Silencio...
Era lo único que podía escuchar de Ian y aunque era lo que quería, no estaba feliz. Se había hecho de noche, una bella noche estrellada, luna llena y por el bosque donde conduciamos había millones de luciérnagas.
Debíamos ir de nuevo al aeropuerto para ir a Filipinas, país donde se encontraba la ciudad secreta de las hadas, Gwendaly, oculta en un árbol, lejos del alcance humano, sería relativamente fácil convencerlas pues ellas sabían nuestro secreto, a las hadas no les gustaba el concejo así que no participaban en él.
Ian no había puesto música, ni me habló cuando llegamos al aeropuerto, ni cuando compramos los boletos y mucho menos cuándo entramos al avión, por parte de el no había sonidos y era en cierta parte estresante pero por otra esto fue lo que le pedí.
Al bajarnos del avión tampoco hablo, el cielo seguía oscuro pues era la 1 a.m., subí a un auto cualquiera del lado del piloto tratando de irritarlo pero no funcionó, siguió callado y aprovecho su posición para mirar por la ventana, lo admito, no quiero que me ruegue, no pienso perdonarlo pero no puedo resistir esto, conduje hasta el dichoso árbol, el viaje obviamente fue silencioso. Echa furia me baje del auto, el no me siguió ni nada, estaba en disposición de esperar, lo ignore- y tome mi forma de hada.
Abrí el árbol como solo un hada sabe y entré, todas las hadas volaban de aquí para allá, era un lugar mágico, todo ahí tenía vida y aunque parecía que vivías en las nubes, por qué en su mayoría eso eran nubes y más nubes, era un lugar maravilloso.
Me ahorre el protocolo real y volé rápidamente hasta el castillo de la reina hada, Alix quién poseía una muy buena relación con Leah.-Alena, un gusto verte- dijo sonriente- estaba apunto de hablarte, el concejo...
-No me interesa,Alix- dije cortante- iré al punto...las necesitamos.
-¿Qué sucede?- pregunto preocupada, su carita de niña se arrugó en una mueca de disgusto.
-Solange nos declaro la guerra y reunimos un ejército.
-Alena... No arriesgare a mis hadas así- dijo indignada.
-A mi madre no le importó arriesgarnos cuando tú y tus haditas formaron la guerra de las mil y una ranas encantadas ¿O si?
-Leah se ofreció a eso y además ha pasado más de un milenio de esa guerra, ni recuerdo cuando fue.
-600 a.c ¿Te refresco la memoria?
-Alena, no es no y punto- dijo señalandome, tome su dedo y lo gire casi partiendolo
-Ojo a dónde apuntas ese dedo- dije soltandola-Nos lo debes,Alix.
-De acuerdo, Alena-dijo resignada- por el espejo me avisas donde y cuando.
-Nos reuniremos en Holanda, está ahí dentro de dos días- dije y salí volando de ahí. Desde la copa del árbol podía ver a Ian recostado contra el capó del auto con las manos cruzadas, volé hacia abajo y volví a mi forma natural.
-¿Recuerdas cuando nos conocimos?- preguntó mirando las estrellas.
-Me quisiste matar...como no- dije irónica.
-Recuerdo que pase todo ese tiempo hasta que nos reencontramos pensando en aquella magnífica sensación que sentí solo con haberte visto- me miró, esperando que hablara pero no lo hice así que continuó- tuve muchos problemas, Solange planeaba nuestra boda, Anika quería salir y pasar tiempo conmigo, los soldados querían ensayar la entrada de honor de la boda y yo- suspiró- solo podía pensar en esa chica de cabello gris y ojos verdes con la que había peleado- soltó una risa forzada y con la mirada perdida siguió hablando- luego nos reencontramos, yo me escapé para encontrarte y tú estabas buscando a Marcus, no entendí que hacía una humana ahí y descubrí que no lo eras, en algún momento sentí alivio y cuando quede inconsciente nunca sentí tanta paz... Me di cuenta de que iba a estar perdidamente enamorado de ti cuando me torturaste y quedé plenamente seguro de que así sería cuando me di cuenta de que eras mi conexión- me miro a los ojos- ¿Sabes que sentí? Alegría, no sé por qué pero me alegré de que Solange no fuese para mí y poco a poco entendí que lo que sentí por ella nunca fue amor, cancelé la boda e incluso planee traer a Anika conmigo...
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Mystical Freeze
FantasyAlena nació condenada a no sentir ningún sentimiento que hiciera su vida feliz, como amor o alegría. Su corazón nació congelado y no se puede descongelar ya que de ser así moriría a causa de su sangre maldita... pero, debido a un error catastrófico...