NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. ~Capitulo 15~

29 3 0
                                    

-¿Dónde vas?

-Ah... Se me olvidó decírtelo, un amigo celebra su cumpleaños hoy, así que al final no podemos ir a la playa.

-¿Y me avisas ahora?-le dice Blanca a su hermano con cara de asombro.

-Lo siento...

-Bueno, no pasa nada.

-¿Qué vas a hacer ahora?

-Pues supongo que quedarme en casa.

-Te prometo que un día iremos, hermanita.

-Claro, no te preocupes, ve y diviértete. Aún queda mucho verano por delante-dice guiñando un ojo.

Carlos sonríe y sale del piso. Lo que no le ha dicho a su hermana es que no va al cumpleaños de un amigo, más bien de una amiga, de Ana. Pero si le hubiese dicho eso Blanca habría empezado a hacer bromas y ha preguntar si son algo más que amigos.

Blanca, por su parte, se queda mirando al techo de su cuarto. Empanada, sin saber que hacer. En se momento, se le ocurre una idea. Una idea algo alocada, y puede que incluso algo precipitada, pero al final decide ponerla en práctica.

-No puedo perder nada-piensa.

Como ya estaba vestida para ir a la playa desde hace un buen rato, decide que lo único que le hace falta es un acompañante, y uno que preferiblemente tenga coche y así no tengan que pagar transporte público.

Sale al rellano y se coloca enfrente de la puerta de la casa de Jose. Antes de llamar, se peina un poco la melena con la mano y sonríe. Quiere que cuando abra la puerta la encuentre perfecta.

-Blanca... Sólo es un amigo-dice hablándose a sí misma-. Un muy buen amigo.

Aunque en el fondo sabe que entre los dos hay química. Y pensar que antes de que la salvara de aquel secuestrador ni la miraba... Pero han pasado tantas cosas en tantos meses... Y no está completamente segura de que de verdad lo quiera, pero sí cree que se ha enamorado y que nunca antes nadie le había tratado tan bien. Nunca antes se había sentido tan cómoda con alguien y nunca antes alguien la había comprendido tan bien. Cuando está junto a él los segundos se transforman en minutos rápidamente y los silencios en los que se miran a los ojos son los mejores instantes que el universo puede darle.

Cuando llama al timbre, nada más Jose abre la puerta ella grita:

-¡Sorpresa!

-¡Blanca! ¡Buenos días!

-Sí, sí... Buenos días. Pero te doy veinte minutos para prepararte.

-¿Prepararme? ¿Para qué?

-¿No has visto como voy vestida?

-A ver... Déjame ver...-dice Jose mientras la toma de la mano y le da una vuelta lentamente.

Y otro de esos silencios entre ambos que hacen que los dos se miren a los ojos y sonrían.

-Pues sí, he de decir que te queda muy bien. Aunque... ¿No te parece que vas un poco para ir a la playa?

-Claro, tonto. Eso tenía pensado. Y tú te vienes conmigo.

-Ya, tonta-dice imitándola-. Te había entendido ya.

-¿Qué me dices? ¿Te parece buena idea?

-Claro, tengo que terminar unas cosas del trabajo... Pero pueden esperar.

-¡Genial! ¡Muchas gracias por aceptar!

-¿Bromeas? ¡Como si ir a la playa contigo resultara una carga! Va a ser divertido.

-Sí, la mejor forma de empezar el verano-contesta sonriendo-. Bueno, vete a cambiarte que yo te espero aquí.

Jose asiente y añade:

-Perfecto, siéntate y mira la tele o algo si quieres, estás en tu casa.

No pasa mucho tiempo y el chico ya está preparado, aunque a Blanca le ha parecido una eternidad. Siempre le pasa eso cuando no está a su lado.

-¡Ya era hora!

-¡Venga ya! ¡A penas he tardado!

-Ya lo se, tonto. Lo hago para que te piques.

-Pues me enfado-dice fingiendo.

-Y no respiras, ¿no?

Los dos ríen y se vuelven a mirar a los ojos.

-¿Por qué tienen que existir estos segundos de conexión entre nosotros siempre?-piensa el chico-. No puedes tenerla, y lo sabes. Aunque ahora mismo la besarías y no la dejarías marchar nunca, no puedes tenerla. La diferencia de edad es de una década y eso, aunque sólo sean diez años, se nota. Sobre todo siendo ella aún tan joven. Pero parece tan madura para su edad... Que a veces se me olvida que aún no tiene ni los 15 años. Ojalá lo nuestro no fuera algo imposible, porque noto que ella siente lo mismo. Espera... ¿Qué digo? No, no puede enamorarse de un tío tan mayor, ella se habrá fijado en alguno de su edad... Y si está mucho conmigo es por agradecimiento por haberle salvado la vida.

-¿Te pasa algo? Parece que hayas visto un fantasma.

-No, sólo pensaba.

-¿En qué?

-Nada, no tiene importancia.

-¿Seguro? Puedes contarme lo que sea, somos amigos.

-Tranquila, no es nada. ¿Qué decías?

-Te preguntaba si tenías palas y una pelota para jugar en la playa si nos aburrimos y eso.

-Buena idea.

-Si es que yo... Soy muy lista a veces-dice guiñando el ojo.

-Y yo más, porque ya había pensado en ello. Las he metido dentro de la bolsa.

-¡Genial! ¡Pues andando! ¿Seguro que no quieres contarme nada? Última oportunidad...

-No, tranquila, todo está bien. Vamos a disfrutar del día, que es lo que toca.

Sin embargo, en el fondo sabe que tarde o temprano tendrán que hablar de su situación, de que es lo que son ahora mismo. Porque está claro que antes eran muy buenos amigos pero ahora están en un punto donde pueden dar un paso más o cortar la relación del todo, porque no estaría bien continuar locamente enamorado de una persona con la que nunca podría estar. Eso sólo trae tristeza e infelicidad. Porque lo único peor que el amor no correspondido, es el que a pesar de que ambos se amen, es imposible.

NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. (Tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora