NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. ~Capitulo 35~

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Bea y Alberto van hasta la sala de juegos. Así llaman a una pequeña sala que tiene un par de mesas de Ping-pong, de billar y un futbolín. No hay nadie, ya que la gente suele aparecer por ahí más a la tarde. Ahora todo el mundo está en la piscina.

-Por fin a solas-dice el chico mientras rodea a Bea con los brazos y la besa.

-Tenía ganas de recibir un beso tuyo.

-Pues ahora puedes tener todos los que quieras.

Y Alberto le da otro, y otro, y otro... Por el cuello, en la mejilla, y por supuesto, en la boca.

-Vale, vale. No te pases tanto, no quiero pasarme el poco tiempo que tenemos a solas prácticamente sin hablar contigo de nada.

El chico le sonríe.

-¿Qué tal son vuestras habitaciones? ¿Dormís bien?

-Sí, todas juntas en literas, ¿y la tuya?

-Yo duermo sólo, o eso me han dicho.

-¡Qué morro!

-Bueno, si hay problemas con los niños pequeños... Me toca ir a mí, aunque sea muy tarde.

-No creo que hagan nada malo.

-Te sorprendería lo que cuentan los demás monitores. Dicen que una vez unos cogieron cinta adhesiva y la pusieron de forma que un compañero suyo no podía salir del saco.

-¡Qué crueles!

-No es crueldad, es una broma entre ellos.

-A mí no me haría gracia despertarme atrapada.

-¿En ningún sitio?

-En ningún sitio.

-¿En mis brazos tampoco?-dice mientras la vuelve a abrazar, esta vez por la espalda y dejando caer sus brazos sobre los hombros de la chica.

La chica de lo piensa y añade:

-Eso puede que sí-dice mientras busca el rostro de Alberto y lo besa.

Su beso no dura mucho, ya que de repente escuchan que la puerta se abre. ¿Quién está entrando? Todos los niños están en la piscina... La única posibilidad es que sea un monitor.

Ambos se miran preocupados.

-¿Qué hacemos?-pregunta Bea susurrando.

-¡Eh! ¿Qué hacéis vosotros aquí?

-Eh...-dice Bea sin saber que hacer.

-Estábamos buscando una pelota de playa. Ya sabes, para jugar en la piscina.

-¿Los dos juntos buscandola?

-Claro, es que me la han pedido ella y unas cuantas chicas más. Le he dicho que viniera a buscarla, porque yo me tengo que ir ahora mismo a ayudar en cocina.

-Entiendo. Pero la pelota ya está en la piscina.

-¿Y no hay otra?

-No... Sólo tenemos esa.

-Bueno, pues lo siento mucho, pequeña. Tendréis que compartir la pelota con los chicos-le dice a Bea mientras le pone una mano en el hombro y le empuja suavemente para que avance hacia la puerta.

-Bueno, gracias, no pasa nada. Me vuelvo a la piscina con las de mi grupo, siento las molestias.

-Pues, Alberto, tú y yo nos vamos a ayudar en cocina, que yo iba de paso allí también. Pero primero hay que llevar unas garrafas de agua que ayer dejamos aquí. Ayúdame, que al ser dos no habrá que hacer tanto viaje.

Alberto asiente y ambos se ponen a cargar con las garrafas. Cuando el monitor se gira, Bea se asoma por la puerta de salida y le lanza un beso, después, desaparece por detrás de la puerta sonriente.

NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. (Tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora