NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. ~Capitulo 21~

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Lu ya se ha instalado esta mañana y ella y todas las demás bajan del cuarto para cenar. Una parte de ella quiere que Alex se siente en la misma mesa, preferiblemente a su lado. Pero otra teme que tenga que aguantar como tontea con terceras personas como Marta o... Como le echa cosas en cara. Ambas cosas penden pasar y no sabe si será capaz de soportarlas.

-Que pase lo que tenga que pasar-piensa mientras suspira.

Y pasa. Todas se sientan, una detrás de otra. Helen se coloca junto a Ali para que Lu pueda colocarse al extremo de todas, al lado de ella, donde al lado opuesto hay un sitio libre.

Cuando Alex y sus amigos, incluido Juan, llegan al comedor, se adelanta para sentarse junto a Lu. Pero cuando va a sentarse, Juan le mira preguntándole si le puede ceder ese sitio a él. Y eso hace.

-Que cerca ha estado-piensan ambos.

Así que Alex, como si nada hubiera ocurrido, se sienta enfrente de Lu dejando un sitio libre enfrente de Juan, que ya le está sonriendo a la chica. En ese momento, llega Marta, la cual no tarda ni dos segundos en sentarse al lado de Alex y afirmarse bien mientras mira a Lu con gesto de superioridad.

-¿Celosa?-le susurra sin que nadie más la vea.

Lucía levanta una ceja, la mira con asco dando a entender que por ella, puede hacer lo que sea con Alex y que le da igual. Intenta no mirarles más durante toda la cena. Pero no puede soportar como le sonríe. Sobre todo porque Alex, aquel chico que ayer le aseguraba que quería arreglar todo, que quería hablar de lo que había entre ambos, le está siguiendo el juego a Marta como si nada.

-¿Quieres jugar?-piensa Lu-. Juguemos entonces.

-Bueno Juan, cuéntame más de ti. Estas muy fuerte, ¿haces deporte, verdad?-dice la chica mientras le toca el brazo.

-¡Acertaste! Voy al gimnasio. ¿Tú haces algún deporte?

-Antes hacía natación, pero ahora ya no tengo casi tiempo. De todas formas, salgo a correr de vez en cuando.

-¿Sí? A mí también me gusta, podríamos salir a correr algún día, ¿qué me dices?

A medida que se iban contestando el uno al otro, Lu se aseguraba que también la distancia entre ellos fuese menor mientras le contestaba siempre mirándole fijamente a los ojos. Y había que decir que Juan tenía unos ojos color miel preciosos. Aunque seguramente, si él no hubiese puesto de su parte y al acercarse Lu no se hubiera arrimado más siguiéndole así el juego, definitivamente Alex no se habría puesto ni la mitad de celoso de lo que estaba ahora.

-Alex, ¿me pasas el agua?-le pregunta Marta.

El chico buscó la jarra y se le ocurrió una idea. En ese momento, la pone en práctica, intenta ponerle agua a Marta y derrama una poca, la cual cae entre los dos.

-Ups, perdona.

Coge una servilleta y empieza a secarlo todo. Incluida la pierna derecha de Marta.

Los dos ríen ante la situación y se miran a los ojos.

-A ver quien da más esta vez-piensa Alex mientras mira a Lu.

Ambos pueden observar la rabia del otro en sus ojos. La rabia que producen los celos, esos celos de ver a la persona por la que aún sientes algo reír con otra. Y es que eso de que otro le haga sonreír a Lu, Alex no lo lleva muy bien y eso de que otra se le acerque tanto a Alex, Lu lo lleva aún peor.

NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. (Tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora