Mientras tanto, en París:
-Pues ya está. Bar cerrado. ¿Vamos?
-¿A dónde me vas a llevar?
-Eres impaciente, ¿verdad?
-Depende de que tipo de cosas.
Ambos, Rose y Borja. Sonríen.
-Pues quería sorprenderte de alguna forma. Pero supongo que de París ya habrás visto mucho.
-No creo que me sorprendas entonces.
-Por eso he pensado en algo más... La pregunta es hasta cuanto estás dispuesta a llegar con un tipo prácticamente desconocido.
-¿A qué te refieres? Mira que yo no soy de acostarme en la primera cita...-dice riendo.
-¡Claro que no! ¡No me refiero a eso! Aunque parezca mentira, este modesto camarero es un caballero.
-Era broma, tonto.
-Lo suponía.
Rose levanta una ceja dudandolo. Está claro que se lo había creído. Pero ese extraño chico le cae bastante bien. Y es bastante atractivo.
-¿Y qué tenías pensado?
-Se supone que es una sorpresa... Pero para la sorpresa, te tienes que subir en mi coche. Se que es un poco precipitado... A penas me conoces...
-Pero quiero conocerte.
-¿Qué?
-Que acepto. Venga, ¿dónde tienes el coche?
-Un par de calles más abajo.
-Pues venga, andando.
La chica comienza a andar por la calle delante de Borja. El chico se queda perplejo... ¡No le ha hecho falta justificarse para nada! ¡Enseguida a accedido! La observa de arriba abajo.
-La verdad es que no está mal eh...-piensa mientras sonríe.
ESTÁS LEYENDO
NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. (Tercera parte)
RomanceLas sonrisas enamoran, pero las actitudes decepcionan. Todos tenemos esa parte malévola que surge cuando sufrimos de celos por alguien. ¿Se le deben dar segundas oportunidades a alguien que te ha decepcionado tantas veces? Atrévete a leer el final d...