NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. ~Capitulo 26~

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Lu está petrificada. ¿Desde cuando alguien no le llamaba princesa? Desde que ella y Alex acabaron aquel día de Marzo... Recuerda las palabras de Helen: "Algún día llegará uno que te llame princesa y luego te trate como tal, que no sólo te llame así para enamorarte, sino para que sepas que de verdad para él lo eres y que le importas." Y debe de ser verdad, porque quien está en la escalera es Juan.

-Hola, ¿qué haces aquí tú?

-Yo te he preguntado antes, linda.

-Nada, iba al baño.

-Espera un momento... ¿Estás llorando?

-¿Llorando? ¿Yo? No...

-Vamos, si te veo los ojos todos rojos. ¿Sabes? Las princesas como tú no deberían llorar.

-No es la primera vez que lloro.

-Vaya, entonces estoy seguro de que no soy el primero que te dice esa frase.

-Supongo que sí que eres el primero que parece que lo diga convencido.

-Claro, guapa. A mí me importas.

-¿Cómo te puedo importar tanto en tan sólo un día?

-¿Y cómo no te hiciste daño al caerte del cielo? Pues cosas de la vida-dice levantando los brazos con las palmas hacia arriba y poniendo la cabeza de lado.

-Que pelota que eres-dice Lu mientras se sienta a su lado en las escaleras sin pensarlo.

-Que sepas, que me debes un beso.

-Yo no te he prometido nada.

-Bueno, pero lo estoy esperando. Pero no hay prisa, aún me quedan algunos días-dice sonriendo de forma picara.

Parece que Juan está dispuesto a conseguir lo que se propone con Lucía.

-Pues la verdad es que entre tu sentido del humor y tus piropos, por ese camino vas bien.

Los dos se miran a los ojos, ninguno piensa, se están dejando llevar por el momento y sólo faltan unos segundos o menos para que sus labios se junten y que Juan encuentre lo que anda buscando desde que llegó, el beso que según él, Lu le debía.

Pero, en ese momento, la puerta de la habitación de los chicos que da al pasillo se abre y ambos se separan rápidamente. Lu mira avergonzada al recién llegado, el cual es Alex. Juan, por su parte, maldice que su amigo sea tan inoportuno.

-Perdón si he molestado.

-No, no pasa nada, tío. ¿Qué quieres?

-Ha empezado a sonar una alarma, creemos que es la de tu móvil, ya sabes que no podemos traernoslos, como nos pillen los nuestros por tu culpa... Verás la gracia.

-No podéis apagarla hasta que no desbloquee el móvil, ¿verdad?

-Exacto.

Juan asiente y va hacia el cuarto.

-Que no se me vaya, tengo que seguir por donde me has hecho dejarlo...-le dice al oído a Alex antes de cruzar la puerta.

-Vuelve un poco más tarde, tengo que hablar con ella-le contesta de la misma forma.

Juan se queda un poco confundido, pero confía en que más tarde Alex pueda explicarle de qué ha hablado con Lucía.

La chica, por su parte, mira al que antes había sido la razón de si sonrisa. Y la razón por la que respiraba... La única diferencia, es que aún sentía esa extraña sensación de que daría todo por él, porque aún seguía enamorada... Pero él ya sólo la hacía llorar.

NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. (Tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora