino a mi cabeza algo importante, princesa de hielo, mi madre me observó curiosa esperando a que hablará - ¿Podrías repetir mi sobrenombre? ¿El que usa Solange?
-Princesa de hielo- lo dijo con confusión, volteé a mirar a Leah y salí de aquella sala, la única que me había llamado así era aquella mujer loba con quien "discutí", no había nadie más quien me llamara así por lo que desde ahora era la principal sospechosa, la busqué con gran velocidad en todos los rincones de la Organización y al final la encontré en la Sala de entrenamientos con la capitana Laurin, agarré a la mujer loba de la mano mientras que mi mirada le decía a Laurin que viniera, ella lo comprendió y vino a mi búsqueda con rapidez, la mujer loba no paraba de forcejear intentando soltarse de mi agarre, cuando llegamos a la Sala la tiré al piso a los pies de nuestro rey.
-¿La conoces? - ella lo miró suplicante, el mantenía un semblante frío.
-Majestad- me dijo Laurin pero la silencie alzando un dedo.
-Responde - ellos seguían mirándose, me acerqué a el y jalándole el cabello lo obligué a mirarme- te hice una pregunta, no lo repetiré más, la conoces si o no.
-Majestad, si me permite, Jéssica lleva aquí más de un año, si esto es lo que creo no pienso que sea la infiltrada, yo misma la recluté- la miré enojada haciendo que se callara y aumenté el agarre en el cabello Ian.
-Bien- lo solté tirando su cabeza- quiero ya mismo que me digan de donde viene ella, que hizo antes de unirse, como se unió, quien la ayudó, todo inmediatamente capitana- ella salió apenas termine la frase y mi madre con ella.
Camine hasta Ian y con mis propias manos le partí la pierna en dos, el soltó un alarido de dolor, admito que no fue una buena idea ahora me dolía la pierna pero no importaba.-Conmigo no se juega- tiré su pierna al piso haciendo que gritará más, detrás mío escuché movimiento así que corrí hacia la puerta bloqueándola donde la mujer loba se arrastraba para escapar la pateé con la suficiente fuerza para dejarla inconsciente, agarre su cuerpo, la colgué dejándola de pie pero con las manos inmovilizadas y la pateé varias veces hasta que me sacié.
-Argh- Ian empezó a respirar aceleradamente y a quejarse.
-Si hubieses cooperado no estarías así- le dije con la voz agitada.
-Existe la lealtad- me dijo el entredientes, yo me reí.
-¿Crees que ella hubiese aguantado esto por ti? - le dije aún riéndome- que ingenuo rey eres, igualmente yo me enteraré por otros medios querido rey y entonces morirán los dos.
-No me matarías- dijo agitado.
-¿Ah no? Tu crees que por que eres mi conexión ¿te mereces todo mi amor, cariño y adoración? ¿que te protegeré ante todo? No querido, puedo vivir sin ti.
-El insoportable dolor no te dejaría vivir- me acerque hasta estar centímetros de su cara.
-He soportado de los peores dolores, creo que sobreviviría-ambos nos mirábamos con odio ¿En serio teníamos conexión?
-Majestad... - la capitana se detuvo en la puerta con la boca abierta, yo me separé de Ian a paso normal y ella intercalaba su mirada entre el y yo.
-¿Capitana? -me miró e hizo boca de pescado, la cerró y abrió un millón de veces por minuto,Ian giro los ojos.
-Ehh... - la capitana seguía como una idiota.
-Ajá, justo cuando pienso que no puede ser más estúpida capitana, me sorprende- ella bajo la cabeza avergonzada-¿Tiene algo o no?
-Pues... -me entregó un folder, bastante grueso- su nombre real es Jamina, viene de las manadas del Sur.
-¿Aquellas con acuerdos con Solange?
-Exactamente, majestad- yo asentí mientras seguía leyendo.
- ¿Cómo ingresó? - pregunte mirándola.
-Hackearon el sistema de ingreso y la incluyeron allí- ella parecía apenada, hace un rato la había defendido y mira yo tenía razón.
-Esto vamos a hacer, nos vamos a mudar a otra sede más segura, saben nuestra ubicación ahora mismo, así que busqué uno de los lugares de reserva, luego la voy a interrogar- dije refiriéndome a la mujer lobo- muevase.
-¿Y él? -dijo hablando de Ian.
-Luego vemos.
-¿Majestad? -me pregunto Ian apenas entré- ¿Eres reina o algo?
-Soy la princesa del hielo¿Lo olvidas? - el soltó una risita cínica y Jamina bufó- tu, estás muerta ¿sabes?
-Solange me sacará de aquí.
-No, si no sabe dónde estas- ella se alarmó, escuché que la capitana me llamaba así que fui con ella, me mostró algunas locaciones disponibles y yo elegí una para mudarnos inmediatamente.
||||||||||||||||||||||||Quiero que me digan que piensan de Ian.
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-Dawn💕
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Mystical Freeze
FantasyAlena nació condenada a no sentir ningún sentimiento que hiciera su vida feliz, como amor o alegría. Su corazón nació congelado y no se puede descongelar ya que de ser así moriría a causa de su sangre maldita... pero, debido a un error catastrófico...