NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. ~Capitulo 34~

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-¡Turno de los mayores para usar la piscina!-dice uno de los monitores, y no uno cualquiera... Es Alberto, ha llegado esta mañana.

-¡Genial! ¡Ya era hora!-exclama Ali eufórica. Tiene unas ganas increíbles de bañarse en la piscina y luego tostarse al sol.

Las chicas se levantan todas a su ritmo de la mesa donde estaban conversando mientras que Ali y Clara, por su parte, van corriendo.

-Venga, ¿a qué esperáis?-pregunta Clara.

-¡Exacto! ¡Moved el culo, anda!-exclama Ali dándole la razón a Clara.

La verdad es que desde que pasó lo de Álvaro y Ali consoló a su amiga, ellas dos se llevan mucho mejor ahora. Casi se podría decir que ya le da igual que esté con Raúl. Por ella, que sean felices, los tíos dan asco y no quiere que nada más de su vida se desmorone por culpa de uno. Con Ali tiene ahora más que mejor relación y con Raúl... Va volviendo a tener más confianza.

Bea y Helen van conversando juntas y se les une Alberto, que intenta rodear a Bea con el brazo, pero aparece el jefe de campamento y tiene que resignarse. Ambos se lanzan una mirada de cómplices y continúan caminando hacia la piscina. Cuando ya casi todos los de su edad están dentro del recinto y los más pequeños se han ido a las duchas, Alberto le hace un gesto a Bea para que se vaya con él un momento.

Helen, se da media vuelta para ir a hablar con Lu y preguntarle qué tal está, y que por qué tardó tanto anoche en volver a la habitación... Ya que aún, no le ha contado nada. Pero se imagina porque tardó, ya que al girarse ve como Juan está a su lado y le ha rodeado con el brazo. Helen sonríe.

-Vaya con Lucía... Ya me contará todo después-piensa la chica.

Como su mejor amiga anda un poco ocupada en este momento, o al menos eso le parece a ella, decide que lo mejor es que se acerque con Clara y Ali a la piscina. Ya casi han alcanzado a las demás chicas, que no han tardado nada en tirarse a la piscina de bomba.

Nada más llegar, ve a Clara y a Ali de pie en el borde, observando la gran masa de agua.

-¿Estará muy fría?

-No se... Parece que sí... ¿Y si metemos el pie?

-¡Venga! ¿No teníais tantas ganas de bañaros?-grita Helen mientras, junto a Carol y Rochi, les empujan.

Merry y Lau ríen al contemplar la escena.

Lucía y Juan ya han llegado también. La chica no se ha molestado en apartarle. Si tiene que aguantar que la trate de esa manera para que Alex se de cuenta de lo que realmente él quiere es estar con Marta y no con ella, que por eso la besó ayer... Lo hará. Sólo quiere lo mejor para él. Y es la única opción. Que se vaya con quien realmente ama y se olvide de ella.

-Dicen que está fría, ¿te parece pasar por la ducha antes?-le pregunta el chico.

Esa pregunta es extraña tal cual la ha formulado. Pero Lu accede. Es buena idea. Aunque está claro que la idea de tenerle a él tan pegado tanto tiempo no lo es tanto. Le incómoda. Pero por otra parte no se le ocurre otra manera de que esto acabe. Además, claro está, de que a ella le han roto el corazón millones de veces y sabe que se pasa mal. No le gustaría hacer lo mismo con Juan. Ese dolor no se lo desea ni al tío más pesado del mundo.

El chico abre la ducha de la piscina y se adentra en la cascada de agua. Cuando ve que Lu se lo piensa dos veces antes de que el agua toque su cuerpo porque está demasiado fría, comienza a salpicarle riendo.

-¡Vale ya!

-Pues ven aquí conmigo.

Lucía comienza a contraatacar, pero Juan es más fuerte.

Ella se va acercando y los dos juegan riendo. Sin a penas quererlo, Lu ya está bajo el chorro de agua junto a Juan.

Los dos paran de reír y se miran fijamente.

-¿Vamos ya a la piscina?

-¿Estás incómoda?

-No, pero...

-Pero... ¿Qué? Aún me debes un beso, ¿no es aún el momento?

-No lo se.

Juan la abraza y la arrastra junto a él.

-Y esto que acabo de hacer... ¿No te ayuda a decidirte, princesa?

-Igual aumenta mis ganas. No te lo niego. Pero de momento, no.

-Vaya, entonces lo seguiré intentando.

-Me parece bien. Pero salgamos de la ducha porque nos están mirando todos.

Y es que incluso Alex, que estaba jugando con los demás chicos a la pelota dentro de la piscina, se ha quedado mirándoles.

Un amigo le tira la pelota con la que están jugando y al pillarle desprevenido, le da en la cabezota.

-¡A ver si prestas más atención, que estás en tu mundo!

Todos se ríen de su cara de enfadado tras recibir el golpe y oír lo que le ha dicho uno de ellos. Pero sobre todo, hecha humo por lo que está pasando entre Lucía y Juan, quienes se aproximan al borde de las piscina abrazados y riendo.

NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. (Tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora