NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. ~Capitulo 36~

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En la piscina, Juan y Lu han decidido sentarse en uno de los bancos. La chica ha decidido no bañarse, ya que el agua está helada. Pero, por otra parte, Juan sí ha decidido bañarse y demostrarle a Lu lo bien que nada y lo genial que es. Algo a lo que la chica tampoco ha prestado demasiado atención. La suficiente para ver como Alex se sentía, una vez más, demasiado incómodo.

Al no querer bañarse, Lu está tomando el sol y a su lado también están Helen, Clara y Ali, mientras que las demás están jugando a la pelota en el interior de la piscina con los chicos.

-Empieza a hacer calor-dice Lu.

-¿Quieres meterte en el agua? Voy contigo si quieres-se ofrece, como no, Juan.

-Voy a mojarme un poco la cabeza en la ducha.

-¿Seguro que no quieres bañarte en la piscina?

-Seguro.

-¿Y aunque te bañases conmigo?

-Voy a la ducha. Ahora vuelvo.

-¿Y si voy contigo a la ducha? Ya sabes, como antes.

-Puedo ir sola, no creo que me pierda. Pero gracias-añade Lu con sarcasmo, harta de la constante compañía interesada del chico.

Él no hace más que intentar ligar con ella de las formas más patéticas y Lu por su parte no aguanta que la trate de esa manera. Es peor que cuando Alex se pone así de estúpido. El otro por lo menos de vez en cuando se corta un poco. Pero Juan... No. Lu ha perdido la cuenta de las veces que ha tratado de tocarle el culo con la simple excusa de abrazarla. Y gracias a que ella está bien despierta, aún no lo ha conseguido.

-Bueno, pero no te enfades, gatita.

-¿Qué me acaba de llamar?-piensa Lu- Este tío... Yo con él flipo. Aunque supongo, que si de verdad lo pienso, aunque sea un poco bruto y descarado de vez en cuando, o casi siempre... Me trata bien... A su manera, claro. Pero... Tiene buen corazón y no se deja influenciar por sus amigos.

Mientras Lu pasa por delante de Juan absorta en sus pensamientos, la coge desprevenida y ocurre lo que ya, de una forma o de otra, se veía venir.

Juan ha aprovechado que Lu pasaba por delante de él para tocarle el culo con una palmada. Tal cual. Sin ningún pudor. Y esa ha sido la gota que ha colmado el vaso. Pero Lu decide no alterarse en ese momento. Tiene una idea para hacérselo pasar peor.

Aprovecha que todo el mundo mira para girase con mirada tranquila y con un toque de "seducción", por llamar de alguna manera a la "actuación" que está realizando en este precioso momento con un objetivo claro: dejar a Juan en el mayor de los ridículos, como él la ha hecho sentir hace a penas dos segundos.

-Tienes las manos muy largas, ¿verdad?

-Tengo otras virtudes.

-¿De verdad? ¿Cuáles?

-Beso de cine. Pero te niegas a probarlo siempre...

-Igual ahora me apetece.

-¿Ya estás "preparada"? ¿Ya quieres que te bese?

-¿No te debía uno? Pues acércate-dice mientras le hace un gesto con la mano para que se aproxime más al borde de la piscina.

Juan no duda ni dos segundos en ir tan rápido como puede hacia la chica, que está a un sólo paso de poder saltar a la piscina. Pero ella no es la que va quedar empapada. Seguramente, si Juan hubiese sabido como iba a acabar, se habría pensado dos veces el ir a cambiarse el bañador e ir a ponerse ropa limpia. Porque en cuanto lo pilla con los ojos cerrados, Lu se aparta un poco y lo empuja, con zapatos incluidos, al interior de la piscina.

Juan chapotea un par de veces y todo el mundo ríe.

-La próxima vez, te lo pensarás dos veces.

Y Lucía recoge su toalla y sale junto a Helen y con paso firme del recinto de la piscina para ir a cambiarse.

Cuando Juan consigue auparse con todo lo que pesa la ropa empapada y los zapatos, y salir sin utilizar la escalera, Alex se le acerca riendo y le ayuda de levantarse del suelo mientras le dice:

-Espero que te haya quedado clara la lección, tío. No lo intentes más con Lucía. Ella me sigue queriendo y por eso nunca te querrá a ti, ¿no lo ves?

Al terminar de reírse un poco de él, le da tres golpes en la espalda y le alcanza la toalla.

-Toma, la necesitarás. Pero siento decirte que para las pedazo calabazas que te acaban de dar... No tengo remedio. Tú procura no mirar mucho a la gente a la cara durante un par de días, no vaya a ser que se rían más de ti.

Juan no dice nada y lo mira con odio.

-Veamos quien ríe el último-piensa.

NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. (Tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora