NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. ~Capitulo 23~

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Ana y su hermana están en su cuarto. La pequeña está pintando un libro de cuentos para colorear mientras que la otra está escuchando música.

Wild heart de The Vamps está sonando a través de sus cascos rosas.

-Me aburro-dice la pequeña.

-Te tendrías que haber ido al campamento entonces.

-Ya, pero tú te quedabas y eso no es guay.

Ana ríe, ¿guay? ¿Desde cuando su hermana pequeña dice eso? Cada vez la imita más...

Y es verdad, podría haber ido al campamento, habrían ido los tres hermanos y puede que se lo hubieran pasado bien, aunque más que nada hubieran disfrutado ellos... Su hermana pequeña haciendo el cafre, su hermano mayor con las dos chicas que le gustan desde no sabe cuando y ella... Ella tiene amigas allí pero 10 días sin saber de Carlos son demasiados, este año su hermana y él tampoco han ido, y es normal... Desde que pasó lo de Blanca... Pero tuvo claro que desde que le dijo que él no iba a ir, ella tampoco iría.

-Confío en que podamos quedar y librarme un poco de estar aquí encerrada con mi hermana pequeña todo el tiempo-piensa.

Las dos se llevan muy bien, y en realidad se complementan bastante, pero quedar con Carlos para ir al cine... Cambiaría cualquier cosa por tener esa oportunidad. Ha quedado con él muchas veces, son como mejores amigos, pero siempre que quedan es con más gente... Ella quiere quedar los dos solos.

-Llámale, Ana.

Ella pone los ojos como platos.

-¿De qué hablas?

-No te hagas la tonta y habla con él ya. Que estoy harta de verte ahí como una tonta pensando en él mientras escuchas música. Yo creo que ahora cambió la canción de tu mp3 y ni te enteras-dice riendo.

La verdad es que su hermana ha madurado bastante en tan poco tiempo... Ya se entera de todo y habla como si ella tuviera algún tipo de experiencia... Aunque igual tiene razón. Debería llamarle.

-Vale. No es mala idea.

Sin pensárselo más, lo ve en línea y le propone quedar mañana por la tarde para ir al cine. Mañana será el día que dejará de comerse la cabeza. Será el día que le dirá lo que siente, sin importar si hace el ridículo o no. Así sabrá si tiene que olvidarse de Carlos o esto tiene alguna posibilidad, algún futuro.

Ana pega un brinco cuando Carlos le contesta enseguida, cada vez que recibe un mensaje suyo la respiración se le corta por unos segundos, es algo mágico, y se llama amor. Pero no es hasta cuando él dice que claro que pueden quedar los dos solos y que tiene mucha ganas de verla cuando de verdad se pone a chillar como la adolescente que es. Está realmente ilusionada. Tanto, que aunque falten como 24 horas para que venga el chico a por ella, ya ha abierto el armario para saber que va a ponerse. Mientras, su hermana sonríe. Se nota que Carlos a dicho que sí por la reacción de su hermana y le gusta que ella este feliz y que por otra parte por una vez la más pequeña de las dos haya tenido razón.

NO ES PARA TANTO... ES PARA SIEMPRE. (Tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora